Análisis de Nikola Karabatić
Nacido en Serbia pero nacionalizado francés, Nikola Karabatić es uno de los mejores jugadores de balonmano del mundo. De familia deportista -padre y hermano en el mismo deporte- ha ganado tres medallas olímpicas, varios campeonatos del mundo y otros tantos de Europa. o’.
Los inicios del gigante Nikola Karabatić
Con casi dos metros de altura, rostro serio e imponente presencia, Nikola Karabatić no siempre fue el más alto ni el más experimentado en un equipo. El amor por el balonmano se lo inculcó su padre, Branko, exportero de la selección yugoslava.
De pequeño -aún tenía cuatro años- su familia tuvo que mudarse a Francia y al poco tiempo de asentarse nació su hermano Luka, quien también heredó la pasión por el deporte que tanta felicidad le había otorgado a su padre.
A partir de allí todo fue práctica, entrenamiento y juego: Nikola estaba con otros niños mayores que él y si bien al principio no obtuvo bueno resultados, nunca bajó los brazos y siguió mejorando día a día. Después de terminar las tareas de la escuela se quedaba mirando partidos de balonmano para mejorar sus técnicas, era incansable.
A los seis años fichó para el Colmar CB, donde estuvo dos años antes de pasar a otro equipo francés: Thau Handball Frontignan, donde formó parte del equipo hasta el año 2000. El cambio de milenio también implicaría para él una vuelta en su carrera, porque pasó al Montpellier HB y las victorias y campeonatos no tardaron en llegar.
Llegada al Montpellier, selección y juegos olímpicos
Se sabía que la carrera de Nikola Karabatić daría un salto impresionante más temprano que tarde: su gen competitivo aparecía desde el primer minuto de juego e incluso una vez terminados los encuentros.
En su primera vez en el Montpellier -regresaría en el futuro- ganó una Liga de Campeones, cuatro Liga de Francia, cuatro Copa de Francia y dos Copa de la Liga de Francia. Y no solo eso, sino que además comenzó a representar a su país de adopción en el seleccionado nacional con muy buenos triunfos incluyendo una medalla de bronce en el campeonato del mundo.
Cuando en 2005 pasó al equipo alemán THW Kiel ya se demostraba la confianza que le tienen sus compañeros y el respeto que le impone a sus rivales. Desde su llegada se dedicó a coleccionar títulos en una etapa fantástica.
Con el THW Kiel Karabatić logró una Liga de Campeones, cuatro Bundesliga, tres Copa de Alemania, tres Supercopa alemana y una Supercopa de Europa.
En medio de tantas victorias internacionales, Nikola Karabatić le da a Francia una medalla de oro y una de bronce en el campeonato del mundo, repite preseas en el campeonato de Europa y logra una dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
En 2009 regresa al Montpellier HB, donde continúan los éxitos: tres ligas francesas y una supercopa de Francia. También le da a su selección dos medallas de oro en campeonatos del mundo, una medalla dorada en el campeonato de Europa y una nueva presa máxima en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Tras un pequeño paso por el Pays d’Aix (febrero a junio de 2013), es acusado de amaño de partidos y ‘castigado’ con una multa de 10 000 euros: la única mancha -hasta el momento- en su carrera profesional y de la cual se ha declarado inocente.
Esto lo lleva a tomar una decisión: fichar para el FC Barcelona y cambiar un poco los aires. Lo que no sabía es que allí se convertiría en referencia no solo para sus compañeros -e incluso para sus rivales- sino también para los niños…Quienes lo siguen por donde va.
En el club catalán gana dos Liga ASOBAL, dos Copa ASOBAL, dos Copa del Rey, dos Campeonato Mundial de Clubes de balonmano, dos Supercopa de España y dos Ligas de campeones… sin duda, también el éxito lo acompaña en su camino.
En 2015 regresa a Francia para formar parte del PSG, donde por supuesto suma nuevos títulos: dos ligas nacionales, una copa de la liga, una supercopa y un mundialito de clubes. Entre todos estos logros le ofrece una medalla de plata a su selección en los juegos de Río de Janeiro 2016.
Nikola Karabatić sigue y seguirá sumando victorias para sus equipos, su selección e incluso como deportista -fue considerado tres veces mejor jugador del año- su gran físico y su técnica son solo dos de sus habilidades, ya que además de jugar y entrenar, Niko anima, dirige, felicita, regaña y ayuda a quienes le rodean.
La pasión por el balonmano corre por sus venas y eso lo demuestra en cada partido… Incluso después de una derrota afirma que no puede dormir. Sin duda es el ‘rey’ del balonmano.