¿En qué consiste la dieta flexitariana?

Si buscas mejorar tu estado de salud, y reducir la huella ecológica sobre el planeta, la dieta flexitariana es una buena opción. Aquí te contamos más de este régimen.
¿En qué consiste la dieta flexitariana?
Sául Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Sául Sánchez Arias.

Última actualización: 19 agosto, 2023

La dieta flexitariana es un modelo basado en el consumo de alimentos procedentes del reino vegetal, pero no es tan estricta como la vegana o la vegetariana. Este tipo de alimentación permite la inclusión, de forma relativamente frecuente, de productos procedentes de los animales.

Mediante este modelo dietético se obtienen los beneficios de las dietas veganas, pero sin los principales perjuicios de las mismas. Entre estos últimos podemos destacar, por ejemplo, el posible déficit proteico provocado por el aporte exclusivo de nutrientes de bajo valor biológico, carentes de algún aminoácido esencial.

La dieta flexitariana es buena para la salud

El consumo de elevadas cantidades de frutas y de verduras se ha asociado con una mayor esperanza de vida y con un menor riesgo de desarrollar enfermedades, según un estudio publicado en la revista International Journal of Epidemiology.

Esto se debe a la presencia de micronutrientes esenciales en estos alimentos, así como a los fitonutrientes que se encuentran en su interior. Estos últimos se asocian con un retraso en el envejecimiento.

Además de estas propiedades, la dieta flexitariana consigue no ser deficitaria en proteínas de elevado valor biológico, así como en otros nutrientes que solo se encuentran en los alimentos de origen animal. Un ejemplo de ellos es la vitamina B12, parte importante en la fisiología de las células sanguíneas.

Este régimen también asegura unos niveles superiores de vitamina D, gracias a la presencia de lácteos, huevos y pescados azules. Sin embargo, las dosis de dicho nutriente suelen no ser suficientes, por lo que se recomienda siempre la exposición frecuente a la luz solar. Este hábito ha demostrado ser capaz de reducir la inflamación y el desarrollo de patologías complejas.



Esta dieta es fácil de implementar

Es muy sencillo llevar a cabo una dieta flexitariana, solamente tienes que configurar tus menús para que el 80 % de los alimentos que consumas sean vegetales. De este modo queda un 20 % que se puede rellenar con huevos o lácteos preferentemente, pudiendo incluir también pescado un par de veces por semana.

Incluso sería posible la ingesta puntual de carne, aunque esto se suele reservar para las ocasiones especiales.

A la hora de elegir los lácteos, se recomienda que sean enteros, para aprovechar sus grasas y vitaminas. En el caso de los pescados, es preferible optar por los azules, ya que aportan vitamina D, un nutriente deficitario en la población en general.

Es importante que haya variedad de vegetales

Cuando plantees los menús, ten en cuenta que es fundamental asegurar la variedad de los vegetales. Esto permite, entre otras cosas, garantizar que se consumen todos los aminoácidos esenciales en las cantidades adecuadas. De lo contrario, se podrían generar déficits que impactasen de manera negativa en la salud muscular o en el funcionamiento de la fisiología del organismo.

Para cumplir con dicho objetivo, incluye en las preparaciones cereales de grano entero, legumbres, frutos secos, crucíferas, tubérculos y vegetales de hoja verde. Combinando estos alimentos, te asegurarás de ingerir los nutrientes que el cuerpo necesita. Puedes también consumir semillas para completar los aportes proteicos.



La dieta flexitariana, un modelo saludable y sostenible

La dieta flexitariana supone un método de alimentación para garantizar un buen estado de salud y prevenir el desarrollo de enfermedades. Se obtienen los beneficios del alto consumo de vegetales, pero sin renunciar a la variedad y consumo de productos de origen animal.

De este modo, se reducen notablemente las necesidades de suplementación con respecto a un modelo dietético más estricto, como el vegano.

Recuerda además que este tipo de alimentación es sostenible. Reduce el sufrimiento animal y la huella ecológica, lo que genera un impacto positivo en el planeta.

Desde el punto de vista social, esta dieta también resulta positiva: elimina las barreras generadas por la alimentación que suprime la carne, lo cual puede ocasionar conflictos a la hora de buscar un restaurante para comer.


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