Presión en el deporte profesional: ¿en qué consiste?
La presión en el deporte profesional es un fenómeno que es conocido por todos. De hecho, muchas personas dirían que la principal característica del deporte de élite es la gran cantidad de presión psicológica a la que se someten los deportistas.
El deportista profesional debe alcanzar unos resultados muy exigentes, dedicar gran parte de las horas del día a entrenar y lidiar con los medios de comunicación. Todas esas tareas ocasionan a la persona una gran presión que, si no sabe gestionar, puede afectar negativamente a su salud mental.
Por ello, es de vital importancia que deportistas, entrenadores y preparadores conozcan qué es la presión en el deporte profesional, cómo se manifiesta, sus consecuencias a corto y largo plazo y las estrategias para reducir el impacto negativo. Hablaremos al respecto a continuación.
¿Qué es la presión en el deporte profesional?
La presión deportiva no es un concepto unitario, no existe una única fuente. Esta puede venir del entorno del protagonista, pero también el mismo deportista puede autogenerarse la presión. Cuando la presión es externa, las fuentes más habituales son:
- Entrenadores y padres: las figuras de autoridad juegan un papel muy importante en la presión percibida. Los entrenadores y padres autoritarios, quienes se preocupan más por los resultados que por el bienestar del deportista, son una fuente de presión muy importante.
- Medios de comunicación: la manera en la que los canales de información relatan las competiciones y los acontecimientos deportivos influye mucho en la presión experimentada. Cuando se da demasiada importancia a un evento deportivo o se cuestiona el rendimiento de un deportista, es más probable que aumente la presión.
- El nivel de los oponentes: cuando se enfrentan dos deportistas con un nivel de habilidad similar, la presión percibida aumenta en ambos.
- Los espectadores: la mayoría de las personas se sienten incómodas cuando otras evalúan su desempeño. La audiencia, aunque no participe en la competición, puede provocar un aumento en el estrés sentido por el deportista.
Por otro lado, la presión interna es causada principalmente por los pensamientos del deportista. Anticipar resultados o dudar de uno mismo genera un estado de tensión en la persona que la hace vulnerable a sufrir estrés. Asimismo, ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo, pueden aumentar la presión en el deportista.
¿Cómo se manifiesta la presión deportiva?
Principalmente, la presión deportiva se manifiesta como un aumento de la activación fisiológica que se manifiesta en tres vectores:
- Síntomas físicos: se puede experimentar un nudo en el estómago, temblor en las extremidades, respiración acelerada y aumento de la sudoración y la tasa cardíaca.
- Pensamientos: se crean expectativas negativas respecto al rendimiento, sensaciones de intranquilidad y preocupación y hasta pensamientos negativos sobre uno mismo.
- Comportamientos: incluye cualquier conducta que se realice para disminuir la presión competitiva (rituales, comprobaciones, respiraciones, decirse frases positivas, por ejemplo).
¿Cuáles son las consecuencias de la presión?
Las consecuencias de la presión pueden reflejarse en el presente, así como también pueden extenderse a lo largo del tiempo. A corto plazo, una consecuencia muy interesante es lo que se conoce como choking under pressure.
Este fenómeno consiste en una disminución importante del rendimiento en competición debido a la presión, ya sea interna o externa. En este caso, cuando el deportista experimenta una alta presión, su nivel de activación se dispara y su rendimiento físico empeora.
A largo plazo, los deportistas que experimentan una alta presión por largos períodos de tiempo son propensos a sufrir el síndrome de Burnout. Esta afección psicológica se caracteriza por una continua sensación de agotamiento físico y mental, poca confianza para conseguir éxitos y sentimientos de apatía e indiferencia hacia el deporte.
En los últimos años, se ha investigado sobre el efecto opuesto, es decir, cuando las condiciones de alta presión aumentan el rendimiento. Esto es lo que se conoce como clutch performance.
Por ejemplo, puede ocurrir que en los últimos minutos de un partido haya un incremento de la fuerza, concentración o motivación, y quizás esto puede cambiar el resultado final.
¿Cómo reducir las consecuencias negativas de la presión?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que es imposible eliminar el componente de presión en el deporte profesional. Siempre existirán resultados que se desean alcanzar, largas jornadas de entrenamiento y una audiencia que observa. Sin embargo, esto no significa que no se pueda hacer algo al respecto.
Las dos técnicas psicológicas más habituales para prevenir los efectos negativos de la presión son las técnicas de relajación y la visualización. Las técnicas de relajación ayudan a eliminar los síntomas físicos de la presión, mientras que la visualización prepara a la persona para saber cómo actuar cuando la presión es alta.
Presión en el deporte profesional: conclusión
Por todo lo expuesto con anterioridad, es importante que el deportista y su entorno reconozcan los síntomas de la presión, así como las estrategias para mitigar su impacto y prevenir el síndrome de Burnout. La consulta con un psicólogo deportivo se impone para prevenir estos problemas y mejorar el rendimiento del deportista.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Moen, F., Myhre, K., Klöckner, C. A., Gausen, K., y Sandbakk, Ø. (2017). Physical, Affective and Psychological determinants of Athlete Burnout. Sport Journal, 1, 1-14.
- Molina, J., Sandín, B., & Chorot, P. (2014). Sensibilidad a la ansiedad y presión psicológica: Efectos sobre el rendimiento deportivo en adolescentes. Cuadernos de Psicología del Deporte, 14(1), 45-54.
- Otten, M. (2009). Choking vs. clutch performance: A study of sport performance under pressure. Journal of sport and exercise psychology, 31(5), 583-601.