Rutinas al fallo: beneficios y desventajas
Como cualquier otra metodología de trabajo, las rutinas al fallo tienen sus ventajas y desventajas. Generalmente, estas últimas están asociadas a errores en su aplicación, por lo que es sumamente necesario conocer los fundamentos de estos trabajos y saber a la perfección de qué manera deben ejecutarse.
¿En qué consisten las rutinas al fallo?
Las rutinas al fallo consisten en la realización de ejercicios con un peso mayor al que se realiza normalmente. La particularidad de estas series de ejercicios es que prescinden de las repeticiones; se hace la cantidad máxima a la que el atleta puede llegar.
Su objetivo primordial es el aumento del volumen de la masa muscular. Este, como hemos explicado en otros artículos, se da por la ruptura de las miofibras que componen los músculos —hipertrofia miofibrilar—; o por el mejoramiento del sarcoplasma en su capacidad de almacenar energía.
Básicamente, los defensores de las rutinas al fallo aseguran que si un músculo no se fatiga al entrenarse, no crecerá. Por eso, se busca mediante los series al fallo llegar al límite de resistencia del músculo. En otras palabras, se aumenta el cansancio para ampliar el umbral de crecimiento tras el entreno.
A continuación, analizaremos las consecuencias positivas y las negativas de entrenar de este modo. Lógicamente, todo incluye el correspondiente asesoramiento de un profesional mientras se llevan a cabo los trabajos.
Asimismo, también se deben tener en cuenta aspectos complementarios —aunque no tanto— como el descanso y la alimentación. Hay quienes recomiendan consumir una buena dosis de proteínas luego de entrenar de esta manera. Sin embargo, estas decisiones siempre deben estar respaldadas por la opinión de un médico profesional.
Descubre: La importancia de la alimentación correcta.
Beneficios de las rutinas al fallo
- Potencia la hipertrofia muscular: realizado con la frecuencia y la modalidad adecuadas, las rutinas al fallo favorecen el proceso metabólico. Sobre todo si se utilizan cargas submáximas (al 80% de la capacidad máxima) la ruptura de fibras se hace más eficiente.
- Es bueno para mejorar rápidamente la potencia muscular: ciertos estudios afirman que el entrenamiento al fallo acelera la ganancia de potencia en las primeras semanas de entrenamiento. Sin embargo, a largo plazo, los progresos se equiparan.
A raíz de lo comentado, la mayoría de los profesionales recomiendan las rutinas al fallo cuando el propósito del entrenamiento es ganar masa muscular. No es así, sin embargo, cuando se busca ganar resistencia, potencia o velocidad. En esas ocasiones, se debe evaluar cada caso puntual.
En líneas generales, las rutinas al fallo deben ser usadas con precaución. Excederse en su aplicación tendrá efectos negativos para quien entrena. Del mismo modo, tampoco servirá si no se las realiza con cierta frecuencia.
Desventajas de las rutinas al fallo
- Mayor riesgo de lesiones: ciertos especialistas se oponen a las rutinas al fallo porque afirman que es una forma agresiva de ejercitar los músculos. La exigencia desmedida que se produce, afirman, puede provocar lesiones de tipo muscular.
- Puede hacer fallar la técnica: al llevar a los músculos a la exigencia máxima, puede darse algún movimiento incorrecto o poco coordinado que resulte en una lesión. Se debe tener cuidado con este peligro al entrenar al fallo.
- Desregulación hormonal: realizar este tipo de rutinas con demasiada frecuencia o de manera diaria produciría niveles demasiado altos de cortisol y muy bajos de testosterona estando en reposo. Esto conllevaría el catabolismo, que no hace más que perjudicar la construcción de masa muscular.
Consejos a tener en cuenta
Para evitar los dos primeros inconvenientes aquí citados, es recomendable alternar las rutinas al fallo con otros tipos de entrenamientos en la semana. Es decir, planificar las sesiones; un día trabajar con fuerza, otro definición y otro al fallo, por ejemplo. Esto dependerá de la organización de cada individuo y sus asesores.
Además, es indispensable realizar estos ejercicios con la ayuda de otra persona. Así, cuando los músculos de quien entrena no pueden levantar más peso, será este asistente quien ayude a retirar las cargas.
Finalmente, una última recomendación tiene que ver con el calentamiento y la preparación. Todos estos ejercicios deben realizarse tras una correcta entrada en calor. Asimismo, el individuo debe tener un trabajo de fondo que haya desarrollado músculos capaces de soportar este nivel de cargas y agotamiento.