Secuelas mentales en los boxeadores

El boxeo es un deporte que no deja indiferente a nadie. Tiene muchos beneficios para la salud, pero también tiene una parte no tan positiva, y es que recibir repetidos golpes en la cabeza puede dejar secuelas mentales.
Secuelas mentales en los boxeadores
Gloria Redondo Rincon

Revisado y aprobado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 30 mayo, 2023

El deporte es una fuente de salud y calidad de vida a largo plazo, pero existen disciplinas que, a la larga, hacen más daño que bien. Uno de los ejemplos más reconocibles son las secuelas mentales en los boxeadores.

Estas secuelas son una consecuencia de recibir golpes en la cabeza de forma repetida. La cabeza, y en particular el cráneo, constituye una zona muy sensible a los golpes, pues alberga el órgano más sensible: el cerebro.

Lo más preocupante es que los daños son irreversibles. Los deportistas que las sufren van perdiendo poco a poco capacidades cognitivas hasta la muerte prematura, algo similar a lo que ocurre en la demencia tipo Alzheimer. Otro dato alarmante es que se estima que entre un 15 – 20 % de los boxeadores padecen secuelas mentales, según una publicación del Dr. Mudillo Godinez.

¿Qué es la demencia pugilística?

La «demencia pugilística» es como se conoce técnicamente a la pérdida de capacidades mentales como consecuencia de recibir muchos golpes en la cabeza. Si un solo golpe fuerte tiene consecuencias fatales para el cerebro, se puede intuir qué pasará si una persona recibe muchos impactos durante años.

Los síntomas de las secuelas mentales en boxeadores no son inmediatas, sino que aparecen después de décadas de práctica deportiva. Además, no se presentan todos a la vez. Su aparición progresiva recuerda a la de otras enfermedades neurodegenerativas, por lo que tiende a confundirse con otras patologías.

No hay un único patrón de síntomas que se ajuste a todos los casos por igual. Cada deportista tendrá unas manifestaciones u otras, dependiendo de la zona del cerebro con más afectación. Aún con esto, existen unos síntomas más frecuentes, entre los que se encuentran:

  • Dificultades de concentración y memoria.
  • Reducción en la capacidad para hablar y escribir de forma fluida.
  • Cambios repentinos de humor, conductas impulsivas, falta de empatía y consideración con los demás.
  • Temblores de la mano, rigidez y lentitud de movimientos.
Las secuelas mentales del boxeo se dan en 1 de cada 5 púgiles.

Cómo se trata la demencia pugilística

A pesar de ser una condición irreversible, existe tratamiento para decelerar el avance de la demencia. El más eficaz es una mezcla de psicofármacos y psicoterapia.

Los objetivos no solo están centrados en los síntomas en sí; una buena intervención debe focalizarse en mejorar la adaptación de la persona a su ambiente, tratar otras patologías concurrentes y rehabilitar las capacidades cognitivas. También es muy recomendable hacer terapia con los cuidadores, ya que estos sufren mucho desgaste físico y emocional por encargarse de una persona con estas características.

Una línea de investigación interesante es cómo se puede prevenir las secuelas mentales en boxeadores. Una vez que aparecen son irreversibles, pero siempre es posible actuar para evitar su aparición. La prevención es una decisión muy acertada, ya que alargará la salud mental de la persona unos cuantos años.

En relación con esta última idea, en un estudio publicado en la Gaceta Médica de Caracas se afirma que la demencia pugilística se puede evitar cambiando el acolchado de los guantes de boxeo para reducir la fuerza de los impactos. Un cambio tan sencillo como este podría evitar muchos accidentes, y seguro que hasta los boxeadores lo agradecerían.

La falta de hierro puede llevar también a dolores de cabeza frecuentes.

El deporte tiene que ser salud, no enfermedad

El boxeo como modalidad deportiva de contacto implica dar y recibir golpes hasta la extenuación. El problema no es tanto el deporte en sí, sino que la parte del cuerpo que recibe los golpes es muy frágil y no está preparada para ello.

Una de las razones por las que no se hace nada al respecto es el desconocimiento. Al no ser las secuelas inmediatas y que no ocurren a todos los deportistas, es un tema del que se habla poco. No obstante, ser diagnosticado con una demencia es una experiencia devastadora.

Tan solo con el trabajo preventivo bien hecho se pueden conseguir grandes avances. Todo esto sin olvidar que parte del entrenamiento debe consistir en advertir y asesorar al boxeador acerca de los peligros de los golpes repetidos en la cabeza.


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  • Amarista, F. J. (2002). Demencia. Gaceta Médica de Caracas, 110(3), 310-317.
  • Murillo, G. Encefalopatia y otras alteraciones por el pugilismo-boxeo.

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