¿Cuáles son las consecuencias del exceso de vitaminas?

Es importante consumir vitaminas en las dosis adecuadas. Tanto experimentar un defecto como un exceso de las mismas puede acarrear consecuencias nocivas para la salud.
¿Cuáles son las consecuencias del exceso de vitaminas?
Sául Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Sául Sánchez Arias.

Última actualización: 30 mayo, 2023

Está claro que los micronutrientes son esenciales para el organismo. Es preciso aportarlos de manera diaria en las cantidades necesarias, de lo contrario pueden producirse estados patológicos. Sin embargo, todo tiene su justa medida y un exceso de vitaminas también puede acarrear consecuencias negativas para el organismo.

Antes de comenzar es necesario aclarar que existen dos tipos diferentes de vitaminas: las hidrosolubles y las liposolubles. Las primeras se disuelven en agua, mientras que las segundas lo hacen en la grasa, donde también se pueden acumular. El hecho de que sea posible generar un reservorio de dichos nutrientes propicia que sea también factible llegar a una situación de sobredosis.

El exceso de vitaminas es malo

Como todo en exceso, ingerir vitaminas por encima de lo recomendado resulta nocivo. No es fácil llegar a una situación de sobredosis, aunque sí que es posible por medio del consumo de suplementos dietéticos. Lo más habitual es que, cuando se genera una ingesta excesiva de dichos nutrientes, se experimenten trastornos intestinales, según un estudio publicado en la revista Frontiers in Endocrinology.

No obstante, pueden ocurrir reacciones adversas más severas como la deshidratación, la poliuria o la polidipsia. Incluso es posible generar un exceso de hierro en la sangre, lo cual se considera patológico y nocivo para la salud. En cualquier caso, es importante no alcanzar una situación de sobredosis para evitar un problema que podría terminar en urgencias, o con la necesidad de un tratamiento farmacológico.

Por ejemplo, en el caso de la ingesta excesiva de vitamina A pueden ocurrir síntomas como cefaleas, fatiga excesiva, descamaciones en la piel y alteraciones en la estructura ósea. Por su parte, la hipervitaminosis tipo D también provocan dolor de cabeza, retardos en el crecimiento, diarrea y falla renal.

En el caso del exceso de vitamina K1, la consecuencia directa es fatal, ya que se produce una disnea progresiva que puede desembocar en la muerte por fallo respiratorio.

No es fácil provocar una sobredosis de vitaminas

A pesar de que las consecuencias de dicha situación son negativas, cabe destacar que no es sencillo llegar a una situación de exceso de vitaminas. En el caso de las hidrosolubles el riesgo es minúsculo, ya que se eliminan por medio de la orina de manera constante. Para conseguir inducir una sobredosis sería necesario recurrir a la administración intravenosa de las mismas, lo cual es poco frecuente.

Sin embargo, la cosa cambia con las vitaminas que presentan un carácter liposoluble. Estamos hablando de la A, de la D y de la E, fundamentalmente. Bajo estos contextos sí que sería posible alcanzar una situación de exceso de nutrientes si se pauta una administración crónica excesiva, tal y como afirma una investigación publicada en Endocrine, Metabolic & Immune Disorders Drug Targets.

Es más fácil quedarse corto que sobrepasarse

Lo más habitual en lo que a nutrición se refiere es sufrir un déficit de vitaminas, no experimentar una sobredosis de las mismas. De hecho, esta última condición resulta muy poco frecuente.

Volviendo con el ejemplo de la vitamina D, es relativamente común no alcanzar los niveles óptimos del nutriente, debido a la escasa exposición a la luz solar y a lo difícil que es satisfacer los requerimientos únicamente mediante la dieta. Son raras las intoxicaciones con la vitamina. De hecho, se está valorando si los niveles que se consideran a día de hoy adecuados serán más bajos de lo que se consideraría ideal.

Del mismo modo, es extraño experimentar una sobredosis de vitaminas A o E. Estas actúan como antioxidantes y como hepatoprotectoras en condiciones normales, aunque si se administran megadosis los resultados pueden ser contraproducentes. No obstante, no existen muchos casos en la literatura que relaten este tipo de sucesos, ya que por medio de la alimentación no es sencillo llegar a tal situación. Es necesario recurrir a la suplementación, y mal pautada.

Las vitaminas no se deben consumir en exceso

Como ya has visto, es nocivo para la salud experimentar un déficit de vitaminas, pero también una sobredosis de las mismas. Sin embargo, es bastante más frecuente el primer caso que el segundo. Por este motivo no deberías temer, en principio, a excederte en su consumo; salvo que incluyas en la rutina un suplemento de micronutrientes en dosis demasiado elevadas.

Para asegurarte de que los niveles de vitaminas en el organismo son los adecuados, trata de llevar a cabo una dieta variada y equilibrada, con alimentos procedentes de los distintos grupos. No olvides la importancia de consumir frutas y verduras de manera diaria, y no huyas de las grasas, puesto que en ellas se disuelven los micronutrientes liposolubles. Restringir el consumo de lípidos podría originar un déficit de vitamina D, lo que afectaría al funcionamiento del sistema inmune.


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  • Marcinowska Suchowierska E., Kupisz Urbanska M., Lukaszkiewicz J., Pludowski P., et al., Vitamin D toxicity a clinical perspective. Front Endocrinol, 2018.
  • Vicentis S., Russo A., Milazzo M., Lonardo A., et al., How much vitamin D is too much? a case report and review of the literature. Endocr Metab Immune Disord Drug Targets, 2020.

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