Frustración en el deporte: ¿cómo superarla?
La frustración es una emoción desagradable, que suele estar muy presente en el deporte. Cuando un deportista pierde una competición, se lesiona o no obtiene los resultados esperados, es probable que aparezca esa sensación.
Aprender a gestionar la frustración es muy importante, ya que esta se relaciona con otras emociones y comportamientos negativos. Los niveles altos de frustración pueden generar a enfados, reacciones iracundas o incluso agresiones a los contrarios.
A largo plazo, es muy probable que un deportista que acumula altos niveles de frustración desarrolle el síndrome de agotamiento o burnout. Esta condición se caracteriza por una pérdida de interés en el deporte, así como síntomas de agotamiento físico y mental.
Ya que eliminar la frustración conlleva un bienestar psicológico, en este artículo presentaremos una serie de consejos para controlar la frustración en el deporte. ¡No te los pierdas!
Establecer objetivos realistas y alcanzables
En muchas ocasiones, el origen de la frustración es haber establecido erróneamente los objetivos. Fijar metas demasiado ambiciosas y querer alcanzarlas en poco tiempo solo genera desesperación.
A la hora de establecer los objetivos, es mejor pensar en pequeños avances. Hay que ser consciente de las capacidades de cada uno y conocer cómo responde el cuerpo al estrés.
Es mejor establecer muchos objetivos a corto plazo que uno muy ambicioso a largo plazo. Además, si se establecen objetivos a corto plazo y se cumplen, la autoconfianza se ve reforzada. Pocas cosas sientan mejor que ver que se cumplen las metas establecidas.
Expresar las emociones negativas abiertamente
Expresar la frustración y los sentimientos desagradables ayuda a relativizarlos y afrontarlos. Cuando se expresa la frustración, esta se canaliza y disminuye el malestar físico y emocional. Asimismo, al articular las sensaciones es más fácil adoptar una nueva perspectiva y verlas desde otro ángulo.
Una forma de exteriorizar la frustración consiste en escribir en un papel cómo nos sentimos, sin ningún tipo de restricción. Anotar todas las sensaciones físicas, pensamientos y comportamientos es una manera eficaz de sacar todo el malestar interiorizado.
Cuidado con los pensamientos negativos
En muchas ocasiones, la frustración se genera porque se da demasiada importancia a los pensamientos negativos. Los pensamientos del tipo “No soy capaz de dar más”, “No estoy progresando”, “No voy a lograr nada” solo generan enfado y distraen la atención de los objetivos.
Hay que tratar los pensamientos como lo que son: pensamientos. Es decir, una idea negativa respecto a uno mismo no representa la realidad, sino que tan solo es un pensamiento negativo generado por una situación de estrés.
Una técnica muy utilizada por los psicólogos para controlar los pensamientos negativos es la defusión cognitiva. Esta consiste en añadir “Estoy pensando que …” cada vez que se tiene un pensamiento que genera malestar. Esta técnica ayuda a distanciar los pensamientos de la realidad.
Controlar la respiración es un aspecto clave
La frustración está muy relacionada con los síntomas físicos de la ansiedad. Cuando una persona siente altos niveles de frustración, su respiración y su corazón se aceleran. Poner en práctica las técnicas de respiración elimina esas sensaciones desagradables, y por tanto, la frustración disminuye.
Por otro lado, y relacionado con los pensamientos negativos, al dirigir la atención a la respiración, se evita pensar en las preocupaciones. Debido a ello, los beneficios de las técnicas de respiración para superar la frustración son dobles.
Superar la frustración en el deporte es posible
A pesar de que es inevitable sentir frustración en algún momento de la trayectoria deportiva, esto no significa que no se pueda hacer nada al respecto. Las técnicas psicológicas son de gran ayuda para eliminar esos estados desagradables y experimentar bienestar emocional.
Es muy importante conocerse a uno mismo y saber etiquetar los estados emocionales. Esto implica ser consciente de los pensamientos y estados físicos en todo momento y ponerles un nombre, así como conocer qué situaciones son propensas a generar frustración. De esta manera, será posible actuar de manera preventiva, antes de sentir la frustración.
Por último, se debe reconocer que la frustración, al igual que todas las emociones, tiene una función. No solo son valiosas las emociones agradables, sino que se puede aprender mucho de los sentimientos negativos. ¡Es importante reconocerla y controlarla para rendir mejor y dar nuestra mejor versión!
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- Sheptak, RD, Menaker, BE El factor de frustración: Perspectivas voluntarias de frustración en un entorno deportivo. Voluntas 27, 831–852 (2016). https://doi.org/10.1007/s11266-015-9635-6
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