4 beneficios del ejercicio en personas mayores
El ejercicio en personas mayores es un pilar fundamental para un envejecimiento sano. En la última etapa de la vida mantenerse activo es igual o más importante que en otros momentos vitales. En efecto, la actividad física tiene múltiples beneficios en personas mayores.
De acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, las personas a partir de 65 años deberían realizar al menos 150 minutos a la semana de ejercicio moderado.
Por otro lado, antes de que un adulto mayor empiece a ejercitarse es esencial hacer una evaluación de su estado de salud y adaptar los ejercicios a su forma física. El ejercicio en personas mayores debe ir destinado a mejorar su calidad de vida y prevenir dolencias, no a crear nuevas lesiones.
En base a dichas premisas, a continuación revisaremos los beneficios psicológicos que tiene el deporte en personas mayores.
1. Menor probabilidad de sufrir enfermedades neurodegenerativas
Las personas de mayor edad son las que mayor probabilidad tienen de sufrir una enfermedad neurodegenerativa. Esto se debe a que el cerebro es un órgano muy sensible, y que llegado a una edad avanzada su ritmo de deterioro se acelera considerablemente.
El hecho de que una persona padezca una enfermedad como alzheimer depende de muchos factores tanto genéticos como ambientales. No obstante, se puede retrasar su aparición mediante un estilo de vida activo.
En un estudio de la Universidad de Melbourne se obtuvo que aquellos adultos mayores que siguieron un programa de ejercicio durante seis meses mostraron una menor probabilidad de desarrollar Alzheimer. Además, esas mejoras se mantuvieron por 18 meses tras finalizar la intervención.
2. Mejor funcionamiento cognitivo
Uno de los efectos más estudiados del ejercicio en personas mayores es su capacidad para mejorar funciones cognitivas como el tiempo de reacción, la memoria, o la capacidad para mantener la concentración.
Según un estudio realizado por la Universidad de Granada, tanto el ejercicio aeróbico como el anaeróbico es capaz de producir mejoras en los procesos cognitivos de estas personas. Estas mejoras se producen principalmente en la capacidad de atención y en la coordinación motora.
Por esa razón, los programas de actividad física y deporte destinados a la tercera edad son la mejor intervención para conservar la rapidez mental y ralentizar los efectos típicos del envejecimiento.
3. Menos sentimientos de depresión y ansiedad
Es bien conocido el efecto positivo que tiene el ejercicio físico sobre la estabilidad emocional. Tal es así que 30 minutos al día de actividad física son capaces de producir un notable cambio sobre las emociones.
En el caso de las personas mayores no iba a ser menos. El ejercicio físico es una manera excelente de mantener a raya las emociones negativas y de promover las positivas.
Las razones que explican esto son muchas: las hormonas que se liberan después del entrenamiento que generan sensaciones positivas; el sentimiento de confianza por cumplir lo que uno se propone; o el poder desconectar del estrés de la rutina diaria.
4. Permite formar vínculos con otras personas
Uno de los principales problemas que sufren las personas mayores son los sentimientos de soledad. El aislamiento en estas personas es algo habitual ya que muchas viven solas, y además a penas tienen contacto con las personas de su entorno.
Acciones como apuntarse a un gimnasio o una actividad dirigida en grupo, como pilates o yoga, es una magnífica oportunidad para conocer personas con gustos similares. El ejercicio en personas mayores aumenta el bienestar porque aporta beneficios físicos o psicológicos. Pero también potencia la calidad de vida a través de una mejoría en la vida social.
Un estilo de vida activo es la clave para envejecer con salud
Para llegar a anciano con salud son fundamentales los hábitos que se han ido adquiriendo a lo largo de la vida. Una buena alimentación, un descanso adecuado, y el ejercicio físico de forma regular son la clave del bienestar en la última etapa de la vida.
Por último y como se dijo al principio, es esencial evaluar el estado físico de la persona mayor antes de comenzar una rutina de entrenamiento. De esta manera, será posible diseñar el programa de ejercicio que mejor se adapte a la persona.
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