Causas de la fascitis plantar después de entrenar
La fascitis plantar después de entrenar es una lesión realmente incómoda. Sentir un dolor punzante a cada paso nunca es plato de buen gusto, y fácilmente arruinará tus sesiones de entrenamiento si sabes que después viene eso.
A continuación, vamos a ver rápidamente de qué trata esta patología, para después meternos de lleno en las causas que la provocan. Saber esto nos dará buenas pistas sobre cómo prevenir su aparición.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es la inflamación de la fascia que hay en la planta del pie. Esta fascia es un tejido elástico que se extiende desde el talón hasta la base de los dedos. Su cometido es mantener los arcos del pie correctamente en su sitio y limitar la movilidad de todas las estructuras que lo componen.
Como se puede ver, se trata de un tejido realmente importante, que ejerce su función a cada paso que damos. No se contrae voluntariamente, pero los movimientos de flexión y extensión de la planta del pie están constantemente acortando y alargándola. Esto significa que está soportando toda la tensión del cuerpo y distribuyendo sus fuerzas constantemente.
Cuando aparece la temida fascitis plantar después de entrenar, o en cualquier situación, lo que principalmente sentirá el paciente será dolor. Hablamos de un dolor localizado en la planta del pie, comúnmente cerca del talón, que empeorará con cada paso.
Al cursar con inflamación, también notaremos la zona hinchada, enrojecida, sensible al tacto y, posiblemente, con un aumento de temperatura. La limitación funcional que causará estará directamente relacionada con el dolor, ya que siempre que intentemos extenderla, notaremos pinchazos. Esto hará que nos autolimitemos e intentemos no realizar este movimiento.
La fascitis plantar después de entrenar
Al ser un tejido que trabaja cuando ponemos el pie en el suelo y lo levantamos, una de las maneras más frecuentes de sufrir una fascitis plantar es luego de entrenar. Es como si trabajáramos de una manera realmente intensa un solo músculo durante un largo periodo de tiempo.
En este caso, si sufrimos la lesión, nos será realmente complicado llevar una vida normal, debido a su localización. Las posibles causas de una fascitis plantar después de entrenar son las siguientes:
- Sobreesfuerzo. Como hemos dicho, puede llegar el momento en el que, debido a sesiones demasiado intensas o prolongadas, el tejido sufra. Por lo tanto, aquellas rutinas de entrenamiento cuya base es caminar o correr con intensidad o por mucho tiempo serán la principal causa de esta lesión.
- Factores biomecánicos. En segundo lugar, la lesión se puede ver favorecida si realizamos deporte mientras tenemos ciertos factores que nos predisponen a ella. Un ejemplo son arcos plantares menos pronunciados de lo normal, es decir, caídos; también se puede dar si la pisada es incorrecta —tanto si pisamos mucho por fuera o dentro— o si demasiado peso se nos va hacia delante o atrás. Cualquier alteración de este tipo hará que la fascia se vea tensada de más o de manera incorrecta.
- Factores externos. Aquí se englobarían elementos como utilizar zapatillas poco adecuadas para el deporte en cuestión, por ejemplo, o correr siempre sobre superficies duras. Debemos asegurarnos de utilizar siempre el material deportivo correcto, además de practicar deporte en un entorno lo menos lesivo posible.
- Falta de descanso. Si encadenamos muchas sesiones todos los días, nos predisponemos a sufrir una lesión de este tipo, entre muchas otras. Debemos dejar días de descanso de por medio, o por lo menos intercalar sesiones de entrenamiento de otros deportes de vez en cuando.
Una lesión complicada
Es importante tratar de evitar caer en estas posibles causas de una fascitis plantar. Además de las ya mencionadas, también hay que añadir que el sobrepeso añade presión sobre la zona y predispone a sufrir esta lesión, como detalla un estudio publicado por Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Río.
Ante esto, es importantísimo evitar la lesión porque es realmente limitante en el día a día. En segundo lugar, porque lleva tiempo tratarla y todavía más llegar a curarse por completo.
Asimismo, hemos de prevenirla porque hay investigaciones que confirman que si la sufrimos varias veces o se cronifica, puede dar lugar a problemas peores, como los espolones calcáneos.
Por todo lo anterior, calcula bien las sesiones de entrenamiento y su frecuencia. Asimismo, asegúrate de realizar los movimientos de la manera más biomecánicamente correcta y utiliza siempre materiales deportivos adaptados a tu disciplina favorita en un entorno poco lesivo.
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