Muchas enfermedades cardíacas se presentan por las dietas altas en grasas
Nadie puede negar que las grasas son ‘las malas de la película’, pero la cuestión reside en la cantidad y del tipo de grasas que consumimos. Existe una gran relación entre la aparición de enfermedades cardíacas y la ingesta excesiva de ciertas grasas. En este artículo te contaremos más.
¿Son las grasas responsables de las enfermedades cardíacas?
Existe una frase muy cierta que afirma que “somos lo que comemos”, y podríamos añadir que también enfermamos según cuidamos nuestra alimentación. Si bien, en este caso son varios los factores que influyen en nuestra salud (la actividad física, fumar, beber alcohol o antecedentes familiares) y que se relacionan con las enfermedades cardiacas, nuestra dieta influye bastante.
Pero si bien se suele pensar que las grasas son los enemigos número uno de la salud, varios estudios afirman que en realidad el problema reside en la cantidad y en la calidad en la que se ingieren.
Claro, porque si ponemos a todas las grasas en el mismo grupo dejaríamos de lado los beneficios que tienen ciertos tipos de grasas. Las grasas trans o saturadas son las que verdaderamente pueden causarnos enfermedades, por lo que deberemos controlarlas muy bien y, si es el caso, disminuir su ingesta.
Por el contrario, las grasas monoinsaturadas o poliinsaturadas, que por ejemplo están presentes en muchos de los alimentos propios de la dieta mediterránea, son incluso responsables de la reducción de enfermedades cardíacas en la sociedad actual.
Además, no podemos dejar de lado a los ácidos grasos poliinsaturados, conocidos como Omega 3, presentes principalmente en el pescado, y que son clave en las dietas sanas de hoy en día.
“Dieta alta en grasas equivale a enfermedades cardíacas”
Aunque esta ‘fórmula’ parece bastante adecuada para definir el riesgo de las grasas hoy en día, no es del todo cierta. Desde hace años se investigan los efectos de las dietas basadas en grasas para la salud cardiovascular.
Básicamente, se intenta conocer qué relación hay entre dichos componentes y el colesterol, la tensión arterial elevada o los ataques al corazón. Hasta hace no mucho, se pensaba que el riesgo de padecer enfermedades cardíacas tenía que ver con la ingesta general de grasas. Hoy en día sabemos que comer grasas ‘malas’ es una de las causas, pero no la única.
En las últimas décadas hemos cambiando -lamentablemente para mal- nuestra dieta y hemos añadido muchas grasas trans a los alimentos que compramos y consumimos habitualmente. Esto repercute directamente en la salud de nuestra generación y en las futuras, ya que el hábito de comer frituras y fast food se ha instalado en la sociedad sin pensar en sus verdaderas consecuencias.
Debemos tener mucho cuidado con lo que ingerimos o lo que damos a nuestros hijos para la cena. Desde la irrupción de alimentos elaborados con aceites ricos en grasas saturadas (por ejemplo el de palma) y la gran oferta de productos hechos de manera artificial, las enfermedades cardíacas y la obesidad han aumentado, incluso en los niños.
Los aceites parcial o totalmente hidrogenados, que se usan en repostería, cremas, mantequillas, congelados, precocinados, bollería o hasta cereales para el desayuno, son los responsables también de que cada vez más personas padezcan un nivel colesterol elevado.
Esto se debe a que el proceso de hidrogenado convierte a los aceites en ácidos grasos, los cuales al ser ingeridos por el organismo se transforman en lípidos. Como consecuencia, además de aumentar el colesterol ‘malo’ y los triglicéridos, disminuyen la cantidad de colesterol ‘bueno’ o HDL.
Y no podemos dejar de lado las grasas saturadas que provienen de los productos de origen animal, como pueden ser la carne, lácteos o huevos. Estas no serían malas para el organismo si se consumiesen crudas o cocidas, pero el problema está en que para cocinarlas se emplean aceites a muy alta temperatura, que las hidrogenan.
¿Qué causa las enfermedades cardíacas?
Podríamos entonces indicar que la ingesta excesiva de grasas trans y saturadas son responsables de las enfermedades cardíacas. Pero esto sería echarles toda la culpa, cuando son solo una parte del problema.
Existen otras causas también importantes que merece la pena destacar. Los diferentes factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares son:
- Presión arterial elevada (puede deberse por ejemplo al consumo excesivo de sal o a cuestiones emocionales).
- Obesidad y sobrepeso.
- Sedentarismo.
- Tabaquismo.
- Falta de actividad física.
- Factores hereditarios.
- Edad.
- Estrés.
- Consumo de alcohol.
Por lo tanto, decir que las grasas son responsables de las enfermedades cardíacas sería una falacia. Son uno de los factores de riesgo, y por suerte podemos corregir su ingesta de manera que controlemos su riesgo. ¡De nosotros depende tener un corazón sano!
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Castro-Martínez, M. G., Bolado-García, V. E., Landa-Anell, M. V., Liceaga-Cravioto, M. G., Soto-González, J., & López-Alvarenga, J. C. (2010). Ácidos grasos trans de la dieta y sus implicaciones metabólicas. Gaceta Medica de Mexico.