Motivación interna: ¿cómo desarrollarla?
El desarrollo de la motivación interna es un ejercicio muy beneficioso para aumentar el rendimiento del deportista. Esto se debe a que la motivación influye positivamente en otras variables psicológicas, como la concentración, la autoconfianza y el compromiso. Pero ¿cómo es posible potenciarla?
La motivación interna o intrínseca está ligada al placer que se experimenta realizando una actividad, y no depende de factores externos. Los deportistas motivados internamente entrenan con un estado de ánimo positivo, muestran buena disposición ante los desafíos y buscan la mejora de sus propias capacidades.
Dada la importancia de tener al deportista motivado en los entrenamientos y en la competición, a continuación se darán pautas para desarrollar la motivación intrínseca. ¡No te las pierdas!
Cómo potenciar la motivación interna
Esta tipo de motivación es de larga duración y más estable, pero tiene el inconveniente de que los esfuerzos para aumentarla son lentos y se necesita ser constante. Aun así, no hay que desanimarse, ya que existen estrategias eficaces para influir en la motivación del deportista.
1. Establecer metas conjuntas
Cuando se fijan objetivos, es mejor que estos se hagan contando con la opinión del deportista en lugar de que el entrenador lo haga de manera autoritaria. La participación del deportista en el establecimiento de objetivos aumenta su compromiso con la actividad.
Esto se debe a que la persona percibe las metas como importantes para ella. Con ello, se identifica con la necesidad de alcanzar esos objetivos para la mejora de su rendimiento.
2. Promover actividades variadas
En muchas ocasiones, un estado de baja motivación viene originado porque las actividades que se realizan no coinciden con los gustos personales del deportista. Es muy difícil obtener un nivel alto de motivación intrínseca si la persona tiene que hacer una actividad que no le gusta.
Respecto a esto, la solución sería ofrecer diferentes actividades con el mismo fin, de manera que la persona pueda elegir aquella que más le gusta. Por ejemplo, para trabajar la capacidad aeróbica, se podrían ofrecer actividades como correr, saltar a la comba o hacer circuitos por parejas.
3. Explicar la finalidad de la actividad
Hay que ser muy cuidadoso con la manera de explicar los ejercicios a los deportistas. Si se hace teniendo en cuenta ciertos aspectos, las explicaciones pueden ser una poderosa fuente de motivación intrínseca.
Por ejemplo, a la hora de introducir un nuevo ejercicio, es preferible hacer referencia a aspectos ya trabajados o conocidos y transmitir confianza a los deportistas fomentando su participación. Además, también es muy importante explicar el propósito, por qué esa actividad es beneficiosa para el rendimiento.
4. Crear un clima motivacional que favorezca la sensación de control
Una manera muy eficaz para potenciar la motivación es aumentar la percepción del control del deportista. Esto quiere decir que sea consciente de que tiene el control del proceso y que sus acciones tienen consecuencias en él.
Para ello, viene muy bien que el individuo tome conciencia sobre la relación entre sus esfuerzos y la consecución de objetivos. Si conseguir los objetivos depende de los esfuerzos de la persona, significa que esta tiene control sobre el proceso e influye en este. Por último, la sensación de control transmite tranquilidad y seguridad.
5. Proporcionar refuerzos verbales de manera constante
Los refuerzos verbales tienen mucho impacto sobre la conducta. Las palabras de ánimo, resaltar los progresos o alentar el esfuerzo son ejemplos de reforzadores verbales que los entrenadores pueden utilizar con facilidad.
Reforzar una conducta significa que queremos que se repita en el futuro. Para el deportista, pocas cosas alimentan más su motivación que se reconozcan sus progresos y sentirse querido por su entrenador. El poder del refuerzo reside en que es una conducta con bajo coste, pero que tiene mucho impacto en la persona que lo recibe.
Desarrolla la motivación interna para alcanzar tus objetivos
Aumentar la motivación intrínseca influirá positivamente en el rendimiento y el bienestar personal. La motivación es la gasolina que mueve, mantiene y dirige la conducta del deportista.
Desde un punto de vista práctico, es cierto que es más fácil incentivar la motivación externa del deportista mediante premios y recompensas materiales. Sin embargo, este tipo de motivación es más inestable y no genera un cambio en los valores de la persona.
En definitiva, el deportista motivado internamente se identifica con la actividad y la asume como parte de su vida. Por ende, quiere esforzarse y dar lo mejor de sí mismo porque siente que esa actividad lo hace crecer como persona.
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- Moreno-Murcia, J. A., Joseph, P., y Hernández, E. H. (2013). Cómo aumentar la motivación intrínseca en clases de educación física. Revista de Educación, Motricidad e Investigación, (1), 30-39.