¿Qué pasa en los riñones cuando hacemos ejercicio?
La adaptación del organismo al deporte es inevitable cuando se lo practica regularmente. Aquello que pasa en los riñones cuando hacemos ejercicio no escapa a esta realidad, y muchas veces se trata de una normalidad que no debe alertarnos.
Sin embargo, a veces la fisiología renal sufre modificaciones que derivan en problemas de salud. Estos cambios pueden ser pasajeros o de larga duración, y los más frecuentes incluyen la proteinuria y la pérdida de electrolitos.
Aquello que pasa en los riñones cuando hacemos ejercicio es explicado en gran parte por la función homeostática del órgano. A través de la fabricación de orina, se equilibran los líquidos y los minerales que circulan dentro del ser humano.
Al realizar ejercicio, aunque no sea intenso, la sangre busca distribuirse a los músculos antes que a otros órganos. Esta disminución del flujo renal altera el filtro que emplea el órgano para tamizar y fabricar la orina.
Entonces, para entender lo que pasa en los riñones cuando hacemos ejercicio, deberíamos empezar por quitarle el mito de gravedad que tienen algunas alteraciones. Muchas de ellas se encuentran en varios deportistas sin implicar la existencia de ninguna enfermedad.
La proteinuria del ejercicio
Aunque la presencia de proteínas en la orina sería un signo de alarma para cualquier paciente, no siempre tiene que ser así en los deportistas. En ellos, es posible hallar proteinuria después del ejercicio.
Esta salida de proteínas hacia fuera del espacio sanguíneo no es una pérdida que llegue a alterar el metabolismo ni la dinámica de los líquidos dentro del cuerpo. Hubo épocas en las que se la tomaba como un daño renal a causa del ejercicio intenso, pero no hay evidencia de un daño a largo plazo.
Distinto es lo que sucede cuando la proteinuria se ocasiona por una rabdomiólisis. Este proceso consiste en la destrucción de células musculares por culpa de un deporte que fue extremadamente intenso. Al romperse los miocitos, mucha proteína es liberada y, luego, filtrada por los riñones. Esto merece máxima atención y cambios en las rutinas de entrenamiento.
A la par, sabiendo lo que pasa en los riñones cuando hacemos ejercicio, también es habitual encontrar hematuria, es decir, glóbulos rojos en la orina. Si no hubo un traumatismo de la espalda o el abdomen durante el deporte, la hematuria también debe tomarse como pasajera.
Posibles lesiones renales por deporte
Los traumatismos de los riñones son una posibilidad en los deportes de contacto. Es raro que un riñón se dañe de manera permanente en los ejercicios, pero no imposible. El plan de tratamiento se elabora con base en el grado de lesión identificado con imágenes, como la ecografía.
Quizás menos conocida pero más frecuente, la pérdida de sodio en la orina representa la mayoría de los trastornos renales por deporte. El nombre técnico es hiponatremia, y se asocia a la falta de hidratación del atleta.
Padecer una hiponatremia no siempre es de gravedad, pero si se combina con una alta exigencia por muchas horas, sin reposición de electrolitos, entonces el riesgo aumenta. Los maratonistas están familiarizados con el trastorno, y de allí la importancia que dan al consumo de bebidas antes y durante la competencia.
El caso de los enfermos renales durante el ejercicio
Considerando todo lo expuesto con anterioridad, es lógico preguntarse si los enfermos renales crónicos pueden practicar deporte. La respuesta es que sí, deben hacer el ejercicio que les sea permitido por sus médicos.
La razón de fondo del deporte para pacientes renales está en el riesgo cardiovascular que padecen. Muchas veces, sus fallecimientos no son por una falla renal, sino porque su corazón no soporta el mal filtrado de la orina. Con ejercicio físico, ellos pueden disminuir su mortalidad.
En el caso de presentar cálculos en los riñones, lo primero que hay que aclarar es que la única contraindicación al deporte sería una crisis aguda de dolor. En esos casos, es preferible controlar el síntoma y evaluar, antes que iniciar un ejercicio.
Finalmente, tenemos la situación de la diálisis. Para algunos enfermos renales crónicos, la única solución es filtrar su orina con una máquina externa dializadora. La buena noticia es que ya se han implementado planes de ejercicio durante las sesiones de diálisis y entre ellas, como se explica en un artículo publicado en la Revista Iberoamericana de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Lo que pasa en los riñones cuando hacemos ejercicio no es patológico
En síntesis, debe quedar claro que los cambios renales por deporte son, en su gran mayoría, esperables. Durante la práctica de actividad física, el cuerpo se adapta a una situación distinta para responder de la mejor manera. Solo debemos alertarnos si se presentan signos de gravedad.
De todas maneras, si tienes dudas sobre tu funcionamiento renal, o has notado cambios que no te convencen en la orina, haz una consulta con el médico. Un profesional de la salud sabrá guiarte para diagnosticar y esclarecer si sufres cambios normales o no.
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