¿Cómo motivarse para hacer ejercicio todos los días?
Cualquier deportista debe saber motivarse para hacer ejercicio si quiere ser ver los resultados. La motivación es una variable muy valorada entre los deportistas de cualquier nivel competitivo.
Mantener la motivación es un aspecto fundamental dentro de la psicología deportiva. Esto se puede lograr de 2 maneras: de forma extrínseca, asociando el ejercicio a la obtención de recompensas externas; o intrínsecamente, resaltando el valor del compromiso personal.
Siempre va a ser mejor incidir sobre la motivación intrínseca que hacerlo sobre la extrínseca. La motivación externa es muy inestable y solo se mantiene mientras haya recompensas. Por su parte, la motivación interna puede llegar a provocar un cambio significativo a través de la internalización de valores y conductas.
3 claves para motivarse a hacer ejercicio
Por la razón antes mencionada, el objetivo prioritario cuando uno quiere motivarse para hacer ejercicio es encontrar la máxima equivalencia entre la rutina de ejercicio y los gustos personales. A continuación, te contamos cómo puedes poner esto en práctica.
1. Visualiza la meta que quieres alcanzar
La motivación necesita de refuerzos para mantenerse. En ocasiones es fácil recibir refuerzos: un halago del entrenador, ver en la báscula los kilos perdidos o sentirse más ágil son algunos casos. Sin embargo, también hay momentos en los que es más difícil obtener refuerzos, por lo que uno tendrá que imaginárselos en el futuro.
La visualización es una técnica que tiene muchas aplicaciones en el campo del deporte. Una de ellas es que permite representar mediante la imaginación refuerzos que se obtendrán a largo plazo.
En un estudio publicado en la Revista de Psicología de Deporte se analiza la relación entre motivación y visualización. De acuerdo con este estudio, existe una relación positiva entre ambas variables. Esto significa que los deportistas que tenían más capacidad de visualizar también mostraban niveles más altos de motivación.
2. Cambia el foco de atención
Muchos deportistas tienden a fijarse en los logros como una forma de motivarse para hacer ejercicio. Esto puede ayudarles a tener presente lo que quieren conseguir, pero también puede ser una fuente de estrés continua.
En el deporte existen muchas cosas por las que luchar además de los objetivos. La meta es solo el paso final, pero en el progreso hay muchas cosas que son igual de importantes y que ayudan a crecer. Además, al tener una meta a largo plazo tan ambiciosa se corre el riesgo de ser irrealista y que el deportista se encuentre atrapado luchando por algo que no va a conseguir.
Para comprenderlo, se puede usar la metáfora de una persona que va andando por un bosque. Si está más pendiente de ver el final del bosque, se perderá todo aquello que está en el medio, la belleza de la naturaleza.
3. Adecúa los objetivos a tu nivel de dificultad
Uno de los aspectos más complicados a la hora de establecer objetivos es graduar su dificultad en función del nivel de habilidad del deportista. De hecho, muchos desconocen que la dificultad es una variable crucial.
Los objetivos deben estar ajustados a lo que sabe hacer la persona, o un pequeño escalón por encima. Encontrar el término medio optimiza las probabilidades de tener éxito, mientras que los extremos son perjudiciales para la motivación.
Tanto los objetivos muy fáciles como los muy difíciles disminuyen el esfuerzo personal. Por una parte, los muy fáciles generan aburrimiento; por otra, los muy difíciles producen miedo.
Además, las metas de dificultad intermedia se relacionan con el estado de flow. Este estado es la máxima expresión de motivación interna, lo que ocasiona una fusión completa entre tarea y persona.
Que tu motivación sea más fuerte que las excusas
La motivación necesita de un trabajo continuo para materializarse en conducta. Una forma de verlo es como una carrera de fondo: el éxito se alcanza mediante un esfuerzo mantenido en el tiempo. Los acelerones o las prisas solo causan desgaste y frustración. Para motivarse para hacer ejercicio, es imprescindible plantearse objetivos de manera adecuada.
No obstante, no se puede reducir la motivación única y exclusivamente a los objetivos; las emociones positivas, el compromiso y la confianza son variables cruciales. Con todo esto, no tienes excusas para empezar a potenciar la motivación.
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- Godoy-Izquierdo, D., Vélez, M., y Pradas, F. (2009). Nivel de dominio de las habilidades psicológicas en jóvenes jugadores de tenis de mesa, bádminton y fútbol. Revista de Psicología del Deporte, 18(1), 7-22.