¿Cuál es la mejor hora de la mañana para desayunar?
La mejor hora para desayunar no siempre es justo al levantarse. En ocasiones conviene dejar un espacio para que el cuerpo se ponga en marcha y se activen ciertos mecanismos fisiológicos. Ahora bien, va a depender también de las rutinas de cada uno. En el caso de despertarse muy pronto para trabajar no siempre existe dicha alternativa.
Antes de comenzar hemos de destacar que en los últimos años se le está prestando cada vez más atención a la crononutrición. Esta ciencia estudia cómo afecta el consumo de alimentos y de nutrientes al organismo según el momento del día en el que se ingieran. En muchas personas existen diferencias significativas, lo que podría condicionar los estados de salud y de enfermedad.
Es bueno esperar un poco para desayunar
Como hemos adelantado, lo mejor es esperar un rato para desayunar, no comer justo al levantarse. En condiciones normales la glucemia basal en ayunas se encuentra baja. Mantener este estado permite poner en marcha ciertos mecanismos beneficiosos a nivel fisiológico, como la biogénesis mitocondrial. Esto se traducirá en un menor riesgo de desarrollar patologías crónicas y complejas a lo largo de los años.
Además muchas personas se levantan sin hambre. Esto es algo que hay que respetar siempre. Como norma general no conviene consumir alimentos si no hay apetito, ya que el fenómeno de la saciedad suele ejecutarse de manera eficiente cuando los requerimientos nutricionales están cubiertos.
Ahora bien, hay que dejar una cosa clara. Durante los primeros momentos del día, antes del consumo de alimentos, los niveles de hormona del crecimiento se encuentran elevados. Esto no quiere decir que mantener una situación de ayuno vaya a conseguir promocionar las ganancias musculares. Simplemente la GH en este contexto tiene una función anticatabólica, lo que protegerá el tejido magro.
Desayunar a media mañana para generar déficit energético
Una alternativa que se debe tener en cuenta es la de desayunar a media mañana, en lugar de a primera hora. Con esto se puede conseguir extender el tiempo de glucemia baja, algo positivo para el organismo, y controlar la ingesta energética diaria. Probablemente se reduzcan las calorías consumidas, lo que conducirá a un mejor estado de composición corporal. Cabe recordar que el sobrepeso y la obesidad han demostrado incrementar el riesgo de enfermar, por lo que este efecto se considera muy positivo.
Por otra parte, mantener el ayuno durante más horas puede afectar positivamente a los procesos fisiológicos que se asocian con la longevidad. Incluso favorecer la salud metabólica. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of Physiology and Pharmacology, se experimentaría un mejor control de las glucemias, lo que mejora el manejo de la diabetes de tipo 2.
Ahora bien, hay que tener cuidado a la hora de aplicar estos protocolos en casos de enfermedad. Conviene siempre consultar con el especialista, ya que a veces se necesita una introducción paulatina para evitar fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre que puedan generar consecuencias negativas.
La hora importa, pero también la calidad
Para terminar hemos de comentar que además del horario del desayuno es determinante garantizar la buena calidad del mismo. En este momento suelen incluirse en la pauta una gran cantidad de alimentos procesados industriales, con alto contenido en azúcares añadidos y en grasas de tipo trans. Ambos elementos perjudican el estado de salud.
Con el objetivo de evitar o de reducir el riesgo de desarrollar patologías conviene asegurar la presencia de alimentos frescos en la pauta de forma dominante. También en el desayuno. En la medida de lo posible se deben garantizar una fuente proteica de calidad y un comestible de origen vegetal.
Optimiza el horario del desayuno para mejorar la salud
Como has visto, la mejor hora para desayunar no es siempre nada más levantarse, aunque esto puede variar según las circunstancias individuales. Sea como fuere, será fundamental también plantear una buena dieta a lo largo del día, variada y equilibrada. Hay que garantizar que se cubren los requerimientos en cuanto a nutrientes esenciales.
Para terminar hemos de destacar que con el objetivo de mejorar la salud no solo basta con cuidar la alimentación. Hay que proponer otros buenos hábitos mantenidos a lo largo del tiempo. De entre ellos destacaremos la necesidad de practicar ejercicio físico de forma regular, dando prioridad al trabajo de fuerza.
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