Trastornos de alimentación en deportistas: ¿cuáles son los riesgos?
Los trastornos de alimentación en deportistas son problemas cada vez más frecuentes que presentan muchos riesgos para el estado de salud. Influyen de forma determinante sobre el estado de bienestar y pueden llegar a generar déficits nutricionales que incrementen el riesgo de desarrollar patologías complejas.
Antes de comenzar, es clave destacar que ante cualquier problema de este tipo conviene una intervención temprana para minimizar los daños colaterales con el paso de los años. De lo contrario, podrían experimentarse efectos secundarios que durasen para el resto de la vida, condicionando muchas rutinas y la calidad de vida.
¿Cuáles son los trastornos de alimentación más frecuentes en deportistas?
Existen una serie de trastornos de alimentación que son frecuentes en deportistas, según comenta un estudio publicado en Sports Health. Podemos destacar tres que son los más frecuentes como la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón. Aunque sus manifestaciones son distintas, suelen estar condicionados por una base común, que son alteraciones en relación al sistema nervioso central y a la autoestima personal.
Digamos que estos problemas se suelen manifestar con la comida, promoviendo una serie de conductas poco adecuadas que pueden ser de tipo restrictivo, purgativo o incluso estar más bien relacionadas con los atracones. Sea como fuere, es fundamental promover un tratamiento multidisciplinar para conseguir sobrellevar la situación y encontrar una solución eficiente.
Principales riesgos de los trastornos de alimentación en deportistas
Como es lógico, los deportistas que sufren trastornos de alimentación cuentan con el riesgo de ver afectado el rendimiento físico. Suelen ser más frecuentes en poblaciones de adolescentes que compiten por categorías de peso, ya que se ven sometidos a un cierto estrés y, en ocasiones, tienen que recurrir a conductas purgativas para vencer a la báscula.
En cualquier caso, uno de los problemas inmediatos de esta clase de trastornos son las patologías causadas por déficits de nutrientes, como podría ser la anemia. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Nutrients, donde se relaciona un aporte inadecuado de hierro con la génesis de anemia, enfermedad que cursa con fatiga y cansancio extremo.
Por otra parte, esta serie de trastornos suele también conllevar un consumo insuficiente de proteínas, lo que condiciona negativamente el estado de composición corporal e incrementa el riesgo de lesión muscular. A medio plazo esto se puede traducir en la génesis de una sarcopenia acelerada en adultos jóvenes, normalmente con mal pronóstico.
¿Cómo actuar ante un trastorno de alimentación en deportistas?
Según hemos comentado, ante el primer síntoma de trastorno de alimentación conviene consultar con un profesional. Estos pueden ser conductas restrictivas, aislamiento social, problemas con la comida, rechazo de grupos de alimentos, vómitos.
Son muchas las alarmas que se pueden presentar. Eso sí, el tratamiento siempre ha de ser temprano. De este modo, las probabilidades de éxito se incrementan en gran medida.
Por otra parte, no se puede contar solo con un profesional que asesore, sino que este tipo de patologías se deben abordar desde varios ángulos. Será necesaria la intervención de un nutricionista, de un psicológico, de un educador deportivo y de un psiquiatra, en los casos más graves. Es posible que en ciertos momentos haya que recurrir a la medicación, aunque no sea la mejor ni la primera alternativa.
Asimismo, el entorno familiar tiene que estar muy concienciado del problema y comprometido con el planteamiento de solución. Si el atleta no siente el apoyo de sus seres queridos puede llegar a ser difícil que se recupere de manera óptima en un plazo de tiempo prudente. Será necesario el apoyo, la comprensión y el cariño del entorno familiar.
Los trastornos alimentarios son problemas graves en deportistas
Los problemas de salud mental están al orden del día. Los trastornos alimentarios se engloban dentro de este conjunto de patologías. Requieren un manejo cuidadoso y una intervención temprana para realmente lograr el éxito a medio plazo. Eso sí, hay que destacar que son mucho más frecuente en poblaciones de adolescentes o de niños que en adultos de edad avanzada.
Para terminar, ten en cuenta que el funcionamiento del sistema nervioso central también se ve condicionado por la alimentación. Plantear una serie de buenos hábitos y optimizar la pauta dietética podría reducir la incidencia de esta clase de problemas. Marcará también la diferencia el hecho de haber recibido una adecuada educación nutricional durante las primeras etapas de la vida.
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