Nutrición intuitiva: ¿cómo escuchar a tu cuerpo?
La nutrición intuitiva se basa en aprender a escuchar las señales del organismo para así ofrecer un aporte de nutrientes adecuado. Más que una dieta se califica como un modo de vida, muy ligado a ciertas prácticas holísticas o espirituales. Puede funcionar adecuadamente en ciertas personas, pero lo cierto es que hay que tener mucho cuidado con este tipo de planteamientos cuando existen patologías previas, ya que se podría agravar el problema.
Antes de comenzar hay que destacar que las bases de una buena alimentación son el equilibrio y la variedad. Conviene no pasarse de calorías de forma diaria para evitar aumentos de peso, pero también será clave lograr un aporte de nutrientes óptimo por medio de la inclusión de varios tipos de alimentos frescos distintos. De este modo, se evitará el desarrollo de enfermedades crónicas y complejas.
En la nutrición intuitiva hay que manejar bien el hambre
Uno de los primeros conceptos dentro del campo de la nutrición intuitiva es el del hambre, a diferencia del apetito. Es necesario saber cuando el organismo demanda alimentos con alta densidad nutricional y cuando simplemente quiere comer por placer, para disfrutar de las características organolépticas de ciertos comestibles. Esto último se debería limitar, ya que puede no aportar mucho valor e incrementar la densidad energética de la pauta.
Para regular el proceso se recomienda la práctica de actividad física de manera regular. El ejercicio ha demostrado ser eficiente a la hora de ayudar a controlar el apetito, por medio de diversos estímulos y mecanismos de tipo hormonal. Normalmente las personas que realizan deporte de forma frecuente son menos propensas a consumir alimentos ultraprocesados de mala calidad, además de plantear otros buenos hábitos de vida en su conjunto.
Por otra parte, será importante parar de comer cuando aparezca la sensación de saciedad. Ir más allá simplemente por estar disfrutando de los sabores de los alimentos puede llevar a un incremento del peso corporal, nada positivo para mantener un buen estado de salud con el paso del tiempo. Del mismo modo, no pasará nada por excederse en un momento determinado. Al fin y al cabo lo verdaderamente importante es la rutina, no lo que suceda un día puntual.
Plantea una pauta basada en productos frescos
La nutrición intuitiva no ofrece demasiados consejos a la hora de combinar alimentos o de garantizar el aporte de nutrientes en la dieta. Sin embargo, es fundamental priorizar la presencia de productos frescos en la pauta para que las cosas salgan bien. Estos se caracterizan por ofrecer una buena cantidad de elementos de calidad como los ácidos grasos, las proteínas, los minerales y vitaminas y los fitoquímicos con capacidad antioxidante.
Sin embargo, los alimentos de origen industrial suelen concentrar en su interior elementos que pueden ser nocivos para el cuerpo humano como ciertos aditivos artificiales y las grasas trans. Estas últimas consiguen incrementar los niveles de inflamación en el medio interno, haciendo más incidente el desarrollo de patologías crónicas como las que afectan al corazón. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Diabetes & Metabolic Syndrome.
Además, será determinante el hecho de prestar atención a los métodos de cocción aplicados, ya que estos pueden terminar por afectar al valor nutricional de los alimentos en sí. Es conveniente priorizar aquellos poco agresivos, como son la plancha, el horno, el vapor o la cocción con agua. En la medida de lo posible será importante evitar freír o rebozar, ya que a partir de aquí se generan lípidos trans y se incrementa la densidad energética de los platos.
La nutrición intuitiva, un enfoque dietético diferente
Como has podido comprobar, la nutrición intuitiva ofrece un enfoque diferenciado de las dietas tradicionales. Se basa en un buen manejo de las sensaciones de apetito y de saciedad, aunque no todo el mundo consigue alcanzar este punto de equilibrio. Muchas personas pueden tener alteradas las concentraciones hormonales por diversos motivos, llegando a experimentar problemas a la hora de suprimir o de aumentar el apetito.
Sea como fuere, para realmente gozar de un buen estado de salud no solo es preciso comer adecuadamente. Será determinante también promocionar una serie de buenos hábitos en su conjunto. Por ejemplo, hay que practicar ejercicio físico de manera regular. De este modo se controla la inflamación en el medio interno y se reduce el riesgo de terminar desarrollando problemas crónicos que condicionen la funcionalidad.
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