Lesiones de la espalda en jugadores de waterpolo

El waterpolo es un deporte en el que se realiza frecuentemente el gesto de flexión y rotación de la espalda, que resulta perjudicial para la columna.
Lesiones de la espalda en jugadores de waterpolo
Joseph Wickman

Revisado y aprobado por el fisioterapeuta Joseph Wickman.

Escrito por Joseph Wickman

Última actualización: 26 mayo, 2023

El waterpolo es un deporte que entraña riesgos muy diversos para los deportistas. Se asocian a la práctica de este deporte patologías en estructuras como los hombros, las rodillas, la cabeza y la espalda. Los jugadores de waterpolo tienen que tener en cuenta que sus espaldas pueden sufrir cambios estructurales o lesiones si no se cuidan cuando están fuera de la piscina.

Las lesiones más frecuentes en jugadores de waterpolo

Las lesiones más frecuentes sufridas por jugadores de waterpolo son las que afectan a la cabeza y al hombro. Entre las primeras, destacan las lesiones dentales y oculares durante la práctica del deporte, y entre las segundas, las lesiones en hombro, codo y mano debido al gesto que se realiza al lanzar el balón.

Asimismo, también son frecuentes los problemas de rodilla —ligamentos laterales y menisco sobre todo— debido al constante gesto de patada. Veamos un poco más sobre las lesiones de espalda que tan a menudo ocurren en esta disciplina.

Lesiones de espalda

Las espaldas de los jugadores de waterpolo se ven sometidas a constantes fuerzas de rotación unidas a extensión y flexión. Esto es así tanto en movimientos defensivos, para bloquear a un rival, como ofensivos, a la hora de pasar o lanzar el balón.

Esta combinación de gestos es de las más lesivas para la espalda, y en este deporte se repiten constantemente. Al llevarla a cabo, se genera una gran tensión sobre los discos intervertebrales y las estructuras adyacentes. Así, las hernias discales y las distensiones o desgarros del disco son lesiones de las que habrá que temer.

Por otra parte, los jugadores de waterpolo tenderán a adoptar, con el tiempo, posturas de hipercifosis dorsal e hiperlordosis lumbar. Es decir, una acentuación de las curvas de las zonas alta y baja de la columna.

Los gestos de los jugadores de waterpolo pueden provocar lesiones en la espalda.

Esto es así debido también a los gestos que se ejecutan en el deporte. La razón es que, entreno tras entreno y partido tras partido, se está trabajando de manera intensa la fuerza explosiva de la musculatura anterior del tronco y la abductora del brazo.

Prevención

Como en cualquier deporte, para prevenir totalmente el peligro de sufrir lesiones asociadas, deberíamos dejar de practicarlo. Pero como no va a ser el caso, debemos buscar maneras de que nuestro cuerpo sea más resistente:

  • Fortalecimiento de grupos musculares protagonistas y antagonistas. Es importante que haya un equilibrio muscular entre los músculos que ejecutan los movimientos y los opuestos. Es decir, si al realizar el deporte trabajamos mucho la musculatura anterior del tronco, debemos ejercitar también la posterior para prevenir desequilibrios.
  • Estirar. Mantener una buena flexibilidad evitará que los músculos se acorten, lo que ayudará a la conservación de las curvaturas de la espalda.
  • Trabajo de espalda y abdominal. Tener una cintura abdominal bien acondicionada hará que tanto la parte delantera como la trasera se repartan las fuerzas a las que sometemos la espalda. Además, realizar ejercicios específicos para los músculos de la espalda ayudará a que sean estos los que soporten las fuerzas durante el deporte, y no las demás estructuras.
Fortalecer los músculos ayuda a mejorar la postura corporal.
  • Lograr un buen gesto deportivo.Asegurarnos de estar haciendo los movimientos de manera correcta es esencial. Piensa que son gestos que repetiremos cientos o miles de veces; si una estructura trabaja de manera incorrecta cada vez, es comprensible que acabe lesionada.
  • Buena higiene postural. Durante el deporte y en el día a día, mantener una correcta higiene postural también es esencial para prevenir lesiones de espalda. Si durante la práctica deportiva sometemos la espalda a estrés, en reposo debemos permitirla descansar y recuperarse. Salir de un entrenamiento y sentarnos con la espalda arqueada o trabajar con el monitor del ordenador muy bajo acelerará la hipercifosis.

Finalmente, también es fundamental respetar el descanso y adaptar las cargas de trabajo. Debemos darle tiempo a la espalda a recuperarse. Así, debemos evitar entrenar todos los días, o combinar días de entrenamiento con otros en los que hagamos otro tipo de deporte.

De esta manera, evitaremos machacar constantemente los mismos grupos musculares. Además, debemos darle tiempo al cuerpo a acostumbrarse, por lo que debemos aumentar gradualmente la duración de los entrenamientos y la intensidad.


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