¿Cómo calcular a qué horas tengo que acostarme a dormir?
Aprender a cómo calcular a qué horas tener que acostarme para dormir óptimamente puede llegar a ser un quebradero de cabeza, ya que adquirir unos hábitos de sueño no es asunto sencillo. Sin embargo, merece la pena hacer el esfuerzo para tener un descanso reparador.
Existe un falso mito acerca de cuántas horas de sueño al día son necesarias. Siempre se ha creído que hay que dormir al menos ocho horas cada noche. Esto no es del todo preciso y la cantidad de horas siempre dependerá de muchas variables como la edad, el nivel de actividad y el estado de salud.
En lo que sí hay acuerdo es que cada persona debe encontrar el tiempo de descanso ideal. Tanto la falta de sueño como el exceso del mismo son problemáticos para la salud, y a la larga pueden ocasionar trastornos y afecciones de salud física. Por esa razón, a continuación te enseñamos cómo calcular a qué horas debo acostarme a dormir.
Utiliza la cama solo para dormir
La cama es un mueble que solo cumple una función, procurar el correcto descanso de la persona. Aunque esto debería ser así, la realidad es que la mayoría de las personas utilizan la cama para otras actividades, y esto repercute de manera negativa sobre el descanso de la noche.
Utilizar la cama para actividades no relacionadas con el sueño como leer, estudiar o hablar por teléfono tiene una influencia negativa a la hora de dormir. Esto se explica porque en estos casos la cama pierde el poder de ser un estímulo que indique al cerebro que es hora de dormir, y por lo tanto el cerebro no segrega las hormonas necesarias para quedarse dormido.
Por tanto, la solución es sencilla. Si quieres tener un descanso óptimo y no dar vueltas excesivas en la cama utilizala solo para dormir. El resto de actividades se pueden realizar en otros lugares y sin afectar al descanso.
Planifica las actividades del día siguiente
El sueño no es un proceso uniforme que deba mantenerse exactamente igual todos los días. Es cierto que hay que tratar de buscar una regularidad para no alterar los ritmos circadianos, pero también hay que ser flexibles y adaptar el descanso a la cantidad de actividad que se tenga al día siguiente.
Pensar de antemano qué hay que hacer al día siguiente es un primer paso para calcular a qué hora acostarse para descansar lo suficiente. Por ejemplo, si es un día que requiere mucha actividad habrá que adelantar la hora de acostarse habitualmente para dormir lo suficiente y tener la energía necesaria para cumplir todas las tareas.
Otro aspecto importante es que uno se debe levantar tan pronto como suena la alarma. Quedarse retozando es muy placentero, pero no solo es una pérdida de tiempo sino que retrasa la secreción de orexina, una de las hormonas que controla el proceso de vigilia.
El cuerpo es sabio, hazle caso
El cuerpo cuando necesita algo lo hace saber, no obstante para satisfacer la necesidad que sea hace falta escuchar al cuerpo y entender qué quiere decir.
Cuando hay hambre el estómago hace ruidos. Con la sed la garganta se seca, y con el sueño se producen bostezos y la agilidad mental se reduce. Todas estas señales son bien conocidas, pero no basta con conocerlas sino que también hay que hacerles caso.
Esto quiere decir que cuando aparecen las primeras muestras de cansancio lo mejor es irse a la cama cuanto antes, pues el cuerpo está diciendo que necesita descansar.
Muchas veces estas señales se ignoran por la creencia de que el sueño es algo secundario y que primero hay que ser productivo. Estas ideas no solo son peligrosas, también van en detrimento de la salud.
Cuida tu descanso para tener mejor calidad de vida
No hay una fórmula matemática para aprender cómo calcular a qué horas tengo que acostarme, pero sí hay unas variables que se deben tener en cuenta. En este sentido la conciencia de las sensaciones corporales y saber el horario del día siguiente son factores clave.
Por último, cabe recalcar que el cuidar el descanso no es cuestión de un capricho, sino que es un pilar fundamental para tener salud. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Granada, los problemas de sueño, como el insomnio y la apnea, acaban afectando negativamente al bienestar subjetivo y calidad de vida. Con todo esto, toma nota de estos consejos y no pierdas más tiempo para ponerlos en práctica.
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- Morales, E. M., del Carmen Cano, M., y Casal, G. B. (2005). Sueño y calidad de vida. Revista Colombiana de Psicología, 14(1), 11-27.