¿Cuál es la alimentación adecuada en personas diabéticas?
Llevar una alimentación adecuada en personas diabéticas puede ser la clave para garantizar un correcto manejo de la enfermedad. De lo contrario, podrían promocionarse otras patologías asociadas que ponen en riesgo la salud del individuo, como las de tipo cardiovascular.
Las recomendaciones en cuanto a la dieta de las personas diabéticas han cambiado bastante en los últimos años. Concretamente, se ha pasado de un modelo tradicional que apostaba por la repartición de los carbohidratos a lo largo del día a un protocolo que busca la restricción de estos nutrientes.
Una dieta con pocos carbohidratos es adecuada en personas diabéticas
La diabetes es una patología que se caracteriza por un manejo deficiente de los carbohidratos a nivel fisiológico. Por este motivo, las corrientes nutricionales más recientes apuestan por reducir la presencia de estos nutrientes en la dieta. De este modo, se genera una reducción de la resistencia a la insulina y una estabilización de la curva de glucosa, lo que facilita el manejo de la patología.
Según un estudio publicado en la revista Vnitrni Lekarstvi , la implementación de una alimentación con bajo contenido en carbohidratos ayuda a perder peso y a conseguir una reducción de la sintomatología de la diabetes.
Se disminuyen con esto los picos de azúcar en sangre y los efectos colaterales asociados a dicha patología metabólica. De este modo, se puede conseguir salvaguardar la salud del individuo.
Incluso aplicar este tipo de dietas durante el inicio de la enfermedad podría conseguir revertir el proceso, así como prevenir su progresión. En el caso de que ya se haya desarrollado, simplemente puede llegar a lograrse evitar la medicación de forma crónica, lo que resultará positivo a nivel hepático.
Ayunos intermitentes para personas diabéticas
En líneas generales, se cree actualmente que la mejor dieta para las personas diabéticas es aquella con bajo contenido en carbohidratos. Sin embargo, existe un protocolo complementario que también ha demostrado beneficios en el manejo de la enfermedad; hablamos del ayuno intermitente.
El ayuno consiste en pasar un número de horas sin comer, habitualmente no inferior a 16 horas. Durante este periodo no se pueden ingerir calorías, sino que solamente se permite el consumo de líquidos acalóricos, como agua, café o té.
Sobre todo cuando la comida que se elimina es el desayuno, el ayuno intermitente puede generar beneficios claros sobre las personas diabéticas. Un estudio por la revista Journal of Physiology and Pharmacology demuestra que esta clase de protocolos reducen la resistencia a la insulina y mejoran la estabilidad de las glucemias.
Además, son capaces de inducir una pérdida de peso, lo que resulta beneficioso para la salud. Aunque es posible plantearlo de muchas formas distintas, lo óptimo es no comer desde la cena hasta el mediodía del día siguiente, manteniendo un ayuno de 16 horas.
La alimentación adecuada varía según el tipo de diabetes
Cabe destacar que este tipo de estrategias que hemos propuesto funcionan indudablemente bien en personas diabéticas de tipo 2. Sin embargo, para aplicarlas en casos de diabetes de tipo 1, hay que tener en cuenta ciertas consideraciones. Es preciso partir de una situación de glucemias controladas, ya que dichas manifestaciones de la enfermedad son más delicadas.
No obstante, con una supervisión adecuada por parte de un profesional, la dieta baja en carbohidratos y el ayuno intermitente pueden estabilizar adecuadamente las glucemias y hasta volver prescindible el aporte de insulina exógena en algunos casos. De todos modos, recomendamos mucha precaución al respecto.
Cuidar la alimentación es fundamental en personas diabéticas
Como has podido comprobar, la alimentación juega un papel fundamental en el manejo de la salud las personas diabéticas. Confeccionar un menú adecuado puede suponer la diferencia entre necesitar medicamentos o no.
Ten en cuenta que la diabetes está asociada con un mayor riesgo de desarrollar otras patologías crónicas, por lo que es preciso cuidarse de forma concienzuda una vez detectada la enfermedad. A pesar de todo, lo más recomendable es la prevención, ya que estamos hablando de una condición que se manifiesta, en muchos casos, a partir de la promoción de hábitos de vida poco saludables.
Una buena educación nutricional durante las primeras etapas de la vida puede limitar mucho el riesgo de desarrollar patologías metabólicas durante la edad adulta. De este modo, la salud se verá beneficiada enormemente. Para ello, prioriza siempre el consumo de alimentos frescos frente al de ultraprocesados.
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