Fases de la dieta Montignac

A diferencia de otras dietas de pérdida de kilos, los fundamentos de la dieta Montignac se basan en el mantenimiento del peso conseguido. Es decir, evitar el efecto rebote. ¿Cómo conseguirlo?
Fases de la dieta Montignac
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 26 mayo, 2023

La dieta Montignac es una de las diversas alternativas a las que podemos recurrir para perder peso. Se popularizó durante la década de los noventa y aún se sigue hablando de ella. Lo más característico de esta dieta es que no nos exige restringir demasiado el número de calorías o contarlas.

En todo caso, los alimentos se diferencian según su índice glucémico. Los productos que lo tienen muy alto no son prohibidos del todo, y las proteínas pueden comerse en abundancia. Esta dieta se divide en fases, y en principio lo recomendable es poder conocerlas.

Antes de iniciar este o cualquier otro método de pérdida de peso, es obligatorio consultar con un profesional de la nutrición. Además, recuerda que lo que aquí explicamos no sustituye de ninguna manera el diagnóstico de un experto.

Dividiendo la dieta Montignac en fases

Michel Montignac elaboró una organización alimentaria según aquello que deseemos conseguir a partir de la alimentación. Este concepto es avanzado, porque se basa en que podemos hallar una forma de comer según cada necesidad, cuerpo, edad o propósito.

De hecho, es posible encontrar libros sobre la manera en la que debe alimentarse cada quien. Por ejemplo, existe un régimen para evitar problemas cardiovasculares y otro para mujeres que acaban de tener hijos.

No obstante, en este sistema alimenticio podemos distinguir dos tipos de fases. La primera se aplica para bajar de peso y, en la mayoría de los casos, es el comienzo de la dieta. La segunda está diseñada para mantener el peso ideal. Esto contrasta con los planes tradicionales, que suelen ser más lineales y dedicados solo a perder kilos.

Fase 1: concentrándonos en perder peso

Más que memorizar menús, lo importante es saber las reglas y los principios de cada fase en la dieta Montignac. Incluso en este primer momento, podemos comer hasta saciarnos.

La cuestión principal es la calidad y el tipo de comida ingerida. Por ejemplo, en los desayunos se debe consumir glúcidos sanos y bajos en grasas. Nos referimos a fuentes de carbohidratos naturales.

Desayunos sanos y rápidos.

En el caso de la comida del mediodía, lo importante es tener un prótido, un lípido y glúcido. Esta es una proteína, una fuente de grasa sana y, nuevamente, un carbohidrato. Con respecto a este último, se trata de un nutriente bastante saludable.

A la hora de cenar, lo correcto es reducir las grasas al máximo. De resto, se puede planificar una distribución alimenticia similar a la del almuerzo. Otro de los objetivos durante esta etapa es evitar picar entre comidas.

Junto a lo anterior, hay otro tipo de consejos:

  • Evitar las bebidas azucaradas: suelen ser responsables de la acumulación de grasas. La idea es recurrir a la fruta como principal fuente de glucosa.
  • Limita las grasas saturadas: los embutidos, el cerdo y otras fuentes de grasa deben ingerirse con muy poca frecuencia. Por el contrario, podemos acceder a pescados, aceite de oliva y otros lípidos saludables.
  • Glúcidos sanos: lo recomendable es que tengan un índice glucémico menor a 35. Aquí entran el pan, los frutos secos, algunas frutas y vegetales. Los cereales completos también pueden ser consumidos.

Fase 2 de la dieta Motignac: manteniendo el peso ideal

Debemos comenzar esta fase de la dieta Montignac cuando estamos en nuestro peso correcto. Hay personas que no necesitan pasar por la dieta para la pérdida de peso y se enfocan en mantener. Aquí los preceptos son similares pero las restricciones disminuyen.

Perder peso después de los 40 es más difícil, pero es posible.

En la mañana, los carbohidratos deben seguir siendo sanos en su mayoría; podremos agregar también algo de grasas saludables. Al mediodía se puede optar por comidas un tanto más fuertes, y la cena es igual a la propuesta en la fase uno. En este caso, también podríamos planificar seis estaciones de comidas, incorporando algunas meriendas.

Todo en esta dieta apunta a un equilibrio que no conlleva a la pérdida de calorías, ni tampoco a una nutrición deficiente. Otros principios que se deben seguir son los siguientes:

  • Se puede hacer una comida ‘capricho’: logrado un buen peso, podemos darnos un gusto comiendo algo que rompa con la lógica de la planificación. El riesgo siempre será el mismo, y esto se puede hacer cada cierto tiempo.
  • Frutas y almidones no van juntos: esta es una máxima para evitar niveles excesivos de azúcares. Por ejemplo, no es recomendable mezclar plátano con arroz de forma cotidiana.

En última instancia, cabe destacar que el creador de este plan fue farmacéutico y empresario. Él mismo diseñó este programa alimenticio con la intención de combatir su propio sobrepeso. Debemos señalar, asimismo, que su planteamiento está fundamentado en las costumbres alimenticias antiguas del Mediterráneo.


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