Ejercicios de ballet que ayudan a la flexibilidad
Cuando pensamos en danza, podemos llegar a creer que es necesario ser una persona de contextura pequeña y usar zapatillas de punta. Sin embargo, algunos ejercicios de ballet nos pueden ayudar en diferentes etapas de la vida.
Por ejemplo, si queremos trabajar la flexibilidad, esta disciplina puede ser una gran aliada. Solo es cuestión de ejercitar 1 o 2 veces por semana, como mínimo, y llegar hasta donde el cuerpo pueda.
¿Por qué trabajar la flexibilidad?
Cuando somos pequeños, podemos estirarnos de manera tal que el cuerpo parece elástico. No obstante, con el paso de los años esa flexibilidad se va perdiendo si no la entrenamos.
Así, en la adultez podemos llegar a tener problemas para alcanzar algo que está muy alto en la alacena o que se cayó al suelo o al saltar un charco de agua cuando llueve. Estas limitaciones también abarcan la sensación de poder realizar solo movimientos acotados después de estar todo el día sentados en el escritorio.
Por este motivo es tan importante trabajar la flexibilidad en cualquier momento, tanto del día como de la vida. En este sentido, emulando algunos movimientos de la danza podemos al menos estirarnos un poco más que antes. Como explica una tesis presentada en la Universidad de Guayaquil, el ballet es una disciplina que permite mejorar la flexibilidad y corregir la postura corporal.
Específicamente, lo que tenemos que trabajar son las piernas, la espalda, los brazos, los hombros y el cuello. De esta manera, los movimientos serán más alargados y evitaremos dolores o contracturas.
Ejercicios de ballet para trabajar la flexibilidad
Por supuesto, no podemos pretender que sin experiencia ni práctica tengamos una gran flexibilidad y apertura de las extremidades. Sin embargo, sí podremos al menos sentirnos menos rígidos en las actividades cotidianas.
Para ello, recomendamos estos ejercicios de ballet que nos ayudarán a flexibilizar un poco más los músculos:
1. Estirar el cuello
Este ejercicio se puede hacer en cualquier momento del día, pero puede ser muy relajante realizarlo al despertar o antes de dormir. De pie y en posición recta —es decir, con la espalda derecha— llevamos la oreja izquierda lo más cerca posible del hombro izquierdo.
Con cada inspiración, tratamos de bajar un poco más. No hace falta «ayudarnos» con las manos, así evitaremos dolores. Una vez finalizado el movimiento, repetir para el lado contrario.
2. Gran Plié
Es uno de los ejercicios de ballet más conocidos y, si bien es difícil de lograr, al menos podemos usarlo para estirarnos. Primero, juntamos los talones para que los pies queden mirando hacia afuera. Las piernas deben estar pegadas al principio.
Posteriormente, nos tomamos de una silla o mesa por delante de nosotros con ambas manos, flexionamos levemente las rodillas y descendemos el cuerpo. La idea es que los talones no se separen ni se levanten del suelo. En último lugar, bajamos el torso lo más que podamos, siempre con la espalda derecha.
3. Gran Plié con estiramiento de brazos
Ahora vamos a hacer las cosas un poco más complicadas, pero siempre pensando en estirar y tener mayor flexibilidad. Haremos el ejercicio anterior y, una vez que flexionamos las rodillas, vamos a soltar las manos de la silla o mesa para llevarlas por encima de la cabeza, con los brazos bien estirados.
De ser posible, choca ambas palmas. Mantén la postura durante 4 respiraciones.
4. Relevé
Este ejercicio sirve para estirar los pies y sobre todo los empeines, pero también para flexibilizar las piernas. Para comenzar, nos ponemos con los pies separados a un ancho de caderas, con las puntas mirando hacia afuera —no hace falta que los talones se toquen—.
Acto seguido, nos ponemos de costado a una pared, mesa o silla y nos sujetamos bien. Luego, elevamos los talones para quedar en puntas de pie. Mantenemos la postura unos segundos y descendemos despacio.
5. Demi plié
Este quizás es un ejercicio un poco más sencillo que el Plié o el Gran Plié porque no requiere la postura de talones que se tocan. Podemos ponernos tanto de frente como de costado al apoyo elegido.
Los pies miran hacia afuera y la espalda permanece siempre recta. Una vez ubicados, flexionamos las rodillas y descendemos el cuerpo lo más posible. Los talones se pueden despegar del suelo para lograr una mayor apertura de los muslos, como se muestra en la portada.
Para completar el demi plié, podemos elevar el brazo que queda libre por encima de la cabeza y, si nos animamos, levantar los dos brazos al mismo tiempo.
6. Port de bras
El último de los ejercicios de ballet que nos pueden ayudar en la flexibilidad se puede hacer tanto de pie, que es lo más recomendado, como sentado, si es que estamos por ejemplo en la oficina. Para comenzar, levantamos los brazos hasta la altura de los hombros, siempre con la espalda recta. Luego, el trabajo solo consiste en subirlos y bajarlos como si fueran olas del mar.
En definitiva, estos ejercicios de ballet deben hacerse con mucho cuidado y respetando las capacidades y limitaciones personales. De a poco iremos consiguiendo más flexibilidad y nivel de estiramiento, así que la paciencia y constancia son virtudes fundamentales.
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- Indacoceha Mendoza, J.C. La flexibilidad corporal y su influencia en el aprendizaje del ballet en las niñas de ocho a dieciséis años. Universidad Técnica de Ambato. http://192.188.46.193/handle/123456789/4864
- Calderón Vista, S y Soto Cobo, A. El ballet en el mejoramiento de la postura. 2018. Universidad de Guayaquil. http://repositorio.ug.edu.ec/handle/redug/38475