¿Tener un trastorno de la personalidad puede afectar tu rendimiento deportivo?

Los trastornos de personalidad son un conjunto de afecciones muy variadas. Descubre cómo afectan al rendimiento en el deporte.
¿Tener un trastorno de la personalidad puede afectar tu rendimiento deportivo?
Gloria Redondo Rincon

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 17 agosto, 2023

Cada vez son más las personas que se preocupan por su salud mental y cómo esta puede afectar a su rendimiento. En concreto, un asunto que llama mucho la atención es si tener un trastorno de personalidad influye en el deporte.

Para tener una primera aproximación, un trastorno de personalidad es una afección crónica, que genera dificultades en todas las facetas vitales.

Recibir este diagnóstico no es fácil de asumir, pero, gracias a la terapia y la fuerza de voluntad, los pacientes pueden hacer logros importantes, incluyendo el ámbito del deporte. Por todo ello, a continuación profundizaremos en qué es un trastorno de personalidad y cómo impacta en el campo del deporte.

¿En qué consiste un trastorno de la personalidad?

Son patologías mentales que se caracterizan por afectar la estructura básica del individuo (es decir, la personalidad). Esta, sin embargo, es más que una forma de ser. También se trata de cómo se procesan los estímulos y la manera de relacionarnos con los demás. En definitiva, es la forma de estar y funcionar en el mundo.

Cuando esta estructura está alterada, la persona tiene dificultades para funcionar en su vida diaria y cosas que son cotidianas pueden parecer inmanejables. Es cierto que cada experiencia es diferente, y dentro de esta definición es posible introducir matices y diferencias de grado, pero en esencia se trata de condiciones que empiezan al final de la adolescencia y tienden a cronificarse.

Por otro lado, esta etiqueta no es algo unitario y que se expresa de la misma manera. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) establece tres grupos de identidades patológicas:

  • Grupo o clúster A: aquellas personas que se muestran ante los demás como extraños, fríos y solitarios. Suelen ser desconfiados y suspicaces, hasta el punto de desarrollar delirios y grandes limitaciones para relacionarse con los demás.
  • Grupo o clúster B: son los dramáticos, inestables, impulsivos y buscadores de atención.
  • Grupo o clúster C: el grupo de los llamados ansiosos, temerosos y miedosos. Son personas rígidas, con mucha necesidad de control y que desarrollan patrones de dependencia en sus relaciones.

¿Cómo influye un trastorno de personalidad en el deporte?

Ahora que ya hemos visto en que consiste este diagnóstico y cuáles son los principales rasgos de cada grupo, la siguiente pregunta que vamos a responder es: ¿cómo influye en el rendimiento deportivo?

Tienden a ser impulsivos y tienen dificultades para planificar

La impulsividad y los problemas para la planificación a largo plazo son dos características habituales del trastorno límite de la personalidad. Este se define como un patrón de estados emocionales inestables, comportamiento impulsivo y una percepción de la autoimagen distorsionado.

Las personas que sufren esta afección sienten que es muy difícil organizarse y establecerse metas realistas que puedan cumplir. En su lugar, funcionan con base en impulsos, muchas veces sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones.

Sin embargo, esto no significa que sea imposible llevar una vida planificada. La terapia psicológica tiene muchos beneficios y consigue disminuir estas dificultades en el día a día de estos pacientes.



Poseen un carácter rígido, que les obstaculiza probar cosas nuevas

Uno de los aspectos más atractivos del deporte es que se puede considerar como un problema abierto. Es decir, en pocas ocasiones hay una única fórmula establecida de hacer las cosas. El control y la seguridad son atributos muy bien valorados y que aportan múltiples beneficios.

Aun así, para algunas personalidades esta cualidad es más una fuente de malestar que una virtud. Nos estamos refiriendo a los trastornos del grupo C: el obsesivo-compulsivo, el evitativo y el dependiente. Estos se caracterizan por tener una forma rígida de enfrentarse a los problemas, siempre probando con las mismas soluciones y con dificultades para adaptarse a los cambios.

La manera de abordar esto no es fácil, ya que, ante la novedad, sienten mucha ansiedad y tienden a evitarla.

Por ello, nuestra mejor recomendación es ir pactando pequeños cambios con los deportistas, de modo gradual, para que puedan ser tolerados. Lo que se pretende con esto es ir aumentando progresivamente la tolerancia a la novedad.

Los narcisistas no suelen reconocer sus errores

Tratar con un trastorno narcisista de personalidad es un auténtico quebradero de cabeza. Su desmesurada autoestima y la poca capacidad para reconocer el error son sus mayores defectos, por lo que son un gran obstáculo en el deporte.

Todos cometemos errores, pero no todos los manejamos de la mejor manera. Aceptar la equivocación no nos hace débiles, sino que es el primer paso para arreglarlo. No obstante, para un narcisista hacer esto es impensable, para ellos la culpa siempre es de alguien ajeno.

Ante esto, lo mejor que se puede hacer es cambiar la manera de hacer visible un fallo. Cambiar la palabra «culpa» por «responsabilidad», tratar de no señalar a nadie y aportar soluciones, son solo ejemplos de detalles a poner en práctica para que un narcisista no se sienta tan atacado ante un fallo.

Las dificultades en la comunicación son muy habituales

Las habilidades de comunicación son un atributo muy bien valorado en todas las parcelas vitales. Dentro del ámbito deportivo, saber comunicarse es imprescindible, cosa que para los trastornos del clúster A es una limitación importante.

La mayor traba en este grupo consiste en todo lo que tenga que ver con la interacción social. Bien porque no tienen interés en relacionarse (como el trastorno esquizoide); bien porque no han desarrollado habilidades sociales (el esquizotípico); o bien porque desconfían y son muy suspicaces (el paranoide).

Lo mejor en estos casos es ir poco a poco ganándose su confianza. Mostrarse como alguien disponible para ayudar, pero sin agobiar. Tener un lenguaje simplificado y centrarse en aspectos prácticos, más que afectivos, resulta de gran ayuda.



Tener un trastorno de personalidad no es impedimento para el deporte

Tener un problema de salud mental nunca es una buena noticia, más aún, cuando supone una alteración global y crónica del carácter. Aun así, esto no significa que no se pueda hacer nada para mejorar la calidad de vida.

Estas personas pueden hacer grandes logros gracias a la terapia psicológica. Además, el deporte también ayuda a superar las dificultades propias del diagnóstico. 

En este sentido, un artículo de la Revista Katharsis señala que las intervenciones basadas en la actividad física son un factor de protección para prevenir la aparición de trastornos de personalidad. Además, mejora la integración social y favorece su proceso de recuperación.

Por último, queremos volver a subrayar que en ningún problema de salud mental está contraindicado el ejercicio físico. De hecho, en la actualidad se está convirtiendo en un elemento terapéutico muy interesante.


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