Causas y síntomas del esguince de rodilla
Cuando pensamos en un esguince, la mente automáticamente se enfoca en el tobillo. Hemos visto (y/o sentido) cómo se dobla el tobillo en multitud de deportes y situaciones, lo cual suele conllevar este tipo de lesión. Pero no podemos obviar la importancia del esguince de rodilla, una lesión que también es frecuente pero de la que no se habla tanto.
A continuación analizaremos esta lesión, centrándonos en la razón por la cual aparece (causas) y cómo saber si lo has sufrido (síntomas).
¿Qué es un esguince de rodilla?
Antes de empezar, para entender este concepto tenemos que saber exactamente qué es un esguince.
Un esguince se refiere a una lesión de un ligamento, el cual se extiende o tensa más de lo deseable, causando la rotura de algunas de sus fibras. La función de los ligamentos es proporcionar estabilidad a las articulaciones y limitar el movimiento que pueden realizar. Pero cuando realizamos un movimiento súbito o demasiado fuerte, su límite de elasticidad se puede ver superada.
Por lo tanto, un esguince se puede dar en cualquier estructura en la que hayan ligamentos – y en la rodilla tenemos cuatro.
Los cuatro ligamentos de la rodilla
Tenemos dos ligamentos dentro de la articulación y otros dos a los lados de la misma.
Por una parte tenemos a los ligamentos cruzados, el ligamento cruzado anterior y el cruzado posterior. Su función es limitar el movimiento de la tibia hacia delante respecto del fémur, así como limitar la rotación de la rodilla.
Y por otra, tenemos el ligamento colateral externo y el colateral interno. Estos ligamentos también ayudan a la estabilidad de la articulación. Y además limitan la rotación de la articulación, evitando los movimientos laterales excesivos.
Causas del esguince de rodilla
Como cada ligamento tiene su función, las causas lógicamente dependerán de qué ligamento nos hemos lesionado. Dada la naturaleza de la lesión en sí, todos tendrán que ver con forzar el ligamento más allá de sus capacidades. Aunque hay casos que se comparten, cada una también la pueden causar ciertos movimientos específicos.
- Ligamento cruzado anterior: cambio rápido de dirección, estar corriendo y parar de golpe, aterrizando con una postura incorrecta del miembro inferior tras un salto, o al recibir un golpe en la pierna estando esta apoyada.
- Ligamento cruzado posterior: caer con el peso sobre la rodilla estando esta apoyada y doblada a 90º, recibir un golpe en la parte delantera estando la rodilla apoyada y doblada a 90º, o al forzar la rodilla a hacer una rotación estando el pie apoyado.
- Ligamento colateral externo (o lateral): cambio de dirección o rotación repentina de la rodilla mientras el pie está apoyado, caer de manera incorrecta o al recibir un golpe en la parte interna de la rodilla.
- Ligamento colateral interno (o medial): cambio de dirección o rotación repentina de la rodilla mientras el pie está apoyado, caer de manera incorrecta o al recibir un golpe en la parte externa de la rodilla.
Como vemos, las cuatro estructuras sufren en momentos similares, pero dependiendo del lugar hacia el cual rote la rodilla, o la manera incorrecta de caer, se lesionará una estructura u otra. También hay que añadir que, dependiendo de la gravedad de la lesión, estaremos ante una lesión de grado I, II o III.
Síntomas del esguince de rodilla
Lo primero será que notaremos dolor, especialmente al intentar andar. Por otra parte, la zona afectada estará inflamada. Es decir, estará más rojiza y notaremos un leve aumento de la temperatura.
En tercer lugar, habrá limitación funcional, es decir, tendremos limitada la movilidad de la pierna. Además de la limitación funcional, también notaremos cierta inestabilidad en la rodilla, así como algo de adormecimiento en la zona lesionada. Por último, si estamos ante un esguince de grado II o, especialmente, de grado III, también habrá un hematoma. Es decir, se provoca un sangrado debido a la rotura de fibras del ligamento.
Esguince de rodilla: aviso a deportistas
Como hemos visto, el esguince de rodilla es una patología que se da mayoritariamente en deportistas. Y específicamente aquellos que practican el fútbol, baloncesto, esquí o rugby. Deportes en los que se cambia de dirección rápidamente, se salta y pueden haber colisiones.
La única manera de tratar de protegerte es tener una musculatura fuerte y someter el cuerpo a situaciones límite, pero de manera controlada, en los entrenamientos. Es decir, practicar por ejemplo el saltar y caer sobre plataformas inestables. Poner a tu cuerpo en situaciones potencialmente lesivas repetidas veces para darle mayores posibilidades de solventar la situación después en el terreno de juego. Como alternativa, también podemos ayudar a la rodilla con vendajes si es necesario.
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- B. Novoa y M. Pérez. Abordaje terapéutico y preventivo de lesiones en el fútbol mediante vendajes funcionales y ortesis: esguince de rodilla y dolor femoropatelar. Fisioterapia. Volume 31, Issue 3, May–June 2009, Pages 101-106.
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