La importancia del bote en el baloncesto
El bote es uno de esos fundamentos básicos que debemos dominar (junto con el pase, el tiro y la defensa) si lo que queremos es convertirnos en buenos jugadores de baloncesto.
Principalmente, es usado por los jugadores para avanzar por la cancha —sin cometer violación de pasos— dejando atrás a nuestros defensores.
¿Cuándo y cómo botar?
En un equipo medianamente competitivo, todos sus jugadores deben dominar a la perfección el bote; así como saber utilizar ambas manos para su realización.
El hacer uso indistinto de las dos manos para botar nos permitirá desarrollar los recursos más adecuados para cada situación, así como desplazarnos en la dirección deseada.
Si queremos realizar de manera correcta la acción de botar, la mano que utilicemos para impulsar el balón debe adaptarse a la forma de este; de forma que podamos manejarlo a nuestro antojo y buscar los ángulos más adecuados (en ningún caso debemos dejar la mano recta).
En la medida de lo posible, es interesante hacer uso de la mano que se encuentre más alejada del defensor a la hora de botar. Esto produce una mayor protección al esférico, especialmente si lo acompañamos con el brazo que no está botando el balón.
Al botar, debemos acompañar a la pelota con un leve movimiento del antebrazo y la muñeca; poniendo especial cuidado en la fase de contacto, donde debemos tener gran dominio sobre el balón si queremos controlar el ángulo de bote a nuestro antojo, lo que favorecerá la posibilidad de aplicar cambios de dirección y de ritmo.
Finalmente, es innegociable realizar el bote con la cabeza alta, observando la mayor parte del campo posible. Además de conocer la técnica básica, a la hora de manejar el balón hay que tener en cuenta la norma más importante: saber cuando hay que driblar.
Respecto a cuando emplear el bote, existen diferentes opiniones al respecto; sin embargo, la regla general siempre coincide: no driblar si se puede hacer uso del pase.
Hay que tener en cuenta que un exceso de regate perjudica seriamente el juego colectivo y el concepto de equipo. Partiendo de esta base, debemos asegurarnos que nuestros jugadores saben cuando botar e imponerles normas que lo regulen.
Tipos de botes
Bote de progresión
Es el bote más utilizado, puesto que se realiza continuamente al desplazarnos por la pista.
Hay que botar el balón ligeramente adelantado de nuestro cuerpo y al lado de este.
En cada bote, el balón debe subir —aproximadamente— hasta la altura de la cintura (máximo un poco más arriba).
Acompañándola de movimiento, impulsamos la pelota ligeramente adelantada de nuestro cuerpo. De esta forma conseguimos que el balón no se quede atrás respecto a nuestra velocidad de desplazamiento.
La combinación entre las piernas y la mano de bote es algo fundamental; evidentemente, nuestros pies deben seguir los principios de la carrera —uno detrás de otro— evitando así caernos.
Bote de velocidad
Es similar al anterior tipo pero con un aumento considerable de la velocidad, puesto que su objetivo es avanzar por la pista lo más rápido posible.
Es vox populi que un jugador avanza más rápido corriendo que botando; aplicando esto, deberemos correr mucho y botar poco impulsando el balón hacia adelante, dando el mayor número posible de pasos entre bote y bote.
Un truco para ello, que resulta bastante útil, es alternar la mano con la que botamos mientras mantenemos el control del balón, es decir, ser nosotros quienes dirigimos el balón y no al revés.
El cuerpo debe estar un poco inclinado hacia adelante y el brazo ligeramente más adelantado del cuerpo.
El bote de protección
Esta clase de bote nos es muy útil para proteger el balón —y nuestra posición— frente al acoso de un defensor, el cual nos está impidiendo progresar o pretende arrebatarnos la pelota.
La posición de nuestro cuerpo debe ser ligeramente flexionada buscando conservar la pelota.
Desde esta posición, adelantamos ligeramente la pierna y el brazo contrarios a la mano con la que estamos botando (que será la más alejada del defensor) de forma que cubramos el balón con ese mismo brazo.
Al encontrarnos en una posición flexionada, indiscutiblemente nuestro bote debe ser más bajo, aproximadamente entre la rodilla que tenemos más retrasada y nuestra cadera.
Como puede apreciarse en la imagen, lo que realmente estamos haciendo es utilizar todo nuestro cuerpo para proteger el balón, al interponerlo entre el defensor y él.
Como detalle final, nuestro cuello debe permanecer girado observando al defensor y el resto del campo al mismo tiempo. Esto nos evitará sorpresas desagradables por parte de adversarios que quieran robarnos la pelota viniendo por detrás.
Otras clases de botes
Bote de habilidad
Se conoce por este nombre a la clase de bote muy bajo y rápido que realizan —habitualmente los bases— para realizar cambios de manos muy veloces o en salidas de dribling.
Bote con dos manos
Para no cometer violación de doble regate, solo puede utilizarse una vez por ocasión en que tengamos derecho de bote. Se utiliza normalmente por los pívots para ganar de manera rápida la posición frente al defensor. Es un bote fuerte y enérgico (normalmente entre las piernas), de manera que es difícil de interrumpir por el adversario.
Bote lateral
Al mismo tiempo que realizamos el bote al lado de nuestro cuerpo, nos desplazamos de manera lateral para encontrar mejores ángulos de pase o penetración.