Cómo tratar los hematomas por lesiones deportivas
Los hematomas por lesiones deportivas son frecuentes en casi todos los deportes de contacto. Tienen hematomas los rugbiers, futbolistas y basquetbolistas. También lo padecen aquellos que ejercitan deportes individuales de alto impacto, como pueden ser los escaladores, tenistas profesionales y corredores de largas distancias.
Un hematoma es conocido vulgarmente como moretón. Consiste en la acumulación de sangre en algún tejido blando del cuerpo por la rotura de los vasos sanguíneos. La sangre sale del sistema circulatorio y se deposita debajo de la piel, en el músculo o en los límites del hueso.
Una característica de los hematomas es su coloración. Este color va cambiando a medida que pasa el tiempo por la modificación química de la hemoglobina que está en la sangre. El cambio de color denota la evolución y el proceso de resolución del moretón.
De acuerdo a la ubicación, hay tres tipos de esta lesión:
- Del periostio: es el hematoma más profundo y se localiza en el hueso mismo.
- Intramuscular: la sangre se acumula entre las fibras musculares; es el signo característico de los desgarros.
- Subcutáneo: el hematoma se coloca debajo de la piel, y esta es la presentación más frecuente.
Síntomas
El signo del hematoma es su visibilidad cuando está bajo la piel o es intramuscular. El hematoma del periostio no es visible desde el exterior y solo se detecta con técnicas de imagen.
Junto al moretón, suele haber dolor e inflamación. El dolor se explica en la presión que ejerce esta sangre sobre las estructuras vecinas; pensemos que esta colección de líquido está ocupando un espacio que antes era ocupado por otras partes del cuerpo.
Los hematomas subcutáneos e intramusculares duelen a la palpación, e incluso aumentan la sensibilidad de la piel de la región mientras están presentes. Algunos casos no permiten ni siquiera el uso de ropa sobre el moretón por la molestia que se genera.
El hematoma intramuscular se acompaña de impotencia funcional. El músculo afectado tiene las fibras alteradas y expandidas por la presencia del moretón, lo que dificulta su uso, sobre todo en el deporte.
El desgarro muscular como enfermedad del hematoma
Entre las lesiones deportivas, el desgarro es una de las más temidas y frecuentes. La rotura de las fibras musculares se constituye como una enfermedad clásica detrás de los hematomas.
Un desgarro es la rotura del músculo, en general de algunas fibras concretas, por un movimiento de contracción o estiramiento brusco. Los miembros inferiores son el sitio más afectado por los desgarros; y como consecuencia, un lugar común de aparición de hematomas en los deportistas.
Los desgarros musculares se clasifican en tres grados:
- Primero: es la forma más leve de la lesión. Duele la región afectada y puede no presentarse hematoma, o ser de un tamaño minúsculo, no visible.
- Segundo: hay hematoma en este nivel e impotencia funcional del músculo.
- Tercero: la rotura es grande y se evalúa el tratamiento quirúrgico. Clínicamente, se presenta con moretones extensos que pueden requerir un drenaje quirúrgico.
Complicaciones de los hematomas
Un hematoma generado por una lesión deportiva puede evolucionar de forma favorable o complicarse. En cierto modo, dependerá del abordaje que se realice de inmediato, como veremos más adelante.
La complicación frecuente y que debe evitarse es la infección. Un hematoma infectado requiere el uso de antibióticos y una terapéutica quirúrgica que drene la zona para permitir la salida hacia el exterior de los microorganismos que colonizaron y del pus.
La otra complicación temida es el síndrome compartimental. Este cuadro clínico consiste en la presencia de signos y síntomas derivados del apretamiento que se produce sobre nervios y vasos sanguíneos. El síndrome compartimental no puede dejarse pasar; llegado el caso, el hematoma debe ser drenado.
Cómo tratar los hematomas
Los hematomas, en su gran mayoría, se tratan de forma conservadora. La medida inicial es el reposo, el cual puede aplicar el deportista de inmediato, hasta que concreta la consulta con un profesional.
También la aplicación de frío local es una medida que puede tomarse inicialmente. El frío se debe aplicar sobre el hematoma varias veces al día, por pequeños espacios de tiempo, utilizando alguna tela que separe la fuente de frío de la piel.
Asimismo, el vendaje del moretón está recomendado. No es necesario que sea totalmente compresivo, pero sí que ejerza una determinada presión sobre la zona para evitar la expansión del líquido y obligar al cuerpo a acelerar la reabsorción.
Nunca, y bajo ningún concepto, el deportista debería drenarse un hematoma él mismo. Solo los profesionales de la salud están capacitados para realizar la maniobra cuando está indicada. De otro modo, se corren muchos riesgos de infección o de complicarse con un síndrome compartimental.
Finalmente, el uso de medicación debería consultarse con un médico. De ser necesario, se evaluará la situación, el estado de salud y las contraindicaciones para elegir el fármaco adecuado.
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