La defensa en zona
Si queremos aspirar a ser un equipo competitivo de nuestra respectiva región y categoría, es importante dominar la defensa en zona para esos momentos en que no somos capaces de frenar al rival en el uno contra uno; los cuales surgirán, sin duda, a lo largo de la temporada.
Básicamente, consiste en renunciar a que cada jugador tenga su homólogo defensivo en el equipo contrario y se le asigna una zona para cubrir.
En el deporte de la canasta existen varios tipos de defensa en zona, como serían la defensa 2-3: en la que dos jugadores se colocan delante de la línea de tiros libres, mientras sus tres compañeros se colocan de forma paralela y cercanos a la línea de fondo.
Otro ejemplo, podría ser la defensa 1-2-2 (muy utilizada por el Real Madrid años atrás) en la que se coloca un defensor a la altura de 6,75 m, dos jugadores en la línea de tiro libre y dos a escasos metros de la línea de fondo.
Ventajas de la defensa en zona
La defensa en zona se torna muy efectiva para desactivar jugadas del contrario basadas en pasar y cortar -como podría ser ‘el carretón’- ya que nuestros jugadores no seguirán el corte y, por tanto, no se deberían producir desajustes defensivos.
Al mismo tiempo, aportaremos mayor protección a nuestra canasta impidiendo que el contrario realice lanzamientos de corta distancia.
Durante el tiempo que mantengamos la defensa en zona el número de faltas personales y de energía que consumirá nuestro equipo será menor; esto hace interesante plantearnos este tipo de protección en finales de partido.
Muchas veces, la defensa en zona favorece, tanto la obtención de rebotes como de interceptar pases. Esto nos permitirá correr al contraataque y obtener puntos con mayor facilidad.
Normalmente, la mayoría de los defensas tienen mayores dificultades para atacar la defensa en zona que al hombre al hombre, especialmente los jugadores individualistas y muy habilidosos.
Los jugadores altos y lentos tienen a defender mejor en zona frente al hombre contra hombre, convirtiéndose en una trampa mortal si se utiliza en canchas pequeñas.
Desventajas de la zona
Sin embargo, no todo es positivo de este tipo de parapeto. Esta fortificación es especialmente susceptible frente a equipos con buenos tiradores de larga distancia y sufre frente a equipos rápidos que no te permitan armar tu defensa.
Probablemente, establecer una defensa en zona debilitará los fundamentos defensivos individuales de nuestros jugadores, los cuales encontrarán más difícil determinar sus responsabilidades defensivas que en una defensa hombre a hombre.
Cuando se acerca el final del partido las defensas en zona tienden a abandonar sus posiciones y a desequilibrarse – especialmente si se va perdiendo-; este efecto se acrecienta sí el equipo rival mueve la pelota con mayor velocidad de la que nuestros jugadores calibran la defensa.
Principios generales de la zona
A la hora de llevar a cabo una defensa en zona nuestros jugadores deben seguir una serie de normas que evitarán que nos convirtamos en un colador.
Para derrotar nuestra defensa en zona, el entrenador rival abogará por movimientos de balón rápidos y correr al contraataque. Teniendo esto en cuenta, es importante que nuestros jugadores lleguen a su posición rápidamente, inmediatamente después de haber anotado o perdido la canasta.
Una buena comunicación entre nuestros jugadores es muy importante para poder controlar los movimientos ofensivos que el contrario realice.
Sin duda, es el aspecto más difícil de conseguir por un entrenador, y requiere continuo trabajo y concentración por parte de los componentes del equipo.
Nuestros deportistas deben prestar constante atención a la pelota y sus continuos movimientos. En cada pase, nuestros jugadores deben bascular al compás sin dejar de prestar atención al juego sin balón.
Cuando se producen cortes a través de la zona en el lado del balón, el jugador que realiza el corte debe ser defendido hombre a hombre hasta el momento en que abandone el ámbito de influencia de la pelota. En ese momento, nuestro hombre defensivo debe volver a su posición original en la zona.
Por último, para asegurar la eficacia de la zona, todos los jugadores deben prestar atención al rebote. A pesar de ser más difícil cerrar el rebote que en la defensa individual -por no estar en contacto continuo con nuestro adversario- rabotear se convierte en una labor mucho más sencilla al no estar todos los jugadores abiertos.
Tipos de zonas
Más allá de lo poco que hemos contado en el primer apartado, existen básicamente tres tipos de zonas defensivas que se utilizan en el baloncesto actual:
- 2-1-2: Esta defensa basa su fuerza en el área de los postes y en las esquinas siendo especialmente fuerte en el apartado reboteador. Sin embargo, se torna especialmente vulnerable en las alas y la línea de tiros libres.
- 1-2-2: Es eficaz frente a equipos que tiran desde más allá del arco. Su característica formación permite interceptar numerosos pases, especialmente si los dos jugadores interiores son buenos rejoneadores. Sin embargo, encuentra su punto débil en las esquinas y sufriremos si el equipo contrario tiene un buen jugador en el poste.
- 1-3-1: esta zona es principalmente fuerte en el área de postes siendo en una buena arma si el equipo contrario tiene buenos jugadores interiores. Sin embargo, el rival podría encontrar nuestro punto débil en las esquinas del terreno.