¿Cómo prevenir las quemaduras por fricción en el gimnasio?
Las quemaduras por fricción son un problema común en varias disciplinas. Saber prevenirlas es importante porque, si no lo hacemos, podemos pasarnos varios días alejados de la práctica deportiva.
A continuación, vamos a ver cómo podemos hacer para no sufrir esta molesta lesión. Con unas simples medidas de prevención, podremos esquivar este problema que tanta incomodidad genera al momento de entrenar.
¿Qué son las quemaduras por fricción?
Vamos a empezar explicando qué es esta patología, ya que hay estudios que detallan distintos tipos de quemaduras y los mejores tratamientos. Las quemaduras por fricción empiezan dejando una marca roja intensa en la zona lesionada. Durante un tiempo la piel estará rasgada, hasta que salga una costra por debajo y se vaya curando.
En las primeras fases, no solo es una lesión bastante dolorosa, sino que hay que tener cuidado con las infecciones. Pensemos que no tendremos la barrera de la piel, por lo que es más probable que entre algún organismo patológico. Como detalla una investigación publicada por RqR Enfermería Comunitaria, pese a no ser el tipo de quemadura más frecuente, sí que afecta a muchas personas.
Lo que está claro es que durante todo el proceso de curación no podremos utilizar esa parte del cuerpo para hacer deporte. Sí o sí habrá que esperar a que se caiga la costra y la piel está curada. Si intentamos volver antes, solo lo empeoraremos y, al final, será un proceso más largo.
Cómo las prevenimos
Cuando más se producen este tipo de quemaduras es al usar un elemento como la barra de dominadas, o también si nos caemos y nos raspamos las rodillas. Cualquier elemento en el que se coloque gran parte del peso corporal va a crear una presión demasiado fuerte en la zona afectada.
Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es llevar elementos protectores. Los guantes que dejan los dedos libres son un elemento esencial, ya que la mayoría de las máquinas del gimnasio nos obligan a levantar peso son las manos. Si vamos al gimnasio de manera habitual, debemos hacernos con un buen par de guantes. Ah, y es importante lavarlos con frecuencia.
En segundo lugar y con respecto a los roces en caídas, por una parte habrá que llevar el calzado adecuado. La suela tiene que cogerse bien al suelo y no resbalarse. En segundo lugar, hay que tener cuidado con zonas mojadas.
Ya sea por que han sido limpiadas o por sudor, debemos mirar cómo está el suelo en la zona donde nos disponemos a realizar ejercicio. Si existe riesgo de caída, otra opción es ponernos debajo una esterilla acolchada. Y por último, si el riesgo de caída es elevado, siempre podemos llevar rodilleras.
Tratamiento de las quemaduras por fricción
Como hemos dicho, las quemaduras por fricción son muy molestas. Por ello, es vital recuperarnos cuanto antes y de manera completa para no recaer y sufrir más de lo necesario.
Primero, debemos evitar que se infecte. Al sufrir la herida, debemos limpiar la zona con agua y jabón y secarla con una toalla o gasa limpia. Es importante que la persona que limpie la herida se lave bien las manos antes de acercarse a la herida; de ser posible, no debe tocarla con las manos. Lo que sí hay que tratar de hacer es eliminar cualquier resto de gravilla o suciedad.
A continuación, deberemos aplicar algún medicamento desinfectante, como povidona yodada, y después tapar la herida. Esto último debe hacerse preferiblemente con una gasa y una venda que deje respirar la herida mientras evita que se infecte.
En los días siguientes, convendrá lavar la herida de vez en cuando. Cuando la piel haya sanado, aplicar algún producto para hidratar la piel de la zona afectada.
Una lesión evitable
Hay que hacer hincapié en el hecho de que las quemaduras por fricción son frecuentemente evitables. Ya sea con guantes, teniendo más cuidado, con esterillas o rodilleras, lo más normal es que se puedan evitar.
No obstante, si tenemos un descuido y nos ocurre, debemos recordar los consejos de tratamiento para empezar a curarnos bien desde el principio. Si tratamos de ignorarlo, una infección va a retrasar la recuperación significativamente y nos apartará del deporte mucho más tiempo.
Por lo tanto, hemos de limpiarnos bien la herida cuando ocurra y durante los próximos días. Además, es preciso lavar bien las manos siempre antes de hacerlo, así como quitar cualquier resto de sudor, polvo o suciedad que pueda haber. Hemos de recordar que incluso tenemos bacterias en la misma piel que no son perjudiciales, pero que pueden infectar heridas y volverse patológicos en casos como este.
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