Importancia de la salud mental en el deportista
Tener una buena salud mental es un aspecto fundamental para el bienestar del deportista. La faceta psicológica complementa a la física, técnica y táctica en la visión global del rendimiento deportivo.
A pesar de esto, no siempre se da al aspecto mental la importancia que merece. Muchas veces se asume que no es tan importante como otras aristas, o que el deportista es capaz de solucionar sus problemas psicológicos por él mismo.
A lo largo de las últimas dos décadas, se han hecho muchos esfuerzos para incluir la figura del psicólogo dentro de los equipos y entidades deportivas. Sin embargo, la integración de esta figura está lejos de otras más aceptadas, como los fisioterapeutas o los preparadores físicos.
Hablar de salud mental en el deporte debería estar normalizado. Si esto fuese así, los deportistas estarían más abiertos a hablar de sus experiencias y relatar sus dificultades psicológicas. De esta manera, se les podría prestar la atención requerida y solucionar los problemas antes de que se conviertan en algo persistente.
Por todas esas razones, a continuación hablaremos de la importancia de fortalecer la salud mental en el deportista.
Mejora la regulación de las emociones negativas
Las emociones son una parte esencial e inseparable de las personas. Tanto las positivas como las negativas tienen una función especial en mantener el equilibrio entre la persona y el entorno que la rodea.
La salud mental en el deportista no significa que solo se puedan experimentar emociones positivas, sino validarlas todas y comprender que son necesarias, aunque sean incómodas. Colocarse una venda de positivismo en los ojos no es salud mental, solo negar la realidad.
Validar las emociones es importante, pero también tiene que haber un componente de acción, de querer cambiar uno mismo para sentirse mejor. La única forma de cambiar los estados de ánimo negativos es actuar directamente sobre ellos: escribir, escuchar música, salir a dar un paseo o buscar el apoyo de otros son algunos ejemplos.
Mayor autoestima y autoconfianza
La autoestima y la autoconfianza se relacionan con la manera en la que nos percibimos, evaluamos y comportamos con nosotros mismos. Por lo tanto, es intuitivo pensar que, cuanto mayor sea la salud mental del deportista, mejor será la imagen que tiene de él mismo.
La relación entre autoestima y salud mental ha sido ampliamente estudiada. Según un estudio publicado en la Revista de Psicología y Ciencias Afines, la autoestima se relaciona positivamente con la salud mental, pero no solo eso. Además, se encontró una relación positiva entre autoestima, salud mental y felicidad personal.
Los deportistas con una buena salud mental no solo confían más en sus capacidades, sino que también disfrutan más de la vida y afrontan los retos con optimismo y determinación.
Mejor relación con el entrenador y los compañeros
La salud mental en el deportista no solo es una cualidad que le ayuda en el terreno personal. Sus beneficios también se extienden al plano social y potencian las relaciones con los demás.
Un deportista con una salud mental fortalecida confía más en las personas que lo rodean. Así, no tiene reparo en contarles sus preocupaciones y su forma de relacionarse es de buscar ayuda, pero sin depender.
Además, la salud mental es sinónimo de asertividad, la capacidad de expresar los sentimientos y los deseos propios de manera empática y respetuosa con la otra persona.
Con relación a esto, cabe mencionar que la relación entre salud mental y relaciones interpersonales es bidireccional. De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad Autónoma de Barcelona, una mayor calidad de las relaciones sociales y una red de apoyo sólida es un factor potenciador de la salud mental.
Centra la atención en lo que de verdad importa
Uno de los problemas más frecuentes que sufren los deportistas es la desconcentración durante las competiciones. El origen de esas desconcentraciones puede ser externo —el comportamiento de los rivales, el público o el tiempo—, pero es más frecuente que sea interno, por los pensamientos y sensaciones.
Una baja salud mental es una constante fuente de pensamientos negativos sobre uno mismo. Estos pensamientos pueden ser tan intensos que el deportista no logra centrar su atención en la competición y acaban perjudicando su rendimiento.
Si el deportista trabaja por mejorar su salud mental, verá que tanto la intensidad como la frecuencia de pensamientos negativos disminuye. De este modo, le será más fácil estar a lo que es importante en la cancha y deshacerse de las dudas respecto a él mismo o el futuro.
Tener salud mental es sinónimo de felicidad
La salud mental no debería verse como un lujo al alcance solo de los deportistas de élite. Cualquier persona tiene derecho a estar sano psicológicamente y a sentirse bien consigo misma.
Trabajar el aspecto mental no solo te ayudará a aumentar el rendimiento y alcanzar los objetivos; también te hará sentir más liberado y libre de preocupaciones innecesarias. Para sintetizar todo esto en una frase: la salud mental es igual a mejor calidad de vida y felicidad.
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