Errores comunes en la dieta
Muchas veces, por desconocimiento o impaciencia, cometemos errores comunes en la dieta, a continuación detallamos cuales son y porqué.
En lo que respecta a las dietas, hay muchas nociones equivocadas que, sin embargo, sobreviven con el paso del tiempo y son difíciles de desterrar. Esto produce errores comunes en la dieta de mucha gente que solo los lleva a retroceder en sus intenciones de perder o ganar peso.
A continuación, detallaremos algunos errores comunes en la dieta y cómo prevenirlos o solucionarlos.
5 errores comunes en la dieta
1. Eliminar totalmente un grupo de alimentos
Mucha gente decide abolir completamente la ingesta de un determino grupo de nutrientes. Suele ocurrir con los carbohidratos -los alimentos que contienen harina, específicamente- y las grasas. No obstante, esto no está bien.
Todos los nutrientes poseen funciones y facultades que los hacen necesarios, incluso las grasas. El secreto está en el equilibrio y en incorporarlos en la medida correcta. Asimismo, el momento del día también es importante: los carbohidratos se metabolizan de manera más eficiente durante el día.
2. Pensar solo en las calorías
Las personas que están haciendo dieta suelen pasárselas contando las calorías de cada alimento; es uno de los errores comunes en la dieta más frecuentes. Si bien el aporte calórico es importante para la pérdida o la ganancia de peso, también hay que considerar otros factores, como los nutrientes que cada alimento aporta.
La obsesión por las calorías lleva a las personas a omitir este importante aspecto, además de provocar el salteo de comidas. Esta es otra práctica equivocada, dado que lleva al organismo a quemar las reservas energéticas: se ralentiza así todo el metabolismo, incluida la quema de calorías.
Otra consecuencia negativa de pensar solo en las calorías es la adopción de dietas hipocalóricas, también llamadas dietas milagro. Estas son sumamente contraproducentes para la salud, dado que provocan carencias importantes para el organismo y aumentan el riesgo de padecer el efecto rebote.
3. Comer solo ensaladas
Otro concepto erróneo. Aunque es verdad que son un alimento extremadamente saludable, las ensaladas no sacian el apetito, por lo que el hambre irrumpirá con fuerza poco después de haber almorzado.
Lo mejor, entonces, es complementarlas con otro alimento que, además, aporten los nutrientes que estas no contienen. El arroz, las pastas y las legumbres son buenas alternativas para compensar las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas ausentes.
4. Consumir demasiados productos light o integrales
Mucha gente cae en el error de comer todo tipo de alimentos en su versión light. Esto está bien, pero hasta cierto punto.
Los productos light contienen menos calorías y grasas que los regulares del mismo alimento, por lo que son recomendables. Sin embargo, tampoco es bueno comer un helado light cada día. Bajo en grasas o calorías no quiere decir saludable.
Con respecto a los integrales, ocurre algo similar. Que sean mejor que la versión normal no quiere decir que ciertos alimentos sean 100% recomendables. Por un lado, los productos integrales contienen más fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos; pero por el otro, algunos también aportan muchas calorías y grasas.
Nuevamente, entonces, caemos en el eje central de toda dieta: todo es necesario y positivo en su justa medida. Por el contrario, todo exceso causará perjuicios para nuestro organismo.
5. Elegir dietas disociadas
La premisa fundamental de este tipo de dietas es consumir una cantidad libre de alimentos siempre y cuando no se mezclen con otro grupo de macronutrientes en particular. Por ejemplo, no combinar proteínas (carne) con carbohidratos (arroz) en la misma comida.
No obstante, las dietas disociadas son uno de los errores comunes en la dieta que pueden causar más daños a la salud. ¿Por qué? Porque los alimentos son combinaciones de nutrientes que muchas veces se necesitan mutuamente. Por ejemplo, las proteínas se digieren mejor con un medio ácido en el estómago.
Las dietas disociadas pueden provocar una carencia de calorías, un exceso de proteínas o grasas, pérdida de masa muscular, cetosis o estreñimiento, entre otros riesgos digestivos y cardíacos.
Lamentablemente, el mundo de la alimentación está lleno de preconceptos y de gente que se aprovecha de ellos para sacar rédito económico con productos engañosos. Es primordial, entonces, que las personas interesadas conozcan los mitos en este ámbito.
La mejor opción es acudir a un profesional, sea cual fuere nuestro objetivo. Mediante los estudios pertinentes, un nutriólogo evaluará las necesidades del organismo y elaborará un plan a nuestra medida. Así, evitaremos caer en estos errores comunes en la dieta que atentan contra nuestro bienestar y alcance de objetivos.