3 consejos sobre cómo medir el progreso nutricional
En esta ocasión te vamos a ofrecer una serie de consejos para que seas capaz de medir el progreso a nivel nutricional. De este modo, podrás evaluar de una manera sencilla si la dieta está causando avances o si es preciso realizar más cambios para lograr mantener un buen estado de salud con el tiempo.
Eso sí, hay que tener en cuenta que cada organismo es diferente, por lo que no en todos los casos se cumplirá lo que comentaremos. De todos modos, si existen dudas siempre puede resultar de utilidad visitar la consulta de un profesional de la nutrición, para conseguir una visión experta.
Consejos para medir el progreso nutricional
A continuación, hablaremos de los principales puntos que pueden servir para evaluar el progreso y la eficiencia del planteamiento nutricional escogido. Pero antes hay que destacar que no solo basta con cuidar la alimentación. Es preciso también plantear otros hábitos de vida, como la práctica regular de ejercicio físico.
Evalúa el cambio en la composición corporal
Cuando se realiza un cambio para bien en la dieta es posible que el porcentaje de grasa corporal se reduzca, algo que sin duda es positivo para la salud. La obesidad y el sobrepeso han demostrado tener relación con el desarrollo de muchas patologías crónicas y complejas, por lo que son condiciones que se deben evitar.
Además, los avances serán mucho más significativos si se realiza un trabajo de fuerza de manera complementaria. Así se consigue promocionar el crecimiento de la masa muscular, lo que generará un mayor gasto energético diario y un déficit de calorías consistente.
La calidad del sueño se incrementa
Otro de los puntos que pueden ayudar a medir el progreso nutricional es la calidad del sueño. Un buen descanso muchas veces está determinado por un óptimo aporte de nutrientes. Por ejemplo, de acuerdo con un estudio publicado en Nutrients, el metabolismo del magnesio puede modificarse con el paso del tiempo, lo que podría provocar deficiencias y una mal descanso.
En este sentido, conviene plantear siempre una dieta equilibrada y variada que asegure que se cubren los requerimientos diarios. De este modo el organismo funcionará de una forma eficiente, evitando la génesis de problemas de salud complejos con el paso de los años. A parte, un buen descanso conseguirá repercutir muy positivamente en el bienestar.
Se sentirá mayor vitalidad
No hay que dejar de prestar atención al estado de ánimo y de vitalidad. Cuando la dieta no es adecuada es posible que se sufra una situación de cansancio o de fatiga constante. Sin embargo, esto cambiará a medida que se optimice el aporte nutricional. Habrá que consumir proteínas de alto valor biológico, grasas de tipo cis y carbohidratos complejos en cantidades adecuadas y suficientes.
También el hecho de asegurar un aporte óptimo de micronutrientes puede marcar la diferencia. En este sentido, la falta de vitamina D cursa con pérdida de fuerza muscular y la de hierro con un aporte ineficiente de oxígeno a los tejidos que conlleva limitaciones funcionales.
Es cierto que los cambios no se experimentan de un día para otro, ni para bien ni para mal. Eso sí, poco a poco cuando se modifican positivamente los hábitos dietéticos se irán encontrando mejores sensaciones, ya desde primera hora de la mañana. El organismo responderá de manera más eficiente a los estímulos. Incluso se sentirá la diferencia al realizar cualquier tipo de actividad física.
Presta atención a los consejos para medir el progreso nutricional
Como has visto, es fácil medir el progreso a nivel nutricional si se tienen en cuenta una serie de consejos básicos. A veces pueden no funcionar, pero cuando se experimentan estos cambios que hemos comentado suele ser buena señal. De todos modos, si sientes que la dieta actual no es buena o suficiente lo mejor es que cuentes con ayuda profesional antes de hacer cambios sin la información suficiente.
Por último, ten presente que la pauta puede no ser suficiente para cubrir todos los depósitos de micronutrientes esenciales. Por ejemplo, pocos comestibles cuentan en su interior con vitamina D. Para conseguir mantener los niveles de este elemento en rangos adecuados será determinante garantizar la exposición a la luz solar de manera regular y recurrente. De lo contrario la salud se verá afectada.
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