Todo lo que debes conocer sobre las lesiones en natación

Los hombros, las rodillas y la zona lumbar son las áreas más expuestas a lesiones en la práctica de este deporte. Veamos qué afecciones son las más comunes y sus causas.
Todo lo que debes conocer sobre las lesiones en natación
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Jonatan Menguez

Última actualización: 21 agosto, 2024

La natación es una disciplina que tiene múltiples beneficios para la salud cardiovascular, el sistema circulatorio, los músculos y las articulaciones. Sin embargo, como cualquier actividad física, supone también ciertos riesgos. En este sentido, las lesiones comunes en natación ocurren en partes del cuerpo como los hombros, las rodillas y la espalda.

Su práctica intensa, así como la fatiga y las ejecuciones técnicas incorrectas, favorecen afecciones como las tendinitis. Aunque nadar, una o dos veces por semana, de modo recreativo, representa menor exposición que hacerlo de manera profesional, el riesgo aún existe. Por lo tanto, es importante conocer cuáles son las lesiones más frecuentes, por qué se producen y cómo prevenirlas.

Hombro de nadador

El término refiere a un conjunto de lesiones usuales que los nadadores pueden desarrollar en los hombros. De hecho, se trata del área más afectada por esta actividad, debido a su constante exigencia en cualquier estilo de nado. Para impulsarse, los atletas precisan un amplio rango de flexión y abducción de los hombros, lo que lleva con frecuencia a fatigas por uso excesivo.

Un estudio publicado en la Revista internacional de medicina y ciencias de la actividad física y del deporte reveló que de 140 nadadores jóvenes que participaron en el estudio, el 25,7 % padecía dolor de hombros. La investigación sugiere que las afecciones aumentan con los años de experiencia. En el pasado, se asociaba al «hombro del nadador» con la lesión más común en el área, que es la tendinitis del manguito rotador. No obstante, hoy abarca una serie de patologías posibles, como las siguientes:

  • Laxitud ligamentosa. Estiramiento de la articulación más de lo normal, lo que produce inestabilidad.
  • Neuropatía por atrapamiento de nervios. Compresión de un nervio en los tejidos del hombro que produce debilidad, hormigueo o dolor.
  • Subluxación del hombro. El hueso húmero se desliza hacia adelante o hacia abajo y genera la sensación de una dislocación del hombro. Puede ocurrir por un golpe directo o un movimiento rápido.
  • Disquinesia escapular. Se altera la articulación escápula-torácica y genera movimientos anormales del hombro. Un estudio de 2013, publicado en la revista Fisioterapia, sostiene que esta afección se encuentra presente en nadadores con y sin dolor de hombro.
  • Tendinitis del manguito rotador. También llamado síndrome subacromial, se produce por irritación, inflamación o desgarros o inflamaciones en músculos y tendones del hombro. Es más frecuente en estilos crol y mariposa. El roce del tejido conectivo con el omóplato es el que genera el dolor.


Lesión en el labrum

Refiere a otra patología del hombro, pero más grave. Si las afecciones anteriores no se tratan y continúa la práctica deportiva, el nadador se expone al riesgo de lesiones más serias, como la lágrima del labrum. Se trata del tejido que rodea las articulaciones y funciona como estabilizador del hombro. Es probable que su desagarro o rotura implique intervención quirúrgica y posterior tratamiento de fisioterapia.

Con frecuencia, los problemas en esta parte del cuerpo no se curan o previenen a tiempo, incluso en nadadores jóvenes. Un estudio publicado en Clinical journal of sport medicine, el cual se llevó a cabo con atletas de 13 a 18 años, observó que la mayoría padece dolores leves y moderados, pero cree que deben tolerarse durante la práctica, incluso si implica el uso de analgésicos. Las posturas incorrectas, los errores técnicos y los desequilibrios musculares son factores de riesgo que incrementan las posibilidades de lesión.

Rodilla del nadador

Otra parte del cuerpo muy expuesta a lesiones en la práctica de esta disciplina son las rodillas. La causa principal es la repetición constante del movimiento de rotación externa durante la patada. Con el tiempo, las articulaciones involucradas acumulan estrés y pueden inflamarse.

