Beneficios de las frutas deshidratadas en los deportistas
Las frutas deshidratadas no suelen ser alimentos de consumo habitual en la mayor parte de las dietas. Sin embargo, cuentan con ciertas propiedades beneficiosas para aquellos sujetos que realizan deporte de forma habitual. Si se consumen de la forma correcta, son capaces de garantizar un buen rendimiento deportivo.
Has de saber que las frutas deshidratadas no son más que piezas de fruta a las que se les ha extraído parte del agua que las constituye. Por este motivo, se produce en un interior una concentración de los nutrientes que pasan a suponer un porcentaje mayor respecto a los 100 gramos de alimento.
Beneficios de las frutas deshidratadas
El consumo regular de frutas deshidratadas en deportistas puede conllevar los siguientes beneficios.
1. Mayor rendimiento en deportes de fuerza
Los carbohidratos suponen el sustrato energético principal en los deportistas de fuerza y de potencia. Normalmente se prioriza la ingesta de los glúcidos de tipo complejo pero, justo antes o durante la competición puede llegar a ser beneficio introducir dosis de azúcares simples. Las frutas deshidratadas cuentan con una cantidad significativa de este tipo de nutrientes por su concentración en fructosa.
De este modo, su ingesta en los momentos previos al trabajo físico conlleva un retraso en la aparición de la fatiga. Este efecto todavía se enfatiza más si los depósitos de glucógeno no habían sido correctamente llenados en las horas previas.
Al mismo tiempo, las frutas deshidratadas pueden suponer un componente clave de la dieta en el contexto de la recuperación. Se ha demostrado que después de la actividad el glucógeno se absorbe mejor si se administran azúcares simples junto a una ración de proteínas. Por este motivo, combinar dichos alimentos con otros característicos por su aporte proteico (frutos secos o lácteos) podría mejorar la capacidad de resíntesis de los depósitos nutricionales.
2. Menor riesgo de calambres musculares
Los calambres musculares pueden aparecer por causas diversas. Algunas todavía no han sido bien identificadas a nivel científico. Sin embargo, se sospecha que una pérdida de minerales y electrolitos podría estar detrás de la aparición de dichas molestias que condicionan la práctica deportiva.
En este sentido, asegurar que los depósitos de minerales se encuentran en un estado óptimo resulta crucial de cara a la prevención. Las frutas deshidratadas suelen contener en su interior un buen puñado de dichos micronutrientes, por lo que suponen un punto de inflexión en el tratamiento de los calambres.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista The Cochrane Database of Systematic Reviews, la falta de magnesio podría estar muy relacionada con los calambres musculares, aunque todavía faltan evidencias más claras. Asimismo, se recomienda la inclusión de una cierta dosis de este mineral de forma previa a la realización de actividades físicas intensas llevadas a cabo en condiciones de calor. Las frutas deshidratadas pueden cumplir esta función nutricional.
3. Disminución del riesgo de lesión
Muchas de las frutas de consumo habitual cuentan con elevados niveles de vitamina C. Al consumirlas en su estado deshidratado, se incrementa la concentración del nutriente por 100 gramos de alimento. Hay que tener en cuenta que dicha vitamina participa de forma activa en la síntesis de colágeno. De este modo, incrementar su aporte dietético diario puede repercutir positivamente en el funcionamiento del tejido magro.
Los orejones suponen las frutas deshidratadas más adecuadas para garantizar elevados aporte de vitamina C. Asimismo, dicho nutriente cuenta también con una relevancia clave dentro del sistema inmune, ayudando a disminuir la incidencia de las patologías infecciosas.
Las frutas deshidratadas son adecuadas para los deportistas
Según lo comentado, el consumo de frutas deshidratadas resulta recomendable en el contexto deportivo, sobre todo antes y durante el trabajo físico. Así se puede asegurar un aporte continuo de azúcares que retrase la aparición de la fatiga. Paralelamente, se aportarán minerales y electrolitos esenciales para mejorar la transmisión del impulso nervioso, lo que puede generar una reducción del riesgo de calambres musculares.
No obstante, no conviene abusar de dichos alimentos. No debemos olvidar que la ingesta de azúcares ha de ser moderada también en los atletas. De lo contrario podrían aparecer patologías metabólicas a medio plazo que condicionasen la eficiencia del sujeto. Los carbohidratos complejos han de ser el sustrato energético preferente, salvo que ya haya comenzado la competición, donde su aporte se ve limitado por la capacidad digestiva.
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