4 consejos para motivar a un adolescente a hacer ejercicio

Afrontar el deporte en adolescentes es todo un reto para entrenadores y educadores. Estos deben conocer a la perfección las características de esta etapa para sacar la mejor versión de los jóvenes.
4 consejos para motivar a un adolescente a hacer ejercicio
Gloria Redondo Rincon

Revisado y aprobado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 30 mayo, 2023

Motivar a un adolescente es una de las tareas más desafiantes para cualquier entrenador. Esta etapa de transición entre la infancia y la edad adulta tiene unas peculiaridades a las que es necesario prestar atención.

La adolescencia puede llegar a ser muy complicada y requiere unas habilidades especiales para saber gestionarla. Entre esas habilidades, destacan la paciencia y la empatía, es decir, comprender sus problemas desde su perspectiva y no quitarles importancia o valor. Por muy triviales que puedan parecer, para el adolescente es todo un reto.

Por otro lado, una de las características de esta etapa son los sentimientos de falta de motivación y apatía. Estos se deben a que la identidad está en proceso de cambio y construcción y, en ocasiones, el sentir que uno no encaja en un grupo genera sentimientos negativos.

Los entrenadores parte tienen que estar atentos para evitar que la desmotivación afecte de manera negativa al rendimiento deportivo. Además, si saben cómo motivar a un adolescente, tendrán mucho terreno ganado. A continuación, veremos unos consejos para lograr mantener la motivación en los jóvenes.

Utiliza refuerzos que sean eficaces e importantes

Todas las personas, con independencia de la edad, necesitamos refuerzos para mantener la motivación. Además, para ser efectivos, estos refuerzos tienen que significar y resultar atractivos para la persona.

Escoger refuerzos eficaces no es tarea sencilla ya que requiere conocer a la persona y saber qué le gusta. Respecto a esto, una idea clave es que no todos los refuerzos funcionan por igual en todas las personas, por lo que hay que asegurarse que aquello que se utilice para reforzar cumple su misión: mantiene o aumenta la frecuencia de una conducta.

Los refuerzos sociales, como los gestos de cariño o las felicitaciones, suelen funcionar muy bien para la mayoría de la gente. A quién no le gusta que su entrenador reconozca el esfuerzo o la buena ejecución de un ejercicio difícil.

Motivar a un adolescente a hacer ejercicio puede ser un desafío.

Explica las consecuencias a corto plazo

La capacidad de planificación y previsión a largo plazo de los adolescentes es limitada en comparación con la de los adultos. Esto se debe a que la corteza prefrontal, el área encargada de estas tareas, no ha terminado de madurar. De hecho, se estima que esta región no llega a estar del todo desarrollada hasta los 25 años aproximadamente.

Esto quiere decir que, para motivar a un adolescente, es preferible explicarle las consecuencias a corto plazo que tendrá el entrenamiento en su salud y rendimiento. Si ellos entienden que los beneficios serán inmediatos, será más fácil que asuman los ejercicios del entrenamiento.

Por ejemplo, para que un adolescente se comprometa y adquiera el hábito de estirar después del entrenamiento, es preferible explicarle cómo afecta el estiramiento en las próximas horas. De este modo, conviene detallarle que si lo hace se sentirá mas relajado y tendrá menos agujetas al día siguiente.

Ayúdale a regular sus emociones negativas

En tiempos difíciles, es normal que aparezcan emociones negativas y dudas respecto a uno mismo. Sin embargo, no se puede vivir con resignación y esperar a que desaparezcan por si solas, sino que hay que tomar medidas especificas para que no vayan a más.

En el caso de los adolescentes, hay que prestar especial atención a cómo manejan las emociones negativas porque, por lo general, no tienen control sobre ellas. Ante cualquier error, es habitual que los adolescentes reaccionen con rabia o frustración, mientras que a un adulto le sería más fácil dejarlo pasar y no darle más importancia.

Los entrenadores tienen que proporcionarles técnicas de gestión emocional para que puedan aplicárselas a ellos mismos en momentos claves. Empezar con técnicas de relajación es un buen punto de partida.

Aumenta progresivamente la autonomía en las tareas

Los adolescentes no soportan que los traten como a niños. Ellos se perciben como adultos competentes en todas las tareas e intentarán llevarlas a cabo por ellos mismos, aunque no tengan todos las habilidades necesarias.

Personas competitivas forman parte de un equipo de baloncesto.

Esto quiere decir que si el entrenador los trata de forma paternalista, el adolescente reaccionará de manera defensiva. Por otro lado, tampoco se les puede dejar libre albedrío total sin supervisión. La solución sería poner en marcha lo que en psicología se conoce como el andamiaje.

El andamiaje consiste en dejar cierto grado de autonomía en función de las habilidades del adolescente. Es decir, ajustar la supervisión por parte del entrenador a las capacidades y recursos del deportista. Cuantas más destrezas presente el adolescente, menor será la necesidad de vigilarlo por parte del entrenador, y más autonomía podrá tener el joven.

Para motivar a un adolescente, piensa como un él

Aunque físicamente no hay mucha diferencia entre adolescentes y adultos, lo cierto es que a nivel mental sí existe un gran salto entre ambas etapas. Por lo tanto, es un gran error interpretar las conductas de un joven desde la perspectiva de un adulto maduro.

La adolescencia puede ser un período convulso, pero también tiene sus virtudes. Los jóvenes tienen más vitalidad y curiosidad que los adultos. Todo eso añadido a un espíritu inconformista que los empuja a buscar nuevas alternativas, lo que representa una combinación muy prometedora.


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