¿Qué es el seguimiento nutricional?
El seguimiento nutricional consiste en la visita periódica a un nutricionista para evaluar la calidad de la dieta y monitorizar el aporte de nutrientes. Resulta importante, ya que mantener un buen estado de alimentación puede evitar el desarrollo de patologías crónicas y complejas con el paso de los años.
Antes de comenzar, es preciso destacar que no siempre se puede evaluar el estado nutricional de manera precisa sin pruebas diagnósticas. En ciertos casos complejos será preciso someterse a algún análisis de sangre para comprobar que los niveles de micronutrientes en el organismo son óptimos, descartando así posibles déficits.
¿Cada cuanto realizar un seguimiento nutricional?
Si no existen patologías, y el estado de composición corporal es bueno, puede bastar con hacer uno o dos seguimientos nutricionales al año. De este modo se asegurará que la distribución de los diferentes comestibles en la pauta diaria es buena y que se están cubriendo los requerimientos nutricionales según las necesidades de cada persona.
Además, de este modo se puede responder ante los cambios en los horarios o hábitos de vida, adaptando así la pauta de alimentación y provocando una adherencia mayor. Esto será determinante de cara a garantizar el seguimiento y evitar caer en el consumo de alimentos ultraprocesados de baja calidad, con elevado contenido en azúcares simples y en grasas trans.
El seguimiento nutricional en el deporte
Cuando se realiza actividad física de alta intensidad puede ser preciso realizar un seguimiento nutricional más exhaustivo. En este caso, se lleva al organismo a un nivel de exigencia elevado, por lo que será clave optimizar el aporte de energía y nutrientes para lograr un rendimiento adecuado.
Por ejemplo, muchos atletas que no tienen la dieta controlada se quedan escasos en cuanto a consumo de proteínas. Esto podría provocar problemas en la masa magra a medio plazo, además de una peor recuperación tras el esfuerzo. De acuerdo con un estudio publicado en Journal of the International Society of Sports Nutrition, puede llegar a ser preciso alcanzar un aporte diario superior a 1,4 gramos de proteína por kilo de peso en deportistas.
Por otra parte, las personas que realizan actividad física a un ritmo muy alto pueden presentar una necesidad superior de ciertos micronutrientes esenciales, como es el caso de la vitamina C o el hierro. De hecho, un consumo insuficiente de este último elemento, junto con la práctica de ejercicio aeróbico de impacto a elevada intensidad, ha demostrado condicionar la aparición de una anemia.
Asimismo, los atletas pueden introducir en la dieta una serie de ayudas ergogénicas que incrementen el rendimiento deportivo. Es importante realizar un seguimiento nutricional para optimizar su consumo y para mejorar la pauta de alimentación de forma previa. Si esta no se ajusta, podrían no experimentarse mejoras significativas tras la ingesta de suplementos.
La importancia del seguimiento nutricional en personas con patologías
Aquellas personas que presentan patologías crónicas podrían beneficiarse todavía más de un seguimiento nutricional, facilitando así el manejo de la enfermedad. De hecho, optimizar la pauta y cambiar los hábitos de vida puede llegar a reducir de manera efectiva la necesidad de medicación, lo que sin duda beneficia a la salud.
Eso sí, en estos casos las intervenciones han de realizarse con cierta cautela. Existen nutrientes o alimentos que pueden interaccionar con fármacos. Por otra parte, un cambio brusco en el perfil dietético podría provocar alteraciones en el bienestar de la persona a corto plazo, sobre todo cuando su situación no está controlada todavía.
El seguimiento nutricional es beneficioso para la salud a medio plazo
Como has visto, es positivo realizar un seguimiento nutricional cada cierto tiempo para mejorar o para garantizar un buen estado de salud. Dependiendo de cada caso puede ser recomendable visitar al profesional de la nutrición cada más o menos tiempo. Por ejemplo, los atletas deberían acudir a él cada 6 semanas, de media, para conseguir que el rendimiento sea óptimo.
Para terminar, hay que enfatizar la necesidad de plantear otra serie de buenos hábitos complementarios a la optimización de la pauta. Es clave realizar ejercicio físico de forma frecuente, sobre todo priorizando el trabajo de fuerza muscular. De este modo, se conseguirá reducir el nivel de inflamación y asegurar la homeostasis en el medio interno con el paso del tiempo.
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