¿Cuáles son las principales causas de las hernias deportivas?
Pese a que pueda hacernos pensar en la espalda, las hernias deportivas no tienen que ver con esta parte del cuerpo. En cambio, están relacionadas con la zona inguinal, y las causas de las hernias deportivas son relativamente claras.
A continuación, vamos a ver cuáles son esas causas. Además, nos informaremos un poco sobre qué significa esta lesión y qué podemos hacer para prevenir su aparición.
¿En qué consiste esta lesión?
Una hernia deportiva es una lesión en la zona inguinal. El paciente notará un dolor crónico en esta zona, a menudo en ambas ingles, y el dolor se puede extender hacia la zona del pubis o genital.
Además, es un dolor que se acentuará cuando el paciente practica deporte, estornuda o tose. En definitiva, cualquier esfuerzo físico que obligue a la zona a trabajar podrá ocasionar molestias.
Esto es debido a que esta patología la origina una lesión de los tejidos blandos de la zona. Por lo tanto, pueden estar afectados los músculos, tendones o ligamentos. Justo los tejidos que utilizamos para movernos o estabilizar la zona cuando los músculos se contraen y el cuerpo se mueve.
Causas de las hernias deportivas
Vista la descripción de la patología, nos será fácil identificar sus principales causas. Como indica la literatura académica sobre el tema, la principal es practicar un exceso de deporte que ponga tensión en las estructuras.
Si obligamos al cuerpo a soportar una gran carga de ejercicio, es probable que alguna estructura acabe sufriendo. En este caso, la musculatura aductora de la pierna —que acerca la pierna al cuerpo— también es susceptible de sufrir lesiones y, por lo tanto, también lo serán sus tendones, que conectan el músculo al hueso, y los ligamentos.
Como apunte adicional, los deportes que con mayor frecuencia causan esta patología son aquellos en las que el deportista tiene que hacer movimientos repetitivos de giros. Estos incluyen el fútbol, el hockey o tenis, entre otros.
Además de una carga repetitiva, las hernias deportivas también las puede causar un incremento súbito de la intensidad deportiva. Es decir, no solo es perjudicial repetir los mismos movimientos miles de veces, sino que también lo es pasar de hacer el gesto 10 veces al día a 1000 sin pasar por 100, 200 o 500. Es vital hacer un aumento progresivo de la carga deportiva para que los tejidos se vayan fortaleciendo y acostumbrando.
Finalmente, la causa de que sea una patología crónica es no recibir tratamiento y no reposar adecuadamente. Las hernias deportivas son patologías crónicas, y esto es debido a que la persona nota molestias, pero no hace mucho caso y continúa haciendo el mismo deporte, agravando la lesión. Al final, se convierte en algo más difícil de tratar y que perdura en el tiempo.
Información extra sobre las hernias y sus causas
Además de lo comentado con anterioridad, hay que tener en cuenta los siguientes detalles acerca de esta lesión:
- Es difícil de diagnosticar, porque un dolor en la ingle puede tener varios orígenes. Por lo tanto, si tienes molestias continuadas en la zona, debes acudir a un médico para que te realice las pruebas diagnósticas correspondientes. Si es un problema muscular o tendinoso, puede que necesites acudir a un fisioterapeuta.
- No se saben a ciencia cierta las causas de las hernias. Las causas mencionadas hacen referencia a los hábitos que por lógica pueden dañar estas estructuras. Sin embargo, desde un punto de vista médico, no está del todo claro por qué afectará a determinadas personas y a otras no. Además, las lesiones inguinales son bastante frecuentes entre los deportistas, pero que aparezca específicamente esta sigue teniendo cierto misterio.
- Como hemos dicho, es una patología que puede tener una duración larga. De ahí que siempre se considere que cursa con dolor crónico. Por ello, deberás armarte de paciencia y curarte completamente antes de volver a la práctica deportiva.
Una lesión enrevesada
De todo lo anterior se desprende que estamos ante una lesión con ciertas peculiaridades. Complicada de diagnosticar, se puede extender en el tiempo si no se trata correctamente y con un origen variable, según detalla un artículo publicado por la Revista de la Asociación Argentina de Traumatología del Deporte.
Para evitar sufrir una lesión como esta, lo mejor que puedes hacer es graduar bien tus sesiones de entrenamiento. Esto implica aumentar la intensidad y duración con cabeza y, si tienes molestias que duran más de un día o dos, hacerte pruebas. De lo contrario, estás arriesgando el cuerpo a seguir sufriendo y empeorando la lesión, una lesión cuyo tratamiento dependerá de la estructura exacta que se haya visto afectada.
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