4 medicamentos que alteran el rendimiento deportivo

El consumo de medicamentos que alteran el rendimiento no sucede siempre por voluntad de los atletas. Muchas veces, es necesario tomar fármacos prescritos por diversos motivos, como los que te contamos a continuación.
4 medicamentos que alteran el rendimiento deportivo
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 30 mayo, 2023

¿Qué pasa si nos recetan un antibiótico y tenemos una competencia? ¿Y si somos hipertensos medicados con diuréticos que queremos ir al gimnasio? Hay medicamentos que alteran el rendimiento deportivo, y si sabemos cuáles son, será más fácil actuar en consecuencia.

Estamos hablando de fármacos prescritos por un médico, es decir, que tienen indicación de uso y no se emplean para eludir la buena práctica del deporte. Un caso muy diferente es el de los esteroides o anabólicos que, adrede, algunos consumen para estar por encima de la performance natural.

Vamos a comentarte cómo alteran el rendimiento deportivo algunos medicamentos de uso corriente, como los antibióticos, los antialérgicos, los diuréticos y los antidepresivos. Recuerda que siempre debe ser un profesional de la salud el que te asesore en el tratamiento y con quien puedes discutir los efectos adversos.

4 medicamentos que alteran el rendimiento deportivo

¿Puede un fármaco alterar el rendimiento deportivo? Resulta que sí, y por distintas vías. El lugar de acción de los químicos que consumimos como medicamentos puede ser el corazón, el sistema nervioso, el riñón y el hígado. Todas estas partes del organismo funcionan durante el ejercicio, y de allí su influencia.

Los antihistamínicos, la alergia y el deporte

Las reacciones alérgicas leves son muy comunes en la población general. Afecciones como la rinitis, la urticaria y la conjuntivitis estacional se repiten año tras año en personas con predisposición alérgica.

Para calmar los síntomas, es habitual utilizar fármacos antihistamínicos, como la difenhidramina y la loratadina. Con esta última no hay mayores problemas, ya que uno de los efectos adversos de la difenhidramina ha sido eliminado en la formulación de esta.

La alergia y los deportes al aire libre son motivo de consulta frecuente para los médicos.

En cambio, con la difenhidramina tenemos una reacción secundaria que es el adormecimiento. El sueño que genera el fármaco afecta al sistema nervioso central, lo que ralentiza las respuestas y la capacidad de reacción. Los reflejos se hacen torpes y cuesta mantenerse despierto.

Es claro, entonces, que se trata de un medicamento que afecta el rendimiento deportivo. Por ende, no debería ser consumido por atletas que van a realizar una actividad puntual, sobre todo si esta necesita de concentración activa.

De tal magnitud es el caso que entidades como la Sociedad Argentina de Pediatría promueven la prohibición del deporte entre niños y jóvenes que son medicados con antihistamínicos.

Antibióticos y entrenamiento

No puede decirse, de manera general, que el consumo de antibióticos afecte el rendimiento deportivo. No hay investigaciones multicéntricas ni que incluyan una amplia gama de antimicrobianos para demostrar un efecto nocivo de estos en los deportistas.

Sin embargo, sí existe una asociación particular que ha sido reportada con frecuencia. Se trata de la rotura espontánea del tendón de Aquiles, principalmente entre corredores, cuando están consumiendo quinolonas.

Más allá de ese hecho puntual, lo que sí se debe entender es que la infección que requiere de antibióticos es la que agota al cuerpo. Mientras todo el sistema de defensa humano combate a la bacteria, se consumen recursos energéticos que no dejan lugar al uso agregado por parte de los músculos, por ejemplo.

Hipertensos que emplean diuréticos y alteración del rendimiento deportivo

Para los pacientes cardiológicos, hay un grupo de fármacos que son de elección: los diuréticos. Estas drogas aumentan el volumen de orina del paciente para disminuir la carga del corazón y descender los valores de presión arterial.

Ejemplos de estos fármacos son la hidroclorotiazida, la furosemida y la espironolactona. Todos coinciden en la posibilidad de un efecto adverso principal, que es la deshidratación.

En el deporte, el balance de líquidos es clave. Un diurético puede acelerar la pérdida que, si no se repone, sumada a la transpiración, puede desembocar en un cuadro de hipotensión arterial, con aceleración de la frecuencia cardíaca a límites peligrosos y limitación del esfuerzo.

El dopaje en el boxeo también puede provenir del entorno del deportista.

Antidepresivos en el contexto del deporte

La depresión es una enfermedad que trastoca todas las áreas del comportamiento, inclusive el ejercicio, ya que disminuye las ganas de salir, correr y relacionarse con los otros. En estos casos, es frecuente que el psiquiatra indique un antidepresivo del tipo tricíclico.

Este grupo de medicamentos alteran el rendimiento deportivo porque cambian la frecuencia cardíaca y se asocian, en algunos pacientes, a problemas cardiovasculares. Esto no es algo que suceda a todos, pero debe considerarse.

De todas maneras, hacer deporte es una indicación no farmacológica de la depresión, y es bueno que se aliente a salir al exterior. El médico evaluará los posibles efectos adversos e indicará los métodos complementarios necesarios para determinar el riesgo. Con base en ello, el deporte estará o no contraindicado y se regulará su intensidad.

Tomar medicamentos no impide practicar un deporte

No debemos asustarnos. La toma de un fármaco no implica dejar de practicar ejercicio ni temer por empezar uno nuevo. Siempre debe ser el equipo profesional tratante quien defina los alcances de la medicación y los efectos adversos que podrían aparecer.

El deporte es parte del tratamiento de múltiples enfermedades, y sus beneficios están claros desde hace tiempo. Si sabemos cómo nos pueden afectar algunos medicamentos, será más fácil organizarnos para minimizar los riesgos.


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