8 mitos del gimnasio
Comenzar a entrenarse en un gimnasio es una excelente decisión para mantenerse en un estado saludable y en forma. Es posible que el recién llegado pronto comience a escuchar los famosos mitos del gimnasio que pueden crear en él el desánimo, la frustración o la desconfianza.
Para evitar caer en ese círculo vicioso y tomar malas decisiones en cuanto a entrenamiento se refiere, veamos cuales son los mitos más escuchados y dañinos que circulan por el mundo del fitness.
Los 8 mitos del gimnasio más escuchados
Cuanto más peso, mejor
Se dice que cuanta más cantidad de peso se levante es mejor. Sin embargo, para quien recién empieza a entrenarse este mito es absurdo porque los músculos no están acostumbrados.
Hacer caso de este mito del gimnasio solo provocará una lesión. En realidad, se debe empezar poco a poco, con pesas ligeras para ir fortaleciendo la musculatura. Con el tiempo, el peso se va incrementando hasta lograr levantar pesas grandes de manera correcta.
Ejercicio potente o nada
Es otro de los mitos del gimnasio habituales, ya que algunas personas creen que para tener resultados rápidos es necesario entrenar hasta caer rendidos, otro gran error. Aunque es positiva la intensidad y la exigencia, el cuerpo tiene que amoldarse a la rutina del entrenamiento.
Es fundamental tomarse el tiempo de aprender cómo hacer los ejercicios y cuáles son los que mejor se adaptan a las necesidades de cada uno; entre otras cosas, para evitar una lesión. Realmente es mejor ser constantes que trabajar con mucha intensidad; progresivamente, el mismo cuerpo pedirá ejercicios más fuertes.
Cuanto más tiempo, mejor
Este mito del gimnasio está ligado con el anterior. Existe la falsa creencia de que es necesario pasar horas entrenando, para que la actividad merezca la pena.
Por esta razón muchos desisten de anotarse en un gimnasio, pues sienten que deben invertir un tiempo que no tienen. La realidad del entrenamiento diario, es que sesiones cortas e intensas pueden lograr buenos resultados. Como hemos mencionado, la constancia es lo que vale.
Se queman calorías solo al ejercitarse
Otro error común es pensar que solo se queman calorías cuando se realiza ejercicio. La verdad es que después de terminado el entrenamiento, el cuerpo consume una gran cantidad de oxígeno para recuperarse, por lo tanto, sigue quemando calorías.
Un entrenamiento adecuado y efectivo ayuda a que el organismo se mantenga activo, incluso 24 horas después. Por esa razón es mejor centrarse en hacer los ejercicios con la técnica correcta, sin preocuparse demasiado en la cantidad de calorías que se estén quemando en ese momento.
Si entreno, puedo comer lo que quiero
La cruda verdad es que para estar en forma el ejercicio tiene que estar acompañado con una dieta saludable. Las comidas deben aportar al organismo de la energía necesaria para aguantar en el gimnasio, o todo el esfuerzo que se invierta allí no dará frutos.
Otro mito relacionado con la comida, es que se debe ingerir alimento cada dos horas para acelerar el metabolismo. El nutricionista es el indicado para aconsejar sobre la dieta correcta en cada caso.
Agua azucarada contra las agujetas
Un mito de gimnasio que se ha difundido mucho es que beber agua azucarada elimina las agujetas. Este mito no tiene fundamento científico; las agujetas son inevitables cuando se entrena. Son el producto de microrroturas musculares que aparecen después de un ejercicio intenso y que desaparecen 72 horas después.
Si no duele, no vale
El mito más escuchado en los gimnasios es que un buen entrenamiento produce dolor. Aunque como se dijo antes, las agujetas son inevitables, el dolor indica otra cosa; no hay que confundir ambos aspectos.
Que los músculos duelan significa que hay una lesión por exceso de entrenamiento. No es el objetivo a tener en cuenta, pues un músculo lastimado impide seguir ejercitándose y requiere de atención médica.
Con correr en la cinta es suficiente
Este mito del gimnasio pretende hacer creer a quien empieza en el gimnasio que puede ser suficiente con solo correr en la cinta. De hecho, correr aporta beneficios al organismo, siempre y cuando se acompañen con otro tipo de ejercicios.
En realidad, la cinta debe complementarse con otros ejercicios que trabajen cada músculo de las piernas; se trata de conseguir fortaleza y resistencia en nuestras articulaciones inferiores.
Para terminar, hay que recordar que los buenos resultados se ven con el tiempo, siendo constantes y buscando el consejo de un profesional del fitness ante cualquier duda.