Lo que nadie ve: el juego sin balón
Al mencionar el juego sin balón -al menos en cuanto a baloncesto se refiere- estamos definiendo el comportamiento que tienen los cuatro integrantes del equipo que no están en contacto con el balón.
Si bien en edades tempranas, cuando los jugadores está aprendiendo los fundamentos, es importarte trabajar con un balón por niño, conforme estos vayan creciendo y aprendiendo se hace imprescindible trabajar este apartado del juego que, habitualmente, representa el 50% del trabajo a la hora de conseguir una canasta.
La importancia de moverse sin la bola
A lo largo de un partido son mayores los minutos que el jugador no tiene el balón que cuando sí lo tiene.
Teniendo en cuenta que un partido dura 40 minutos y que hay un balón para los 10 jugadores del campo -vamos a suponer juega todo el partido- redondeando podemos decir que se pasa nos pasamos 20 minutos atacando y 20 minutos defendiendo. Por tanto, ya es la mitad del partido la que nos pasamos sin el balón.
Partiendo de la premisa de que de esos 20 minutos de ataque, cada jugador tiene el balón en sus manos más o menos el mismo tiempo, eso quiere decir que solamente tendremos el balón 4 minutos por partido (sin contar los pases, balones sueltos, transiciones etc.).
Evidentemente, eso es hacer números de manera muy generalizada dado que es muy difícil que cuadre todo tan bien en un equipo.
No obstante, seguro que ha quedado clara la importancia del juego sin balón en nuestro deporte, por lo que su trabajo se convierte en algo vital y obligatorio.
¿Cómo trabajar el juego sin balón?
A la hora de empezar a trabajar el juego sin balón con nuestro equipo no hace falta empezar por cosas muy complicadas. Desde aquí recomendamos comenzar con ejercicios sencillos e ir subiendo la dificultad conforme vayamos viendo mejoría.
Como punto de partida, antes de llevar a cabo ningún ejercicio, debemos asegurarnos de que nuestros jugadores tienen una idea aclaró en la cabeza: después de pasar siempre me tengo que mover.
A partir de esa idea matriz, ya podemos empezar a desarrollar los entrenamientos del juego sin balón.
Los cuadrantes
Seguramente existen diversas versiones de este ejercicio. Básicamente, consiste en establecer cuatro zonas (que denominaremos cuadrantes) y un posición central.
Mediante esta prueba, enseñamos a los jugadores a respetar los espacios y a moverse sin el balón mediante el establecimiento de unas normas claras: sólo puede haber un jugador por cuadrante –incluyendo la posición central- y todos los espacios deben estar ocupados.
Esta práctica, que a priori parece muy simple, muestra a los jugadores la importancia de los espacios.
Seguramente no tarden mucho en dominar este sencillo concepto, por lo que podemos ir incluyendo normas nuevas, recomendablemente en este orden:
- Pasar y cortar.
- Pasar, cortar y reemplazar.
- Pasar e intercambiar posiciones.
- Pasar y bloqueo indirecto.
- Pasar y bloqueo directo.
- Pasar y aclarado.
Una vez hayan dominado todos estos aspectos, no demasiado complejos, podemos introducir una nueva norma como ‘no poder estar más de tres segundos seguidos en la misma posición’; algo que les obligará a permanecer en continuo movimiento.
Estas normas no deben hacerles perder el orden ni abandonar la norma básica del ejercicio: un solo jugador por cuadrante y sin cuadrantes vacíos.
¿Cómo moverse con el juego?
Una vez se ha dominado los aspectos básicos del juego sin balón, podemos empezar a trabajar esto mismo durante partidos de entrenamiento, de manera que les parezca algo práctico que aplicar los fines de semana y no algo teórico que no tiene utilidad.
En el perímetro
Debemos tener en cuenta que las posiciones son: esquinas, cabecera y 45º. Con base en ello, distinguimos los siguientes tipos de penetraciones:
1. Penetración del hombre con balón desde la cabecera
Si me encuentro en posición de 45º y el jugador que tiene el balón penetra por mi lado, mi reacción natural debería ser ocupar la esquina buscando la espalda de mi defensor mientras permanezco en el campo de visión del hombre con balón.
Al recibir el balón, es importante hacerlo con las manos en posición de tirar y el cuerpo en triple amenaza. Por el contrario, si el jugador con balón penetra por el lado contrario al mío, debo colocarme en un sitio donde tenga una buena visión de mi por si quiere hacerme llegar la pelota.
De esta manera, mi movimiento habitual debería ser ocupando la posición que ha dejado libre en cabecera para, por un lado, proteger el balance defensivo y ofrecerle una línea de pase fácil.
Un tercer caso que se nos puede dar, es que el jugador con balón se encuentre en la esquina y se produzca una penetración desde cabecera por su lado.
En este ejemplo, el jugador sin balón debe desplazarse por la línea de fondo. De esta forma nos acercamos al balón de cara a un posible pase del jugador que penetra.
2. Penetración del hombre con balón desde la esquina
En una penetración desde la esquina y encontrándome yo en el perímetro en posición de 45º, mi obligación será ocupar el lugar del jugador que está penetrando; siempre que esté penetrando por la línea de fondo alejándose de mi.
Si en la misma situación, el jugador con balón entra a canasta por el centro de la zona, es preferible por mi parte ocupar la posición de cabecera manteniéndome dentro del ángulo de visión del penetrador.
El resto de jugadores del equipo deberían rotar en la misma dirección.
3. Penetración del hombre con balón desde 45º
La pelota se encuentra en el lado opuesto al tuyo, más allá de la línea de 6,75 mientras tus compañeros ocupan el poste bajo. Lo más recomendable en estos casos es mantenerse a la misma altura que el balón realizando una especie de ‘efecto espejo’.
Siguiendo este razonamiento, si el balón penetra por la línea de fondo yo deberé seguir paralelo ocupando al esquina contraria para favorecer una posible línea de pase.
Estando situado en la esquina y el jugador con balón a un pase de nosotros, deberé moverme en consonancia con el corte del atacante y la reacción de mi defensor.
En caso de que este defienda la penetración, podré ocupar la línea de fondo o mantener mi espacio en la esquina (normalmente cuando la penetración sea por el centro).
Por otro lado, si la bola se encuentra en el lado contrario y yo en la esquina, actuaré dependiendo de la penetración de mi compañero.
Si el ataque se produce por el centro de la zona, iniciaré el corte por la línea de fondo; mientras que si la penetración es por la línea de fondo mantendré mi posición en la esquina -atendiendo siempre a la reacción de mi defensor-.