Masaje con hielo: ¿cuándo aplicarlo?
Los efectos del frío como elemento terapéutico están bien documentados. Por otra parte, los de la masoterapia también. En general, utilizar varias técnicas beneficiosas para una misma patología suele tener un efecto mayor, dado que ambos efectos se suman. Por lo tanto, dar un masaje con hielo aplicará los efectos de ambas técnicas, algo muy beneficioso en ciertos casos.
El masaje con hielo
Esta técnica, también llamada criomasaje, consiste en realizar un masaje mientras aplicamos elementos de crioterapia. Puede ser un hielo u otro elemento, pero lo importante es que el se conserve el efecto del frío en el paciente.
Los principales efectos del frío son la vasoconstricción, analgesia y ralentización del metabolismo. Es decir, baja el aporte sanguíneo a la zona, lo que la insensibiliza, y hace que los procesos celulares funcionen más despacio.
Por lo tanto, el frío es importante sobre todo en procesos inflamatorios o en lesiones agudas. Sin embargo, pasados unos 20 minutos, el frío tiene el efecto contrario en el cuerpo. Para protegerse, va a haber una vasodilatación, con lo cual, si la técnica se aplica de manera prolongada, se aumenta el riego sanguíneo.
Por otra parte, el objetivo principal del masaje común es relajar los tejidos, actuando especialmente sobre los músculos. Mediante la movilización cuidadosa de las fibras musculares, se reestablece la circulación correcta de la zona y se detectan y eliminan restricciones.
Para la realización de masajes, se utilizan diferentes cantidades de presión y distintos movimientos. Esta elección de unos u otros dependerá de la profundidad a la que se quiera llegar y los tejidos afectados.
¿Cuándo aplicarlo?
Sumando los efectos de ambas técnicas, podemos dilucidar cuáles son los casos más útiles para su aplicación. En primer lugar, se puede utilizar en un contexto de posentrenamiento.
Tras una sesión exigente, el frío ayudará a que los tejidos vuelvan a la normalidad con mayor rapidez, así como a prevenir posibles daños musculares. Por otro lado, la aplicación mediante masaje ayudará a calmar los tejidos, relajarlos para que el paciente se recupere en un período más corto de tiempo.
En segundo lugar, este método es positivo en procesos inflamatorios agudos como un esguince, una contusión o un edema postraumático. Es decir, cuando padecimos un golpe y queremos limitar el impacto del problema.
Como hemos visto, el frío es muy efectivo a la hora de frenar un edema o limitar la inflamación en las fases agudas. Aplicado con un masaje, ayudará a que el alcance de la lesión sea menor y a que los tejidos que recuperen antes.
En tercer lugar, el masaje con hielo también es efectivo al final de una sesión de fisioterapia si hemos acudido por patologías inflamatorias. Es decir, si tenemos una bursitis, después de una sesión con movilizaciones, ejercicios y estiramientos, un masaje con hielo ayudará al cuerpo a volver a la normalidad.
Por último, también se puede aplicar para tratar espasmos musculares o contracturas. En ambos casos, hablamos de procesos agudos, ya que si son crónicos, es preferible aplicar calor.
Si acabamos de sufrir la contractura o si el paciente está sufriendo espasmos musculares, el frío y el masaje se complementaran a la perfección para frenar ambos procesos.
Precauciones
En general, la aplicación de frío local acompañado de un masaje no entraña grandes peligros. Sin embargo, debemos tener en cuenta ciertos escenarios que pueden ser perjudiciales.
Por un lado, no debemos aplicar frío antes de realizar ejercicio. Esto haría que sea más difícil entrar en calor, lo cual es necesario para el correcto funcionamiento del organismo al practicar deporte.
Asimismo, hemos de tener cuidado si el paciente sufre de problemas circulatorios o si tiene hipersensibilidad al frío. También se debe tener en cuenta que una aplicación de frío nunca debe superar la hora de duración, ya que puede producir quemaduras.
Finalmente, es preciso recordar que el hielo o el elemento que se haya elegido para aplicar frío debe estar en constante movimiento. Nunca se puede dejar estático sobre el cuerpo del paciente.
La efectividad del masaje con hielo
Dicho todo lo anterior, vemos que el masaje con hielo puede ser eficaz especialmente en situaciones agudas. Por ese motivo, es muy utilizado en contextos deportivos, en las que el deportista para su actividad y necesita limitar el daño que sufra su cuerpo. No obstante, también tiene aplicaciones interesantes en las demás personas, para ayudar a tratar diversas patologías, así como ayudar a la recuperación.
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