Tanto es así que la afección se conoce como «rodilla del nadador» y, por lo general, hace referencia a la distensión del ligamento colateral medial. El nado estilo pecho es un agravante para esta patología, debido a su mayor exigencia en las piernas. Por tanto, representa un riesgo hasta cinco veces mayor de padecerla, según sugiere un estudio de Sports health.

Para prevenir esta lesión, es recomendable ejecutar la técnica correcta desde el inicio de la actividad, además de realizar ejercicios de calentamiento y flexibilidad previos. Si sientes dolores en la zona o limitación del movimiento, consulta con tu médico para evaluar terapias de recuperación. Dependiendo de la gravedad de la lesión, es posible que se incluyan técnicas de fisioterapia y aplicación de frío.

Lesiones en la espalda

La espalda baja o zona lumbar también se encuentra expuesta por la repetición de golpes y la fuerza que implica mantenerse a flote. Estos esfuerzos van acumulando tensión, lo que puede derivar en patologías como la lumbalgia.

Se trata del dolor en la parte inferior de la espalda, de forma concreta, en la región que abarca las vértebras denominadas L1 a L5. Las dolencias pueden surgir por una retracción de los músculos extensores o por un esfuerzo mayor de los glúteos.

No obstante, la mayoría de los casos de lumbalgia son inespecíficos, es decir, no se les puede atribuir una enfermedad concreta. Al igual que para prevenir lesiones en otros sectores del cuerpo, es importante calentar con antelación y mantener un buen estado físico.

Cervicalgia

Se refiere al dolor en el cuello, otro sector bastante involucrado en la mecánica de la natación. Sus músculos y articulaciones se exigen para la dirección de algunos movimientos y para la respiración cuando la cabeza sale del agua.

Aunque menos frecuente que otras lesiones, las dolencias en la zona suelen ocurrir por aplicar una técnica incorrecta, como nadar con la cabeza muy elevada. Puede afectar desde la nuca hasta la parte superior de la espalda y extenderse hacia los brazos y laterales del cuello.

Para prevenirlo, es esencial seguir las instrucciones técnicas del entrenador. En general, se aconseja poner atención a la correcta alineación de la cabeza y la columna vertebral. Esto abarca a los estilos de nado libre, pecho y mariposa.

Asimismo, se sugiere rotar menos la cabeza y más el cuerpo para respirar, de modo que el cuello no se exija en demasía. También hay ejercicios específicos para el calentamiento de la zona.

Esguince de tobillo

Más allá de las ventajas físicas de la natación, esta práctica deportiva puede favorecer la aparición de tendinitis y esguinces. Además de los hombros, estas patologías pueden afectar las articulaciones de pies o tobillos por los movimientos constantes de patadas.

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad Técnica del Norte, con 30 nadadoras de entre 15 y 17 años, los esguinces de tobillo representaron la cuarta causa de lesiones. Por su parte, es frecuente la tenosinovitis en los extensores del pie. Esta dolencia se refiere a la inflamación de los tendones, que van desde la base de la pierna hasta los dedos, pasando por el tobillo y el empeine.

Tendinitis del codo

El mismo estudio anterior coloca como tercera lesión más frecuente entre las nadadoras a la tendinitis del codo. Se trata de una inflamación o pequeño desgarro en el tejido que conecta los músculos del antebrazo con el codo. Ocurre por los movimientos repetidos de la muñeca y el brazo.

A su vez, es común la epicondilitis, también llamada «codo de tenista», ya que aparece con frecuencia en este deporte. Involucra a los tendones del epicóndilo, eminencia ósea de la parte lateral inferior del húmero.



¿Cómo tratar y prevenir las lesiones más comunes en natación?

Lo primero que debes hacer ante cualquier dolor frecuente o sospecha de lesión es realizar una consulta médica. El especialista determinará la gravedad de la afección a través de diferentes pruebas e imágenes.

En muchos casos, las lesiones en natación requieren tratamiento con fisioterapia, donde se incluyen ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar la flexibilidad. En situaciones más graves, puede evaluarse la posibilidad de una intervención quirúrgica.

De cualquier modo, es fundamental la prevención a través del calentamiento y la asimilación de técnicas correctas. Además, evita fatigar demasiado los músculos involucrados e intercambia los estilos de natación para no forzar los mismos sectores musculares.


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