Escucha a tu cuerpo: identifica el hambre emocional

¿No sabes por qué comes en exceso? Quizá tengas hambre emocional. En este artículo te contamos más acerca de ella y de cómo identificarla.
Escucha a tu cuerpo: identifica el hambre emocional
Gloria Redondo Rincon

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon.

Última actualización: 11 julio, 2023

Si te sientes estancado en tu proceso de pérdida de peso, quizás te pueda ayudar identificar el hambre emocional. La conducta de comer puede tener muchas causas, no solo el querer nutrir el cuerpo.

En muchas ocasiones, las emociones negativas, y la poca capacidad para gestionarlas, están detrás de muchos episodios de comer. Por ello, saber cuándo de verdad se come por hambre y cuándo por angustia resulta de gran utilidad para no enturbiar el camino de perder peso.

El hambre emocional consiste en comer grandes cantidades de comida en poco tiempo, con la finalidad de querer disminuir las emociones negativas, como la angustia o la ansiedad.

Aunque la conducta sea la misma que cuando se come por necesidad fisiológica, lo cierto es que hay muchas diferencias entre ambos tipos de hambre. Con el objetivo de que puedas por fin poner fin al comer por ansiedad, a continuación nos centraremos en que puedas identificar qué es el hambre emocional.

¿Qué es el hambre emocional?

Como ya se ha mencionado anteriormente, el hambre emocional consiste en aliviar las emociones negativas a través de la comida.

Muchas veces se confunde con el hambre real, por satisfacer una necesidad vital.

Antes de aprender a controlar el hambre emocional es necesario saber identificarla. Por ello, vamos a enumerar sus principales características y sus causas.

Características del hambre emocional

Las formas en las que se presenta el hambre emocional son variadas. Es difícil recoger todas sus manifestaciones, las más habituales incluyen:

  • Una intensa sensación de hambre que se siente en el estómago y en el pecho.
  • Antes de comer aparecen emociones negativas que no se pasan con el tiempo.
  • Preferencia por comer alimentos ricos en grasas o en azúcares.
  • Darse atracones, es decir, comer mucha cantidad de comida con sensación de pérdida de control.
  • La sensación de hambre no disminuye aunque se haya comido una gran cantidad.

Causas del hambre emocional

Las causas del hambre emocional también son múltiples. Estas son las que más frecuentemente se observan:

  • estresores cotidianos,
  • pérdidas recientes,
  • baja autoestima,
  • sentimientos de aburrimiento,
  • insomnio o problemas de sueño,
  • conflictos con otras personas,
  • problemas en el ambiente de trabajo.


Aprende a gestionar la alimentación emocional

Ahora que sabes en qué consiste el hambre emocional y cómo identificarla, el siguiente paso consiste en aprender a gestionarla para que no eche por tierra ninguna dieta. A este respecto, no hay una fórmula única para acabar con esta dificultad, sino diferentes técnicas que, aplicadas en el momento adecuado, resultan eficaces.

Una de estas técnicas es el mindfulness aplicado a la alimentación, o lo que se conoce como mindful-eating. El principal objetivo del mindful-eating consiste en que la persona gane más consciencia acerca del comer en el mismo momento en el que esta conducta se realiza.

El ritmo de vida actual propicia que sea habitual comer con distracciones, como la televisión o internet, provocando que sea más fácil perder el control en la alimentación.

Por el contrario, el mindful-eating requiere que la persona preste toda su atención a lo que está comiendo y cómo lo está comiendo. De esta manera, se reducirá la velocidad de la comida, y también uno tendrá más consciencia de lo que come.

En este sentido, un estudio de la Universidad de Zaragoza afirma que la práctica del mindfulness aplicado a las comidas podría ayudar a las personas que tienen un patrón de ingesta impulsivo. Esto es, que frecuentemente se dan atracones.

Otra de las formas para acabar con el hambre emocional son las técnicas de relajación. Si una de las causas que hemos mencionado anteriormente son precisamente las emociones negativas (estrés, angustia, tristeza…), resulta lógico pensar que todo aquello que regule las emociones será eficaz para acabar con este problema.

Un artículo publicado en la Revista Terapia Ocupacional Galicia señala que el entrenamiento en relajación resulta eficaz en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. Además, el mismo artículo señala que intervenciones como la arteterapia y la psicomotricidad son también recursos prometedores en el tratamiento.



Presta atención a tus emociones para que estas no te hagan perder el control

El hecho de que las emociones influyan tanto sobre funciones biológicas, como el hambre o el sueño, es una señal de que cuerpo y mente son, en realidad, dos planos relacionados. Por ello, merece la pena prestar más atención a la parte psicológica y cómo está influyendo sobre la física.

Este ejercicio de escuchar al cuerpo por dentro se puede aplicar en el caso del hambre emocional. Identificar sus síntomas, causas y conocer las técnicas para remedirla son los pasos más acertados que puedes dar. 

Por último, señalar que el hambre emocional es mucho más habitual de lo que cabe esperar, y en la mayoría de los casos, lo que esconde son emociones negativas sin gestionar. No permitas que la comida se convierta en un lastre y hazla aliada a través de una buena salud mental.


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