4 razones por las que algunas personas odian hacer ejercicio
Sea cual sea el motivo por el que algunas personas odian hacer ejercicio, este sentimiento está relacionado con una preocupación menor por la salud, así como un estilo de vida poco saludable.
La actividad física es una pauta de salud que todas las personas deberían cumplir. Odiar el ejercicio físico no es más que un conjunto de prejuicios basados en la experiencia pasada o en creencias distorsionadas.
Estos prejuicios son peligrosos porque aquellas personas que odian hacer ejercicio son más sedentarias. Esto significa que son más propensas a desarrollar todas las complicaciones asociadas al sedentarismo.
4 razones por las que algunas personas odian hacer ejercicio
Conocer las causas del odio injustificado al ejercicio físico permite a los entrenadores poder atacar este problema de raíz, y así garantizar que las personas se enganchen a un estilo de vida saludable. A continuación, abordamos las razones principales.
1. Experiencias negativas en el pasado
Una de las razones más poderosas que explican por qué algunas personas odian hacer ejercicio es que han tenido experiencias negativas con el deporte. A partir de esas experiencias desagradables, se han condicionado y cualquier cosa que les recuerde a ese momento les genera rechazo.
Las experiencias negativas representan un término muy amplio que engloba aspectos como el tipo de ejercicio, la intensidad o la decepción por tener unas expectativas demasiado elevadas.
En cuanto a la intensidad, según un estudio publicado por la Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, el ejercicio agudo se relaciona con sensaciones corporales desagradables y es capaz de predecir negativamente la intención de volver a realizar ejercicio.
2. Falsas creencias acerca de qué es el entrenamiento
Lo más llamativo de muchas personas que odian hacer ejercicio es que nunca han tenido contacto con la actividad física. Sin embargo, han desarrollado prejuicios y creencias negativas mediante cosas que han visto u oído.
Esta información puede ser, por ejemplo, que el ejercicio causa lesiones o que tiene que generar fatiga necesariamente para ser efectivo. Como se puede ver, estas convicciones no representan para nada lo que es la actividad física, pero sirven de excusa para seguir manteniendo el estilo de vida sedentario.
Por suerte, esto tiene una fácil solución: proporcionar a la persona todos los recursos necesarios para que pueda comprobar por ella misma en qué consiste el ejercicio. Seguro que después del entrenamiento cambia su percepción.
3. Frustración por la comparación continua
Cuando uno es principiante en el ejercicio físico, no tiene una base para evaluar los progresos y suele recurrir a la comparación externa para hacerlo. No obstante, la comparación con los demás puede convertirse en una obsesión, lo que produce un deterioro de la autoestima y la motivación por seguir entrenando.
Para valorar los progresos, la mejor comparación es con uno mismo. No se puede olvidar que cada persona tiene su ritmo de progreso, y cualquiera está bien. Lo importante no es cuánto se tarda en alcanzar los objetivos, sino llegar a conseguirlos y no abandonar por el miedo o la frustración. El peor enemigo de uno mismo son sus pensamientos negativos y la impaciencia.
4. No descansar lo suficiente
La fatiga es una sensación desagradable que a veces se produce después de realizar un esfuerzo físico prolongado. Experimentar esta sensación de manera puntual no es necesariamente perjudicial; el problema viene cuando el deportista no descansa lo suficiente y la fatiga se cronifica.
El descanso es una parte fundamental del entrenamiento, tan importante como el trabajo activo. Durante el reposo, se producen los procesos de recuperación celular y se estimula el crecimiento muscular.
El tiempo de descanso variará en función de los objetivos y las características personales. Sin embargo, como pauta general, es adecuado establecer mínimo 2 días a la semana de descanso.
Libera la mente de prejuicios y engánchate con el ejercicio
No hay nada que lastre más que los prejuicios que se tienen sobre una actividad. Por culpa de estas ideas preconcebidas, se pierden muchas oportunidades de experimentar emociones positivas.
Los prejuicios se pueden combatir mediante la comprobación directa de que tales creencias no son reales. Lo único que hace falta es tener valor para enfrentarse a ellos y dejarse llevar. Puede que los inicios no sean fáciles, pero a la larga el esfuerzo merecerá la pena.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Amador, B., Carretero, C. M., Carrillo, V. J. B., Coll, D. G. C., y Gimeno, E. M. C. (2017). Ejercicio físico agudo, agotamiento, calidad del sueño, bienestar psicológico e intención de práctica de actividad física. Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 12(1), 121-127.