Diferentes formas de comer huevo
El deportista necesita mantener un consumo constante de proteína. En algunos casos, las necesidades de este macronutriente están aumentadas y se buscan formas rápidas y sencillas de consumir proteínas. Comer huevo es una de las opciones favoritas en el mundo del deporte. Es un producto versátil y con una alta proporción de proteínas.
Composición nutricional
Proteínas
Tanto la clara como la yema contienen proteínas. Mientras que en la clara se encuentran en solución acuosa, en la yema se encuentran unidas a lípidos formando una dispersión. Por eso, estas dos zonas diferenciadas del huevo, se comportan de manera diferente durante su cocción.
Son proteínas de alto valor biológico por su riqueza en aminoácidos esenciales y por esta razón se utiliza como producto proteico de referencia y sirve para calcular los índices de calidad proteica de otros alimentos.
Vitaminas y minerales
Tiene un alto contenido tanto de hidrosolubles (B2, Biotina, B12) como liposolubles (A, D, K). Como minerales sobre todo Selenio, Yodo, Hierro y Zinc. Nos ayudan a recuperarnos tras el ejercicio y mantenernos en condiciones idóneas para enfrentarnos al siguiente entrenamiento.
Interés para el deportista
La características nutricionales del huevo es solo uno de los factores por los que los deportistas deciden consumirlos. Su versatilidad y facilidad de preparación hacen que comer huevo sea uno de los recursos principales de los aficionados del mundo del deporte.
Sobre todo, el interés de comer huevo es su alta cantidad de proteínas, que en su mayoría encontramos en la clara de huevo. Actualmente en los supermercados encontramos envases con solo claras de huevo, así no tenemos que desperdiciar la yema del huevo.
¿Por qué incluir el huevo en la dieta del deportista?
Cuando queremos aumentar la cantidad de proteínas que consumimos al día, nuestro primer recurso ha de ser a partir de la dieta.
La proteína es un nutriente que se encuentra principalmente en los productos de origen animal y en menor medida en legumbres y cereales. Al ser productos muy específicos aportan poca variabilidad y cuando intentamos una dieta hiperproteica solemos fracasar.
Aumentar significativamente el consumo de carnes, pescados, y huevos da como resultado una dieta muy saciante y diferente a lo que estamos acostumbrados. Así no llegamos a los objetivos alcanzados y acabamos recurriendo a suplementos proteicos caros y que pueden ser totalmente innecesarios.
El huevo es el alimento de origen proteico con mayor versatilidad que tenemos a la hora de consumirlo, por lo que hay que aprovecharlo.
Comer huevo junto con otros alimentos
Podemos incluir claras de huevo a otros productos de manera que no percibamos su presencia, como en cremas y purés. Cuando tenemos las verduras recién hervidas y el caldo de cocción todavía está caliente, añadimos la clara o el huevo entero y procedemos a pasarlo por el turmix.
Para aquellos que tienen muy presente la contaminación por salmonela unida al consumo de huevo, con el calor del caldo y los alimentos es suficiente para la cocción de la clara y que no haya riesgo de salmonelosis.
Huevos fritos sin aceite
Técnicamente, fritos no es la palabra que deberíamos usar pero para entendernos. El mecanismo es el mismo: ponemos la sartén a calentar, la llenamos un un centímetro de espesor de agua, lo llevamos a su punto de ebullición e introducimos el huevo.
Así conseguimos un huevo que no es frito, pero en su versión más parecida y con 0% de grasa añadida, si una de nuestras pautas es la pérdida de peso. El tiempo de cocción es prácticamente igual al del huevo frito por lo que no hay más excusas para empezar a prepararlo.
Huevos al microondas
Ya ni agua, ni aceite, ni nada. Al micro y te despreocupas. Las primeras veces es recomendable que estés atento, ya que cada microondas es diferente.
Ponemos el huevo en un envase en el que hemos extendido una gota de aceite con un poco de papel de cocina (para que no se pegue) y lo cubrimos con un papel film. Lo agujerearemos para evitar la concentración de aire dentro del recipiente.
Empieza con unos 40 segundos a potencia media y comprueba el estado de la clara, si necesita más cocción añade unos segundos más. Si te pasas de tiempo, la yema se acabará cuajando. Sigue estando bueno pero igual no es lo que buscas.
Típicas cocciones para consumir el huevo
Por supuesto, tenemos los típicos tipos de cocción que todos hemos usado en alguna ocasión. Huevo duro, huevos poché, tortillas… A este último si queremos darle mayor volumen y concentración de proteínas podemos añadirle una clara sin yema. Así, no modificamos la proporción de grasas.