
El humus es una crema de garbanzo muy popular en muchos países Oriente Medio. Su origen se sitúa en Egipto, donde ya se consumía en pequeñas porciones sobre una base de pan. ¿Cómo preparar la receta básica? Se trata de una mezcla de garbanzos…
Tras una competición o esfuerzo físico, lo ideal es que amoldemos nuestra dieta a la recuperación de la misma forma que previamente hemos preparado nuestro cuerpo para el desgaste
Una correcta nutrición es clave para un buen rendimiento deportivo, por lo que hay que personalizar la dieta del deportista en las diferentes etapas en las que consista dicho deporte.
La preparación a la competición deportiva debe constar tanto de un buen entrenamiento enfocado a la disciplina como de una alimentación saludable y adaptada a las necesidades específicas del deportista.
La dieta de recuperación del deportista constará de diferentes pautas en función de:
Este tipo de macronutriente puede tener diferentes funciones, pero en la práctica deportiva será el combustible prioritario. Por ello se deberán asegurar unas buenas reservas corporales de glucógeno y un aporte adecuado de hidratos de carbono durante y después de la competición.
Como estrategia dietética después de la competición, con el objetivo de replecionar reservas de glucógeno hepático y muscular habrá que proporcionar hidratos de carbono en las 2 horas posteriores a la competición (ventana anabólica).
La recuperación general es de unos 7-12 g/kg/día, en cambio, si la siguiente prueba es en menos de 8 horas, 1-1,2g/kg/h hasta las 4 primeras horas.
Algunos competidores no tienen apetito inmediatamente tras la competición, así que reponen los hidratos de carbono a través de soluciones acuosas con glucosa, sacarosa y/o oligoglúcidos en una concentración del 6%.
El indice glucémico de estos hidratos debe ser bajo, excepto si al día siguiente hay prueba, que deberá ser de índice glucémico moderado-alto.
Para recargar glucógeno será necesario aportar por cada gramo, 3 ml de agua y 20 mg de potasio.
Una proteína esta compuesta por varias piezas individuales llamadas aminoácidos, entre los cuales hay unos esenciales, es decir, aquellos que el organismo no puede producir por si mismo y precisa de su aporte dietético.
En total existen 20 aminoácidos, pero solo 8 de ellos son esenciales. Una proteína se denominará completa cuando contenga todos aquellos aminoácidos esenciales, de lo contrario, será necesario complementarla con la proteína de otro alimento que si los contenga. Para ser más concretos, una proteína en la que abunden los aminoácidos esenciales, será de mayor valor biológico.
Justo después del ejercicio, deben administrarse junto a los hidratos de carbono para asegurar una mejor reposición de glucógeno. Proporción hidratos de carbono:proteínas = 3-4g:1g.
Puede ser interesante también la suplementación con proteínas parcialmente hidrolizadas en determinadas pruebas ciclistas o en el curso del ultramaraton. ¿Cuándo? En la recuperación del ejercicio.
Durante la prueba deportiva aumenta la pérdida de agua y con ella de electrolitos, lo cuál puede ocasionar deshidratación y otras consecuencias como fatiga, calambres, etc. La sensación de sed comienza con el 1-2% de deshidratación, pudiendo ocasionar la muerte al llegar a más del 20%.
El protocolo de hidratación debe intentar ser individualizado, ya que según el deportista, se calcularán diferentes pérdidas. Las recomendaciones postcompetición en la dieta de recuperación son:
Como ya hemos nombrado, los objetivos de la dieta de recuperación son replecionar glucógeno y la rehidratación.
No suele haber hambre, por lo que antes de la comida de recuperación pueden darse tentempies. Ejemplos:
La comida principal postcompetición por tanto no deberá ser muy calórica, pero será importante que reestablezca el equilibrio hidromineral, que sea rica en hidratos de carbono, que aporte algo de proteínas y algo alcalina.
Hay que evitar la sobrecarga hepática y renal para eliminar la urea y otros tóxicos que se forman durante la competición, propios del metabolísmo corporal. Ademas de diuréticos y alcohol.
Por último, pero no menos importante, habrá que recordar que la transición a la dieta habitual deberá hacerse de manera paulatina en las siguientes 24-48h postcompetición.