4 técnicas para trazarte objetivos alcanzables, específicos y medibles en el deporte

Una de las bases del rendimiento deportivo es la capacidad para fijarse y cumplir objetivos. En este artículo repasamos las mejores herramientas para maximizar las probabilidades de éxito.

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 03 octubre, 2023

Todo deportista tiene que conocer cuáles son las mejores técnicas para trazar objetivos deportivos. La motivación y la confianza en uno mismo son pilares fundamentales en el rendimiento, por ello, todo aquello que potencie esos factores se constituye como una herramienta bastante valiosa.

Establecer objetivos parece algo sencillo, no obstante, la verdad es que es una técnica compleja y que requiere de práctica. En este sentido, lo que prima no es la cantidad, sino la calidad.

Las metas tienen que tener ciertos parámetros para maximizar las probabilidades de conseguirlas. También habrá que tener en cuenta el plazo en el que se quieren conseguir: corto, medio o largo. A partir de estas precisiones, en este artículo te daremos las mejores técnicas para trazar objetivos deportivos, con la intención de que te sea más fácil poder cumplirlos.

¿Cuáles son las mejores técnicas para trazar objetivos deportivos?

Al momento de establecernos metas o propósitos en el deporte, existen técnicas como las que te presentamos a continuación, con las cuales podrás obtener mejores resultados y alcanzar un entrenamiento acorde a tus necesidades.

1. Aprende el acrónimo SMART

Uno de los recursos más útiles para muchos deportistas es la regla SMART. Este acrónimo otorga las claves necesarias para que las metas sean más fáciles de cumplir.

Una de sus grandes ventajas es que es sencillo de recordar. Dentro de la palabra smart (‘inteligente’ en inglés) cada una de las letras corresponde a una de las características que deben recoger las metas, a saber:

• Specific (específico): concretar y especificar con certeza lo que se quiere conseguir y cómo.
• Measurable (medible): los progresos deben ser cuantificables en una dimensión física (kilos, centímetros, segundos, etc.).
• Achievable (alcanzable): los objetivos tienen que estar dentro de las capacidades individuales y no ser demasiado ambiciosos.
• Relevant (relevante): están relacionados con cosas que tienen importancia personal.
• Time bound (temporalizado): hace referencia a si es a corto, medio o largo plazo.

2. Que no se te escape nada con el análisis DAFO

Antes de tener claro qué se quiere conseguir, conviene llevar a cabo un análisis de las condiciones internas y externas al deportista. Si se tienen en cuenta todas las variables que están influyendo en el aquí y ahora, será más factible ajustar las metas a la realidad.

Una de las formas de hacer este análisis es mediante la técnica DAFO o FODA. Este instrumento se centra en analizar los aspectos positivos y negativos, tanto de uno mismo como del entorno. De hecho, al igual que smart, la palabra dafo es un acrónimo y el significado de cada una de sus letras es el siguiente:

• Debilidades: los puntos vulnerables de cada uno, en qué puntos se flaquea y en qué se podría mejorar.
• Amenazas: aquellos elementos del entorno que pueden poner en peligro los avances.
• Fortalezas: las virtudes y puntos fuertes, lo que facilita el progreso.
• Oportunidades: las condiciones ambientales que propician el éxito.

3. Entrena siempre con una agenda

Como dijimos, uno de los puntos claves a la hora de fijarse propósitos es que estos estén acotados en el tiempo. De esta manera, podemos obtener información sobre el ritmo de los avances. Además, es un buen método para ajustar su dificultad y aumentar las probabilidades de alcanzarlos.

Entrenar con una agenda es una acción sencilla, pero bastante efectiva. Su principal finalidad es tener anotado todo aquello que se pueda medir en una sesión. Por ejemplo, cuántas series se realizan, cuántos kilos se levantan o cuántos kilómetros se corren.

Implantar este hábito te ayudará a tener las sesiones de entrenamiento más estructuradas. También tendrás más conciencia de cómo inviertes el tiempo y te será más fácil hacer correcciones de lo que no funciona bien.

4. Diferencia entre objetivos de rendimiento y de resultados

Cuando hablamos de objetivos, lo estamos haciendo de una forma unitaria, sin embargo, no todos son iguales. En función de dónde pongamos el foco de atención, tenemos varios tipos de propósitos. Saber diferenciarlos es importante, ya que las implicaciones que tienen son distintas.

Para tener una idea global, los objetivos pueden ser de rendimiento o de resultado. En los primeros se pone énfasis en mejorar e ir adquiriendo mejores habilidades físicas. Por otro lado, en lo que se refiere a resultados, lo que se resalta es obtener una determinada marca, al dejar de lado el proceso de automejora.

Una buena planificación debe incluir ambas categorías de objetivos, en diferentes momentos de la temporada. Durante los entrenamientos deben primar los objetivos de rendimiento, mientras que en las competiciones es más ventajoso fijarse en los objetivos de resultado.

Toma nota de las técnicas para trazar objetivos deportivos

Tener algo por lo que luchar es el mejor aliciente para movilizarte. La motivación, sin un fin, se reduce a impulsos que dependen del nivel de activación en un momento concreto. Por el contrario, contemplar algo en mente por lo que luchar hace que sea más estable y duradera en el tiempo aquella sensación de perseverancia.

Al fin y al cabo, la razón principal para fijarse propósitos es regular la motivación, la cual afecta de forma directa el rendimiento y satisfacción del deportista. Al respecto, en un artículo publicado por la Revista científica arbitrada de la Fundación MenteClara se señala que esta variable es la antesala para modificar conductas, lograr metas y generar hábitos saludables en la población general.

Para finalizar, ahora que cuentas con las mejores herramientas, no pierdas más el tiempo y ponte en marcha en la planificación de un nuevo estilo de vida.