¿Cómo saber si somos sedentarios?
Mantenerse activos desde el punto de vista físico es trascendental de cara a mantener un buen estado de salud con el paso de los años. De lo contrario, pueden desarrollarse patologías crónicas y complejas que condicionarán negativamente el bienestar. Ahora bien, es necesario saber si somos sedentarios o no, para así incrementar el nivel de actividad hasta rangos adecuados.
Antes de comenzar hemos de destacar que resulta prioritario enfatizar el trabajo de fuerza sobre el de resistencia. De este modo se favorecen las adaptaciones musculares que incrementan la tasa metabólica basal y te alejan del estado de sobrepeso y de obesidad. Esto se considera determinante para evitar situaciones de inflamación crónica que puedan dar lugar a alteraciones fisiológicas.
¿Qué se conoce como sedentarismo?
Lo primero que hay que dejar claro es lo que engloba el término de sedentarismo. Bajo este concepto se designa a aquella persona que a lo largo de la semana no realiza actividad física ni cuenta con un estilo de vida activo. Es posible no realizar un deporte como tal y no caer dentro del sedentarismo, siempre y cuando exista movimiento. No obstante, lo óptimo es que se realice ejercicio de media o alta intensidad para mejorar la salud.
El problema es que durante los últimos años se ha incrementado mucho la tasas de sedentarismo a nivel mundial. Las nuevas formas de entretenimiento, los problemas de confinamiento que ha traído la pandemia y los trabajos a través del ordenador han provocado que los desplazamientos de las personas se reduzcan y que cada vez se destine menos tiempo a hacer deporte o actividad física.
A esto hay que sumarle el hecho de que los adultos son menos propensos a la actividad física como tal que los niños. Cuando las personas entran en el mercado laboral suelen dejar de practicar ejercicio, lo cual impacta rápidamente sobre el estado de composición corporal. No se debe olvidar que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para el desarrollo de muchas patologías, según un estudio publicado en Metabolism.
Clasificación del sedentarismo según el gasto energético
Existen varias definiciones válidas para el concepto de sedentarismo, no solo la que ya hemos expuesto. Por ejemplo, se puede considerar que una persona cuenta con dicha condición si no realiza al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayor parte de los días de la semana.
Incluso se podría catalogar de sedentaria a una persona atendiendo a criterios relacionados con el gasto energético. Para considerarse activo será preciso realizar al menos 3 días de actividad física vigorosa semanal, de duración superior a 20 minutos cada una. También el hecho de pasarse la mayor parte del día sentado o tumbado se puede considerar sedentarismo.
Ser sedentarios y el riesgo de muerte
De acuerdo con una investigación publicada en la revista JAMA, pasar mucho tiempo sentado o acostado, es decir, en posición sedentaria, incrementa el riesgo de muerte en personas de mediana edad. En este sentido, la comunidad científica acepta que el sedentarismo como tal afecta negativamente a la longevidad y a la calidad de vida. En efecto, el envejecimiento llegará antes y de forma acelerada.
Y es que para mantener un buen estado de salud no solo basta con cuidar la alimentación. Esto es fundamental, pero será clave promocionar otros buenos hábitos de vida saludables. Entre ellos está la práctica de actividad física vigorosa. Lo mejor es entrenar fuerza al menos 3 veces por semana, pudiendo combinar dicho ejercicio con otro trabajo complementario de resistencia.
Es necesario evitar ser sedentarios para mejorar la salud
Como has podido comprobar, ser sedentarios influye de manera determinante sobre la calidad de vida. El ser humano está diseñado para mantenerse físicamente activo, por lo que cumplir contra este aspecto biológico nos traerá consecuencias positivas a corto y mediano plazo. Así es como el ejercicio se postula como una de las herramientas de salud más importantes que existen.
Ahora bien, no solo importa moverse. La actividad física ha de estar bien pautada. Desde luego, entrenar con mala técnica o con una mala distribución del volumen de trabajo puede ocasionar lesiones o situaciones de cansancio y fatiga. Ante el desconocimiento, lo mejor es dejarse guiar por un profesional. Así se conseguirán los mejores resultados y se experimentará un avance adecuado, evitando dolores.
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