¿Odio al ejercicio? 5 pasos para cambiar
No todas las personas han tenido la misma experiencia con el ejercicio, lo que da como resultado una especie de rechazo hacia este. Si es tu caso, ¡en este artículo conseguirás seis pasos para sentirte a gusto con el ejercicio!
Seguramente habrás visto personas fitness que mantienen un estilo de vida bastante saludable y la mayor parte del tiempo están radiantes y con energía. Sin embargo, piensas que el ejercicio no es lo tuyo, y que es muy difícil estar en forma. La manera de cambiar eso es más fácil de lo que crees.
El ejercicio no es tu enemigo
Quizás el contacto que has tenido con el ejercicio no ha sido el adecuado para ti, lo que provoca cierto odio. Si bien el amor a entrenar no nace de un día para otro, los pequeños detalles que suelen ser de poca relevancia en realidad influyen en tu relación con el deporte.
Por lo tanto, si deseas tener un cuerpo de infarto, mejorar tu salud o tener un pasatiempo con muchos beneficios, es hora de poner en práctica estos consejos:
1. Encuéntrate
El ejercicio es un momento de encuentro entre el cuerpo, el movimiento y la mente. Por ende, tenemos el control y el poder de hallar con qué sentirnos más cómodos e identificados.
No porque todos tus amigos vayan a un gimnasio significa que tú también debes ir; existen numerosas opciones para hacer ejercicio. Cada personalidad es distinta, así que el primer paso para no detestar el ejercicio es realizar una disciplina que admires y que te guste.
No te cierres a hacer los ejercicios más comunes o repetir la misma actividad física y esperar que esta vez sí pueda gustarte. Tienes un mundo de posibilidades, como el Fitflamc, el entrenamiento en suspensión, el Zumba y el LISS, entre otros.
2. Abre tu mente
Si cada vez que haces un intento por entrenar ya tienes en tu cabeza pensamientos como «que pereza el ejercicio», «no quiero hacer esto», «no me gusta», entonces es muy probable que no logres establecer una buena conexión con la actividad física.
Ir mal predispuesto no va a lograr ningún cambio; al contrario, solamente genera más disgusto. Por ello, libera tu mente de cualquier tipo de pensamiento negativo y haz espacio para nuevas experiencias, deja que el deporte te sorprenda. Esta apertura se ha relacionado con una mayor frecuencia de actividad física y podría estar vinculada con la búsqueda de alternativas para estar físicamente activos.
3. Motívate
Anímate, no estés de mal humor al hacer ejercicio. Cambiar el estado de ánimo puede ser natural para algunos, pero si no lo es para ti, puedes ayudarte con distintos elementos ajenos al ejercicio. Entre ellos, se destacan:
- Música: si eres amante de la música, intégrala a tus entrenamientos. Haz una lista de tus canciones favoritas y reprodúcela mientras te ejercitas.
- Ropa: si disfrutas usar atuendos diferentes para cada ocasión, aprovecha la oportunidad para tener el mejor estilo fitness y así sentirte cómodo al entrenar.
- Amigos: ser sociable es una buena manera de motivarte, invita a tus amigos a ejercitarse contigo. De esta forma, podrán apoyarse entre todos y hacer la rutina más divertida.
Estos son solo sugerencias que puedes implementar si gustas. De igual forma, pon en práctica cualquier idea que se te ocurra que pueda motivarte a tal punto de querer que llegue la hora de hacer ejercicio.
4. Dale tiempo
Para que una comida se convierta en tu favorita, debes saborearla, masticarla y comerla varias veces para deducir que, de todos los platos que has probado, hasta ahora ese es el mejor. Lo mismo pasa con el ejercicio: debes vivirlo, sudarlo, hacerlo varias veces para canalizarlo y sacar las cosas buenas de él.
Asimismo, crear un hábito no se da de la noche a la mañana. No desistas del ejercicio a los pocos días, deja que pase un tiempo y verás como sin darte cuenta será una parte de ti, ¡y una muy importante!
5. Disciplina ante todo
Establece un compromiso, trata de ser constante en la actividad que hayas elegido. No pasa nada si pierdes un entrenamiento, lo importante es que mantengas la misma perseverancia y ganas de avanzar durante todo el proceso.
El ejercicio no es tu peor enemigo, mucho menos te hará daño. Por eso, no te cierres a experimentarlo de una manera más adecuada para tu personalidad. El odio al ejercicio no es más que el desconocimiento de un mundo que puede hacerte feliz y saludable.
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