El peculiar carisma de Klopp
Jugó en solo un equipo durante toda su vida deportiva -e incluso lo dirigió al retirarse- pero este ex-delantero y defensa y actual entrenador deja una impronta en cada club que pisa. Hoy analizamos el carisma de Klopp y cómo ha traspasado su sello teutón al fútbol inglés.
¿Cómo es Jurgen Klopp?
Con sus cabellos rubios y llamativas gafas redondas, Jurgen Klopp no pasa desapercibido en ningún estadio donde juegan sus equipos. En Dortmund lo idolatran y en Liverpool también… ¿Qué tiene este alemán que ha conseguido varios títulos desde que comenzó su etapa como entrenador en su amado FSV Mainz 05 de la segunda división de la Bundesliga?
Como primera medida su estilo de juego y en segundo término sus ansias de llevar a sus dirigidos ‘a otro nivel’… ¡Incluso cuando forman parte de uno de los más importantes equipos de Inglaterra como son los ‘reds’!
El temperamento de Klopp quizás es uno de sus rasgos más distintivos: en los partidos grita, gesticula, no se queda sentado un segundo, viste ropa deportiva y cómoda (nada de trajes ni corbatas)… en las conferencias de prensa habla de forma ‘normal’ y explica lo que para él sucedió en los 90 minutos de juego; nada de tecnicismos ni de parecer un catedrático en la Universidad.
Nadie puede negar que este alemán nacido en Stuttgart en 1967 es auténtico, rebelde, clásico, tradicional… incluso algunos lo tildan de ‘antiguo’; pero eso a él no le importa. ¡Mientras consiga el éxito lo seguirá siendo!
El juego de Klopp: Borussia Dortmund
Tras ocho años como entrenador en el equipo que lo vio nacer futbolísticamente, FSV Mainz 05, y que lo llevó a la clasificación en la Copa de la UEFA en 2005, Klopp firmó contrato con el Borussia Dortmund en 2008. El acuerdo era por dos años… pero terminó quedándose siete (parece que a este hombre le gustan las ‘relaciones’ extensas).
El Borussia había terminado la temporada anterior en un paupérrimo 13° puesto y tras la llegada de “Kloppo” finalizó sexto y quinto en las dos siguientes. Pero eso no es todo, ya que en el 2010 consigue el campeonato de la Bundesliga y lo revalida un año después.
En 2012 llega a la final de la Liga de Campeones -pierde con el Bayern Múnich- pero un año más tarde se proclama campeón de la Supercopa de Alemania, contra el mismo rival (porque el fútbol siempre da revancha) y la consigue de nuevo en el 2014. ¡Fueron cinco títulos en cuatro años! Sin dudas una cosecha interesante.
Ahora bien, ¿qué hacía Klopp para que los triunfos se sumaran sin parar? El sistema táctico, al parecer, era la clave. El esquema estaba basado en un 4-2-3-1, y si bien podían cambiar los nombres, el modelo se mantenía inamovible.
Las jugadas comenzaban con los centrales bien abiertos y el mediocentro bajando para recibir. Otra opción: los balones largos hacia el único delantero del equipo. La defensa era una muralla impenetrable que además salía de contra y dejaba a los rivales sin poder de acción.
La Alemania de Klopp se muda a Liverpool
Tras un año sabático en 2015 y rechazar la oferta del Olympique de Marsella, Klopp arriba a Liverpool para hacerse cargo de uno de los equipos más tradicionales y respetados de la Premier League. El contrato inicial era por un año, pero en 2016 firmó su continuidad hasta 2022 (seguimos con la teoría de las relaciones largas).
Desde la llegada de Jurgen Klopp a los ‘red’ el equipo se ha convertido en uno de los mejores de los últimos tiempos, incluso tras bajas importantes de sus jugadores ‘estrella’. Para eso, tuvo que cambiar bastantes cosas que ‘no le agradaban’ y que por supuesto no iban de la mano con su estilo de juego.
La presión arriba, los laterales con pases profundos, las transiciones rápidas, los contraataques y las recuperaciones que llevaron al Dortmund a la cima fueron ‘traspasados’ como legado al Liverpool. Así fue como se construyó una nueva identidad basada en el sacrificio, la intensidad y el despliegue físico. En el esquema ideal de Klopp los futbolistas deben ‘juntarse arriba’ y todos los balones pasar por el 10.
El curso pasado terminó una vez más a las puertas de levantar por fin una Champions League, sumando su segundo subcampeonato particular en la competición, pero no parece haberle afectado en exceso a tenor del ritmo del equipo ‘red’ en la Premier.