¿Se recomiendan las bebidas carbonatadas para rehidratarse ?
El consumo de bebidas carbonatadas es frecuente entre la población, pero no resultan la mejor herramienta para rehidratarse. Esta clase de líquidos pueden llegar a provocar problemas si se ingieren en altas dosis. Además, cuentan en su interior con varios elementos que resultarían nocivos para la salud a medio y a largo plazo.
Antes de comenzar hemos de destacar que tras una actividad física intensa es necesario consumir el 150 % del peso perdido en forma de líquido durante las 6 horas posteriores. De este modo, conseguiremos recuperar el balance hídrico. Así se logra mantener estable la temperatura corporal y poner en marcha los procesos de recuperación a nivel muscular.
¿Son una buena alternativa las bebidas carbonadas?
Como norma general, las bebidas carbonatadas cuentan en su interior con gas y con azúcares simples. Además pueden presentar algunos aditivos artificiales como colorantes o edulcorantes. Si bien es cierto que los glúcidos después del ejercicio contribuyen a estimular la resíntesis del glucógeno perdido, no vale con consumirlos de cualquier modo.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nutrients, los carbohidratos logran un mejor efecto sobre la reposición del glucógeno cuando se administran junto a proteínas de alto valor biológico. Las bebidas carbonatadas carecen de este tipo de nutrientes.
Por otra parte, el hecho de que tengan gas puede provocar que se consuma una menor cantidad de la debida, ya que causan incomodidades a nivel estomacal. A la hora de garantizar la rehidratación conviene priorizar el agua mineral natural, puesto que resulta la mejor herramienta. Permite un consumo elevado, muchas veces necesario para reponer los depósitos que han sido vaciados por medio del sudor.
Los edulcorantes de las bebidas carbonatadas no son una buena alternativa
En ocasiones se pueden encontrar bebidas carbonatadas con edulcorantes artificiales en lugar de azúcar. Estas resultan una buena alternativa de cara a reducir el aporte energético, pues dichos aditivos aportan muchas menos calorías. Sin embargo, tampoco suponen una adecuada idea de cara a mejorar el estado de hidratación.
Cuentan con dos problemas principales. En primer lugar, siguen concentrando gas en su interior, lo que limita la ingesta y provoca molestias a nivel estomacal e intestinal. Por otra parte, muchos de estos edulcorantes han demostrado fermentar en el tubo digestivo, provocando cambios en la configuración de la microbiota. A partir de aquí, se podrían experimentar alteraciones en el proceso de recuperación o en la digestión.
Lo cierto es que no sabemos con seguridad cómo puede repercutir la ingesta regular de edulcorantes sobre el estado de salud a largo plazo. Todavía hay muy pocos artículos científicos al respecto. Por este motivo, lo mejor es apostar por el principio de precaución y limitar su consumo.
Para rehidratarse después del ejercicio, agua
Como hemos comentado, la mejor herramienta para rehidratarse después del ejercicio es el agua. Ahora bien, existen algunas bebidas con alto contenido en electrolitos que también pueden resultar interesantes. De este modo se recuperan elementos que se habían perdido mediante el sudor durante la prueba, lo que conseguirá acelerar los procesos de recuperación posteriores.
No obstante, habrá que leer con atención los etiquetados. Algunas bebidas deportivas con electrolitos contienen también elevadas cantidades de azúcares simples o de aditivos artificiales en su interior, por lo que no resultarían la mejor opción. La buena noticia es que se pueden elaborar de manera casera con agua mineral, un poco de sal, azúcar y zumo de limón.
Las bebidas carbonatadas no son buenas para rehidratarse
A la hora de rehidratarse las bebidas carbonatadas no resultan una buena solución. En esta línea, debemos advertir también de los peligros del consumo de alcohol después del ejercicio. Dicho tóxico consigue estimular la diuresis, haciendo la deshidratación más agua y pudiendo provocar daños a nivel hepático y renal. Estamos hablando de una sustancia que resulta nociva para el organismo independientemente de la dosis consumida.
Para terminar, ten en cuenta que el proceso de rehidratación no comienza al final del ejercicio. Durante el tiempo de realización habrá que asegurar el consumo regular de fluidos para equilibrar la balanza y evitar males mayores, sobre todo en entornos húmedos y calurosos. Optimizar las estrategias de hidratación conseguirá mejorar el rendimiento deportivo. O más bien evitar que este caiga en picado según pasen los minutos.
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