¿Para qué sirve la dieta Hashimoto?
La dieta de Hashimoto es un plan dietético que se utiliza para tratar la sintomatología de la enfermedad denominada bajo el mismo nombre. Se trata de una patología que afecta fundamentalmente a la tiroides, pero que provoca un estado de inflamación generalizado.
Dicha situación se caracteriza por afectar a la permeabilidad intestinal, por lo que ciertos productos con alto contenido de fibra pueden generar problemas de digestión. En este sentido, habrá que reducir el consumo de algunos alimentos e incrementar el de otros que generan un impacto positivo.
¿En qué consiste la dieta de Hashimoto?
Una de las pautas principales de este plan se basa en la restricción de alimentos con lectinas, como son las legumbres, y algunos frutos secos como el cacahuete. Estas sustancias pueden incrementar la permeabilidad intestinal, e incrementan así la sintomatología de la inflamación sistémica. Esto es confirmado por un artículo publicado en la revista Acta Neurologica Scandinavica.
De todos modos, las legumbres muy cocinadas podrían consumirse de vez en cuando, ya que de esta forma se inactivan las lectinas.
Al mismo tiempo, puede ser recomendable el incremento de la ingesta de productos lácteos fermentados. Estos cuentan con probióticos en su composición, bacterias capaces de colonizar selectivamente el intestino y generar un beneficio sobre el huésped. Además, favorecen la formación de ácidos grasos de cadena corta a nivel intestinal, los cuales poseen un marcado carácter antiinflamatorio.
Por otra parte, también resulta crucial garantizar el aporte de vitamina D. Este nutriente ha demostrado ser capaz de modular la inflamación y de reducir la sintomatología de la enfermedad.
De este modo, conviene incluir en la dieta alimentos como los huevos, pescados azules y lácteos enriquecidos. No obstante, no olvides que la mejor forma de garantizar que este nutriente se encuentra en los niveles adecuados es mediante la exposición a la luz solar frecuente.
Alimentos no recomendados en la dieta de Hashimoto
Si bien es adecuado maximizar la ingesta de los alimentos que regulan la inflamación y que favorecen la microbiota intestinal, también es aconsejable restringir el aporte de aquellos que generan el efecto contrario.
En este sentido, es totalmente determinante la supresión del consumo de alcohol, una sustancia capaz de provocar alteraciones hormonales, lo que no resulta nada recomendable. Por otra parte, tampoco es adecuado consumir ultraprocesados con alto contenido de azúcares simples y grasas trans.
Asimismo, no debemos olvidar que la enfermedad de Hashimoto es una de las causas más frecuentes de hipotiroidismo. Por este motivo, es importante evitar la presencia en la dieta de todos aquellos alimentos que pueden promocionar la ganancia de peso.
Por su parte, el aporte excesivo de ácidos grasos omega 6 también puede ser contraproducente. Estos se encuentran fundamentalmente en los aceites de semillas, y son capaces de incrementar la inflamación sistémica.
Esta situación podría agravar los dolores articulares derivados de la patología. En su defecto, es óptimo aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3, presentes en los pescados azules, ya que generan justamente el efecto contrario.
Consulta con el médico si tienes síntomas de Hashimoto
Es importante que acudas a la consulta médica si sufres alguno de los síntomas de la enfermedad de Hashimoto de forma frecuente. De este modo, el profesional podrá realizarte un diagnóstico y comenzar con la medicación. Los síntomas más comunes suelen ser los siguientes:
- Piel seca.
- Uñas quebradizas.
- Pérdida de cabello.
- Aumento de peso.
- Dolor articular y muscular.
- Sangrado menstrual excesivo.
- Depresión.
- Debilidad.
- Estreñimiento.
La dieta de Hashimoto, un plan eficaz
Junto con el tratamiento farmacológico pertinente, la dieta de Hashimoto resulta eficaz para tratar la sintomatología de esta enfermedad. Incluso puede ser beneficioso también incluir algún suplemento, con el objetivo de mantener controlada la inflamación. Tanto los de vitamina D como los de ácidos grasos omega 3 o los de melatonina podrían ser una buena opción.
Al mismo tiempo, no te olvides de evitar el consumo de todos aquellos productos que pueden desencadenar cascadas inflamatorias. Tal es el caso del alcohol o de los ultraprocesados industriales. Tanto los dulces como los alimentos con contenidos elevados de ácidos grasos de tipo trans son desaconsejados.
Por último, ten en cuenta que si sufres los síntomas característicos de la enfermedad, será adecuado que acudas al médico para obtener un diagnóstico preciso. El tratamiento farmacológico suele ser necesario para evitar complicaciones posteriores que condicionen la calidad de vida.
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