Lesiones comunes en los deportes de invierno
En invierno hace frío, y una manera de generar calor es a través de la contracción muscular. Así pues, practicar deporte en invierno es algo perfectamente comprensible. Si a esto le sumamos la presencia de nieve, se abre un abanico de posibilidades que no existe en otras épocas del año. Sin embargo, estas disciplinas también tienen una serie de peligros. Estas son algunas lesiones comunes en los deportes de invierno.
Lesiones comunes en los deportes de invierno
Lesiones de rodilla
Empezamos la lista con esta ‘categoría’ porque la rodilla es una de las articulaciones que más sufre en deportes como el esquí o el patinaje sobre hielo. Así, si al correr o cambiar de dirección sobre suelo sólido ya efectúa grandes fuerzas sobre la articulación, yendo a velocidades más altas sobre terreno deslizante lo hará todavía más.
Debido a estas fuerzas exageradas, aparecen por ejemplo las roturas de ligamentos, al torcer bruscamente la pierna mientras la tenemos en contacto con el suelo. Tanto los ligamentos cruzados como los laterales pueden verse afectados en este escenario; también pueden darse lesiones de meniscos.
Otra lesión frecuente son los edemas óseos, en este caso, principalmente tras una caída. Cuando caemos hacia adelante a gran velocidad, podemos tender a flexionar las rodillas y exponer el fémur. Si este impacta contra el suelo, puede provocar un sangrado interno que, a diferencia de un edema muscular, va a tardar significativamente más tiempo en absorberse.
Dislocación de hombro
Sufrir una dislocación de hombro también es común en los deportes de invierno; de nuevo, la primera causa son las caídas. Nos caigamos hacia el lado que sea, a no ser que sepamos colocar nuestro cuerpo, lo lógico es que apoyemos directamente la mano o, si no nos da tiempo, caigamos con todo el peso sobre el hombro.
En el segundo caso, una consecuencia habitual es la dislocación o la salida de la cabeza del húmero de la cavidad glenoidea de la escápula. Además de ser dolorosa, esta lesión requiere atención médica urgente. Aunque la recibamos, la dislocación va a debilitar los tejidos que rodean la articulación, como la cápsula articular o los ligamentos.
Sin embargo, si no somos atendidos a tiempo, las consecuencias pueden empeorar y podemos tener molestias en el hombro durante muchos años, así como inestabilidad articular permanente.
Fracturas
En este apartado, se engloban diversos tipos de fracturas, dependiendo de cómo haya sido la caída. Tanto en patinaje como en esquí o snowboarding, estamos expuestos a caídas en las que apoyamos todo el peso de nuestro cuerpo sobre unos huesos u otros.
Es frecuente fracturarse la muñeca si apoyamos la mano al caer, o la clavícula al caer de lado o de frente. También podemos fracturarnos otros huesos de las extremidades, e incluso vértebras en casos graves de caídas hacia atrás.
Esguinces
Por último, hay que hablar también de esguinces, ya que hay varios que son frecuentes en los deportes de invierno. Si patinamos, los esguinces de tobillo están a la orden del día. Doblar el tobillo mientras tratamos de movernos con cierta gracia sobre el hielo con nuestros patines es muy frecuente.
También lo es si al caer se enganchan los esquíes en la nieve. De igual modo, podemos sufrir un esguince en mano o muñeca si al caer apoyamos la mano.
Otra lesión frecuente son los esguinces cervicales, y como hemos mencionado en el apartado de la rodilla, los cuatro ligamentos de esta articulación también están expuestos a lesionarse en distintos niveles de gravedad.
En último lugar, cabe mencionar la lesión del pulgar en el esquí tras una caída en la que tratamos de no soltar los palos. En este caso, el palo se acabará quedando atascado en la nieve y nos doblará la articulación hacia atrás. Esto podría causar un esguince o una fractura, dependiendo de la gravedad.
Prevención de lesiones en deportes de invierno
Para terminar, unos consejos para prevenir estas y otras lesiones mientras practicamos deportes de invierno:
- Preparación física: es importante que nuestros músculos y demás tejidos blandos estén preparados para afrontar el esfuerzo que les vamos a exigir.
- Utilizar el material deportivo correcto para nuestra fisiología: ya sean patines, esquíes, tablas o palos, debemos asegurarnos de escoger acertadamente. Dar unas clases para aprender a manejarnos y caer correctamente también puede ser muy útil.
- Descansar lo suficiente, lo cual también está relacionado con la preparación física. Claro que queremos aprovechar nuestros días en la nieve, pero ¿vale la pena arriesgar esas últimas horas del día o ese largo paseo vespertino en vez de permitir que se recupere nuestro cuerpo? Un baño, un breve paseo por los alrededores del hotel y dormir nuestras ocho horas en una buena cama es necesario para que no aumente la probabilidad de lesión al día siguiente.
- Cuida la velocidad: esto es como conducir un coche: si vas a tener un accidente, mejor que sea a poca velocidad que yendo deprisa. En gran parte, las consecuencias de una caída van a depender de la velocidad. Actúa siempre con cabeza y vigila tu alrededor.
Finalmente, sigue las normas. Si quieres prevenir lesiones, no te salgas de los caminos establecidos ni te empeñes en realizar saltos con montañas de nieve improvisadas. Vigila el estado de la nieve por la mañana y planéate el esfuerzo con base en tu nivel con el deporte que quieras practicar.
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